37. Vegas

926 34 5
                                    

Pegue mi boca a la copa bebiendo con bastante ansiedad la champaña que estaban ofreciendo los camareros.

Mis manos estaban dentro de los bolsillos de mi esmoquin. Observando con diversión como la fiesta de compromiso seguía su curso. Dejo la copa vacía en una de las mesas y camino hacia los camareros en busca de otra.

Sam no había llegado, pero Jonas si que están ahí, hablando con un grupo de hombres bastante mayores que él. Tome otra copa de alguno de los camareros que iban y venían y la acerque a sus labios.

—. Esta es la quinta en menos de una hora—. Escuche decir a mis espaldas, gire encontrando a Sam, tenía un vestido dorado de lentejuelas que quedaba perfecto con su pálido tono de piel, tomó la copa de la mano de mi mano y la llevo a su boca delicadamente bebiendo un poco.

—. Que puedo decir, es la mejor parte de este tipo de fiestas.

Le respondí. El ligero color dorado se la champaña parecía combinar con ella, las luces del lugar parecían combinar con ella. Todo ahí combinaba con ella. Se veía sencillamente hermosa.

El vestido tenía una apertura y se ondeaba con cada uno de sus movimientos, tenía uña maquillaje bastante definido y sus labios pintados del rojo más apasionado jamás visto. No sabía si era por el escote bastante pronunciado pero mis ojos no se separaban de ella.

—. Sin duda el único motivo por el cual te encontraría aquí—. Me dijo bebiendo un poco de champaña, mirándome a los ojos mientras lo hacía, comiéndome con la mirada.

—. ¿Acaso un hombre como yo no puede venir a la cena de compromiso de una vieja amiga a pasar tiempo de calidad con ella?—. Pregunte irónico.

—. Claro, sí solo fuera eso—. Me dijo, se giró caminando en dirección a la misma mesa donde minutos antes había dejado mi copa vacía.

—. ¿Entonces que más puede ser?—. Le pregunte a espaldas de ella posando mi mano junto a la de ella.

Nuestra distancia era sin duda peligrosamente inexistente, su trasteo estaba demasiado cerca y a mí no me importaba un reverendo pepino si su idiota prometido estaba allí.

—. Freddie, por favor, es mi cena de compromiso—. Me dijo cohibida, provocando que me apartara un poco

—. Sam—. La llamo Jonas—. Los inversionistas quieren conocerte—. Le dijo tomándola del antebrazo.

—. Estoy hablando con ella—. Dije interponiéndome en su camino.

—. Ya no más—. Me dijo separándola se mí.

—.—

La noche se estaba tornando bastante aburrida, no había podido hablar con Sam ni un minuto puesto que cada vez que me acercaba a ella Jonas la llamaba y se iba. La comida estaba tardando y ya me estaba aburriendo comer tantos aperitivos.

Busque a Sam por entre la multitud y la encontré hablando con un grupo de hombre de la mano de Jonas.

Era la única persona soltera del lugar sin duda.

Observe que Sam se retiraba sin ser seguida por Jonas, él había continuado su conversación de manera animada mientras Sam continuaba su camino hacia uno de los pasillos del gran salón. La seguí, silencioso como un león persiguiendo a una gacela y la encontré a punto de entrar al baño de mujeres.

La deje entrar y rápidamente lo hice yo atrancado la puerta a mis espaldas. Estaba dentro de uno de los cubiculos, la espere pacientemente hasta que por fin salió, arreglaba su cabello cuando se dijo en mi presencia sobre saltándose abruptamente.

SeddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora