Alas del Amor

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—Sophie, no me ignores, te estoy hablando —se queja el chico que se encuentra a mi lado.

Yo volteo en busca de quien se trata, y me encuentro con unos ojos verdes intensos.

Esos ojos...

Él sonríe, toma mi mano, se levanta para llevarme con él.

Corríamos en un bosque de manzanos. El aire era muy fresco, la tierra suave, y el chico que me tomaba de la mano sonreía con una alegría contagiosa.

Sonreí, y seguí su juego.

Aceleramos el paso, mi cabello volaba con el viento que chocaba con mi rostro, al igual que el de él.

Sentía mucha felicidad, calidez, y alivio. Un sentimiento que llenaba de energía mi alma.

Era como escapar de una jaula, y extender las alas, para luego volar en el inmenso cielo celeste, repleto de nubes.

Su compañía, es lo único que anhelaba.

¿Acaso tú, eres Asael?

El sueño no me dejo preguntarle al chico, lamentablemente me desperté.

Ojos verdes, como esmeraldas, y llenos de vida. Cabello negro, oscuro como la noche.

Estoy segura que es Asael.

—¿En qué piensas? —pregunta la señora que se encuentra sentada en el sillón de la habitación.

¿Cómo llego ahí?, no la había visto.

—En algo —conteste en tono bajo.

La señora se levanta del sillón y dice:

—Sophie, tus recuerdos están encerrados en tu mente, en una jaula que construiste, con el fin de terminar tu sufrimiento. Te aconsejo que salgas de esta habitación, y contemples la nieve en la azotea del hospital —Sonríe —, allí abrirás la jaula.

Se fue, sin dejarme hablar. Voltee a ver la ventana, y pude apreciar la hermosa nieve que caía del cielo.

Sonreí al verla, un sentimiento acogía mi corazón, lo calentaba, lo protegía. Tal vez esa señora tenía razón, tengo que ir a la azotea, estoy segura de que encontrare algo.

No lo pensé dos veces, me incorpore, y comencé a caminar hasta la entrada de la habitación.

Di el primer paso fuera de ella y, sentí como me otorgaban alas.

Aquellas alas que use para saborear la libertad, al lado del chico, el chico llamado Asael.

Mis pies tomaron vida propia, corrían por si solos en los pasillos del hospital. Los cuales se encontraban desolados, y sombríos.

Yo era la luz, la única gota de felicidad y esperanza, que alumbraba con fulgor.

Alguna vez fue opacada con el dolor y la tragedia; pero una pequeña chispa sobrevivió y, ahora reclama lo que es suyo por derecho.

Asael, nuestro encuentro se aproxima, es lo que siente mi corazón.

Mis ojos anhelan contemplar los tuyos, mis manos quieren tocar las tuyas, y mi alma busca sin cesar la tuya, quiere tu compañía, tu hermosa sonrisa.

Algo nos unió, yo perdí el recuerdo del suceso, pero ahora lo volveré a recuperar.

Tal vez no me guste lo que encuentre, posiblemente sea algo triste, pero no hay que olvidar que mientras exista lo bueno, siempre habrá lo malo.

Ya en la puerta que conecta la azotea con los pasillos del hospital, pude sentir el frió que erizaba mi realidad.

Solo es cuestión de girar la perilla y, entrar al recuerdo que olvide y aprisione en la jaula.

Asael, tu eres... 

Continuara :'3...Se acerca el final :'v





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