La vuelta al mundo

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—. ¿Londres?—. Pregunté sorprendido, según el plan de Sam la idea era ir a España, luego al Reino Unido y continuar hasta Africa, donde se supone acabaría todo, y ya había pasado un año y medio desde eso y aún seguía en Londres—. ¿Aún?—. Pregunté desconcertado.

—. Sam no ha tenido una buena época—. Dijo Melanie, pero pude notar un deje de tristeza cuando menciono esto—. Cuando se separaron, tú volviste a Seattle ella enfermo, estuvo meses recuperándose y en reposo—. Me explicó sin mirarme, jugando con unas botitas rosadas decorativas sobre la mesa de café—. Ella, no tuvo un buen tiempo... estaba deprimida, a tal grado que decidió ya no seguir viajando, iba a quedarse aquí ha iniciar una vida sedentaria—. Melanie hizo una pausa tomando las pequeñas botas entre sus manos, cerrando su mano a su alrededor—. Tuve que obligarla a que continuará—. Finalizó, estaba preocupado, ¿que podría ser tan malo como para detener a Sam Puckett?

—. ¿Que tenía?—. Pregunté llamado por la curiosidad, Melanie respiro profundo y miro en dirección contraria a mí.

—. Puedes quedarte esta noche o hasta que decidas partir en su búsqueda—. Me respondió—. No me concierne explicarte esa parte de la historia—. La manera en la que lo dijo me hizo sentir incomodo, imprudente, como si tocara un tema innombrable completamente privado.

—. Bien, gracias—. Susurré aún sentado en el mueble.

*🛫*

—. Deberían estar aquí—. Dijo Sam caminando la playa—. Aquí me dijo que me esperaría.

—. Disculpa—. La llamo Freddie algo cansado de caminar—. ¿Puedo saber a quien buscamos?—. Preguntó deteniéndose a tomar aire.

—. A una chica castaña y su hermano, es alto y también es castaño—. Respondió mirando a su alrededor.

—. Cómo los chicos que bien por allá—. Pregunto Freddie señalando el otro lado de la calle, una pareja de castaños caminaban pacientemente cargando unas bolsas de alguna tienda mientras tomaban un granizado—. Hey—. Exclamo Freddie.

—. ¡Son ellos!—. Grito Sam corriendo en su dirección—. ¡Carly! ¡Spencer!—. Freddie se dejó caer en la arena perplejo, claro, nunca en su vida pensó toparse con su mejor amiga de la secundaria—. Aquí estoy—. Observó ahí sentado mientras sentía la arena pegarse en la parte descubierta de sus shorts, como Sam corría hacia ellos y les daba un fuerte abrazo, tuvieron una corta conversación y los vio reír, luego Sam señaló en su dirección y la pareja lo saludó a lo que él hizo lo mismo, luego de un par de nuevos abrazos caminaron hasta donde el estaba.

Freddie estaba a tan solo un segundo de correr por la playa y huir, no quería ver a Carly y tener que recordar que por un largo tiempo estuvo enamorado de ella, pero ni aunque llevara a cabo su plan hubiera logrado escapar de la castaña que corría en su dirección.

—. Benson—. Exclamo rodeándolo con sus brazos fuertemente—. Quien lo diría, tú, en una playa en California, usando shorts y acompañando a la persona más libre que conozco. Vaya que cambiaste desde secundaria—. Carly sonrió, Freddie también lo hizo, claro, Carly estaba feliz de verlo nuevamente, el sentimiento no era ni mínimamente recíproco puesto que Freddie esperaba paciente a que Sam los interrumpiera y acabará con el incómodo momento—. Estoy tan feliz de verte, ha pasando tanto tiempo.

—. Sí, yo también—. Luego de decir aquella tonta respuesta fue que el castaño la analizó "sí, yo también" en respuesta a un "ha pasado tanto tiempo" no era algo inteligente y todos lo notaron, incluso Sam quien decidió hacer su oportuna aparición, algo tarde pero bastante oportuna.

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