Edades: 17.
Clasificación: T.
Resumen: Sam tenía un secreto, era algo familiar y sumamente privado, también podía ser considerado un "secreto nacional".
Esta historia no se centra tanto en seddie.
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La calidez de las mantas me hicieron encogerme sobre mi cama, mamá estaba despierta y hacía mucho ruido, no importa que tanto me esforzara por hacer el sonido menos escandaloso, si el ruido era de magia lo escucharía incluso si me convirtiera en sorda, la parte mágica en mi identificaba a cualquier hechicero que caminara por ahí usando sus poderes, incluso si solo los usaba como bloqueador de enfermedades, era mi magia respondiendo al llamado de alguien igual a mi.
Yo era una hechicera, maga, bruja; respondo a cualquier nombre menos truquera o gitana. Un truquero era un mundano que tenía conocimiento de la magia y engañaba a otros mundanos haciéndolos creer que era un ser mágico y una gitana o gitano era un descendiente de la magia, no me gusta decir que nos dividimos en categorías por nuestro poder pero si así fuera un gitano sin lugar a dudas sería el nivel más bajo, con la cantidad de magia suficiente para leer emociones, presentimientos y hacer una que otra cosilla inútil.
-. Samantha, llegarás tarde a clase-. Ella es mamá, Pam Puckett. Mamá también es una hechicera, heredó sus poderes de la abuela, las Puckett's venimos de un largo linaje de hechiceras, solo las mujeres heredaban el poder, los hombres solo tenía la magia suficiente para hacer un poco más que un gitano. No era de extrañar que por cada cinco nacimientos Puckett naciera solo un niño, matriarcado lo llaman algunos. Mamá nos contaba que el linaje de las Puckett's es tan viejo que el registro más antiguo que tenemos es de cuando quemaban brujas en la Edad Media. Aun así los Puckett's no éramos un núcleo unido, la abuela tuvo tres niñas y dos niños, mamá heredó el aquelarre, mis tías se mudaron de Estados Unidos y mis tíos pertenecían al aquelarre. Los brujos se mantenían unidos, las brujas peleaban poder, no siempre, pero si en la mayoría de los casos. Mamá decía que las mujeres eran más posesivas con la magia ya que esta era cosa de mujeres, a lo que después se incluyeron hombres, pero los hombres no lideraban Aquelarres, no eran confiables, no eran tan poderosos como las mujeres y no tendían a dirigir si no a ser dirigidos; por eso mamá decía que los hombres se unían a la mujer líder sin pelear y las mujeres peleaban ser la líder. Actualmente hay brujos muy poderosos, en el alto mando 2 de 3 son hombres y algunos iniciaron a dirigir Aquelarres.
Bueno, contaré algo de mamá. Mamá conoció a papá cuando ambos eran jóvenes (a la vista de los brujos, 30 años como mucho) y nos tuvieron a Melanie y a mi mientras estaban en la universidad, eran pareja. Papá también era un hechicero, su linaje no era antiguo pero si era fuerte, papá fue asesinado por una hechicera cuando me llevaba al baño del centro comercial, no era algo que se hacía entre la comunidad pero habían múltiples casos, un hechicero asesinaba a otro para robar su esencia; era un acto castigado con la muerte del asesino en el gran congreso pero aún seguía ocurriendo, por eso las criaturas mágicas se ocultaban de los demás, sean mágicos o no.
En la escuela habían muchos seres mágicos, al día me topaba con hechiceros, hadas, hombres lobo y otros. Incluso habían cinco estudiantes y dos maestros que pertenecían a mi aquelarre; bueno, era de mamá, pero iba a ser mío algún día. Melanie había renunciado a él el año pasado cuando se dio cuenta que no tenía el poder suficiente para guiarlo, nos ahorro la pelea de poder y eso.
-. Mamá, es Sam, Samantha es como de adulta-. Comente, mi madre me ignoro, estaba sentada en la mesa del comedor, entres sus manos llevaba una manilla con el ojo turco en ella, mamá era fiel creyente del poder en los amuletos que hacía, inicialmente porque ella misma se encargaba de hacer los rituales necesarios para hacerlos útiles, mamá creía que llevar amuletos contigo te daban cierto poder místico, cuando Melanie y yo nacimos nuestro primer amuleto fue un nudo de brujas, era un dije de acero inoxidable con una cuerda de cuero pasado por aguas de río; nunca dejó que nadie lo tocara y siempre nos recordaba el ponerlo bajo la luna llena cada cierto tiempo. Luego nos hizo una manilla idéntica a la que tiene en sus manos ahora para el mal de ojo, pero ella decía que esas cosas sólo funcionaban una vez y eran de corta duración cuando Melanie y yo cumplimos tres años mamá los guardo en las cofres individuales cada una, mamá creía que si usábamos un amuleto temporal o muy cargado de energía negativa anulaba su poder de protección y lo revertía-. ¿Para quien haces eso?-. Le pregunté, no podía ser para alguien de la casa y mamá no hacía amuletos a otros.
