CAMPO DE BATALLA

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Desperté de pronto, a causa de gritos lejanos. Me levanté, aun somnolienta, y escuché el graznido de los cuervos. Graznaban para alertar del peligro que acechaba. Un peligro mayor. Yo no entendía la situación así que corrí. Corrí lo más rápido que pude hacia palacio. Atravesaba el bosque, esquivando ramas y saltando rocas. El pueblo, estaba en llamas. Los habitantes corrían y gritaban desesperados. Yo, aun sin entender nada, fui a preguntar exaltada. Nadie me respondió. Me empujaban e ignoraban por el bien de su seguridad. Me adentré en el pueblo. Miré a los alrededores buscando respuesta. Fue entonces, cuando vi a la guardia real combatiendo con otros, los cuales jamás había visto. Llevaban una armadura brillante, armas y escudos superiores a las nuestros. Eran muchos. Asustada seguí corriendo en busca de mis padres y Agatha.
Llegué sin aliento y entré. Los pasillos estaban cubiertos de sangre fresca, y cadáveres de soldados. Me asustó la idea de que hubieran logrado llegar hasta mi familia. Subí los escalones, hasta llegar a la sala del trono. Allí, pude contemplar la triste imagen de mis padres y mi hermana. Colgaban del techo sin extremidades. Sus ropas, ensangrentadas, estaban desgarradas. No podía creer lo que estaba contemplando. Aquella escena nubló mi mente. Lloré descontroladamente en los suelos de la sala. Escuchaba pasos acercarse a lo lejos. Parecían ser soldados enemigos, que venían en mi busca. No reaccioné. Seguía llorando en el suelo, lamentandome de todo. Cuando llegaron pude notar a un hombre que vestía diferente a los demás. Su cabello era de un castaño oscuro y le llegaba hasta la cintura. Sus ojos verdes y profundos se clavaron en mi como estacas. Su sonrisa llena de maldad hacía que temblara hasta tal punto de paralizarme.

-Tu debes ser la que nos faltaba....-Comenzó a decir el hombre.-Eres un cuervo asustadizo y cobarde, como tu familia y todos los habitantes de este reino putrefacto.

Se acercó a mi con aires de grandeza, blandiendo su espada. Estaba lo suficientemente cerca, como para herirme gravemente con ella. Pero lo que hizo, fue levantarme violentamente y acercar su rostro al mío.

-Que pena que fueses un cuervo....Tu belleza me conmueve. En otra vida pudiste ser mi esposa....Pero ahora mi deber es acabar contigo.

Las palabras no salian de mi boca. Estaba demasiado asustada como para reaccionar. Cuando estaba apunto de abandonar, pude ver la figura de Crowy posada en el trono de mi padre. Susurrando me dijo: "que tus miedos no nuble la visión de los hechos".
Esas palabras me hicieron recapacitar. Empujé a aquel hombre con todas mis fuerzas, y eché a correr. Ellos me perseguian mientras gritaban amenazas. Crowy era mi maestro. El era mi motor. Mientras corría por los pueblos destruidos, era perseguida por un montón de soldados. Fui rodeada entonces, en una planada cerca de allí. Todos me miraban amenazadores, mientras el hombre de antes, tomaba preferencia:

-Estúpido cuervo. No te han enseñado a como tratar a tus superiores...

-No eres mi superior. Eres escoria, como todos los que te acompañan-El hombre río de repente.

-Niñata ignorante.....Aun no has entendido quienes somos nosotros.....Somos el reino de las hienas. Depredadores de gran agilidad, y uno de los reinos con más poder que existe. Nosotros, conquistaremos todos los reinos, y gobernaremos sobre escorias como vosotros.

-Sí.....Y luego despertarás de tu sueño....

-¡Estúpida! Te mataré como a tu familia. No mereces seguir con vida.

Cuando él y su ejercito corrían hacia mi, un grupo de cuervos, vinieron en mi busca. Los atacaron para darme tiempo de escapar. Aproveché la oportunidad y corrí lejos de allí. Corrí sin mirar atrás, a mi reino consumido por la destrucción. Soy la única viva de mi especie. La única viva, que puede informar a los demás reinos del peligro que los amenaza.

RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora