GRITOS DE GUERRA

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-Sí......-Respondió la reina.-Eramos muy buenas amigas, posiblemente las mejores. Llegué a verte cuando aun solo eras una cría. Lo más normal es que no me recuerdes.....

No me esperaba nada de eso. Jamás pensé que mamá tuviese amigas, pues era una persona egoísta y severa.

-Ahora, debo rogarte que te quedes y nos guíes......¿Podrás?

-Solo si prometes que me contarás más cuando partamos.....-La reina asintió.

Luego, salió de la sala nuevamente. Yo me quedé a mirar como se iba lentamente. Esperaba respuestas....... De pronto, la voz chillona de la princesa hizo que bajara de mis pensamientos.

-¡Carlos! Esta chica no para de molestar. Haz algo.

-¿Acaso eres una cría de cinco años?-Le dediqué una mirada de desprecio.

-¡Callate!

-Obligame......-Me acerqué a ella intimidante.

-Oye cuervo.....Relaja......-Zeeb me tocó el hombro.

-Tengo nombre.

-Raven.....Tranquila, no lo he olvidado.....-Me guiñó el ojo derecho.

-Bonito nombre.....-Dijo el chico, al cual la princesa no le soltaba.-Soy Carlos.

-No me importa.-Le respondí cortante.-Ahora vuestra única salvación soy yo. No te atrevas a faltarme al respeto "princesa".

Salí del castillo en compañía de Maddox. Los guardias me miraban con desprecio a medida que me iba alejando de ellos. Ignorantes. No entienden nada de lo que es la vida. Estos malcriados, merecen que la realidad les dé una lección.
Caminaba por el pueblo, observando los puestos, como hacía en mi reino. La diferencia, es que esta gente, me miraba con temor, no con desprecio. Al día de hoy, sigo sin saber, porque tenemos tantos ideales. De pronto, escuché la voz de Zeeb, que venía acompañado de los demás.
Al percatarme de su presencia, lo ignoré e intenté acelerar el paso. Ahora lo que menos me apetecía, era hablar. Desgraciadamente, consiguieron alcanzarme.

-Raven.....-Zeeb hiperventilaba.-No me vuelvas a hacer corres así. Normalmente son las chicas quienes me persiguen, no yo a ellas.

-¿Te lo tienes muy creído no?-Le respondí sin fijar la vista en ellos.

-Sólo digo verdades.

-¿Verdades impuras?

-Esto..... No nos confundas con tu filosofía barata.

-Kat no te metas.....-Dijo el chico.

Me giré entonces hacia su dirección, y le agarré del brazo con fuerza. Le miré fijamente a los ojos, y fruncí el ceño enfadada.

-Como vuelvas a abrir esa bocaza tuya, será de lo que más te arrepentirás.

Ella, me miraba con recelo. Cada vez le apretaba más y más el brazo, hasta tal punto de hacerle pequeñas heridas con mis uñas. Ella se quejaba e intentaba desaferrarse de mi. Fue Zeeb quien le ayudó. Iba a gritarle, cuando el sonido de las trompetas comenzaron a sonar.

-Están aquí.-Dijo Kat alarmada.

-¿Quienes?-Preguntó Zeeb.

-Las hienas....-Concluí.

Eché a correr hacía la explanada. Zeeb y los demás me seguían a duras penas. Llegamos al campo de batalla, donde los reyes se encontraban atados por aquel hombre de cabello largo, y ojos intimidantes. Era él, quien mató a mis padres. La ira comenzaba a apoderarse de mi. Era una ira que no podía controlar. Por instinto, me adelanté entre la multitud de soldados, quedando enfrente de él, a larga distancia.

-Vaya vaya......¿A quién tenemos aquí?-Comenzó el hombre.-A la princesita de los cuervos....¿Raven era?

-¡Cállate!

-Tu no me mandas preciosa....-El chico comenzó a balancear su espada cerca del rey. Yo no le di importancia.

-Veo que no te importa la vida del rey.....-Entonces apartó la espada del rey, y se la acercó a la reina.

-Para.....

-¿La vida de la reina si te importa?-Sonrió maliciosamente.

-No, sólo necesito que siga viva por mi propio beneficio.

-Ya veo.....Bueno preciosa....Tengo que aniquilarte... a ti y a este reino mediocre.

-Identificate.

-Es verdad, que maleducado soy.-Rió.-Soy Cedric, rey de las hienas, y futuro rey del mundo. Ahora que no tengo nada más que decir, que empiece la fiesta.....

-Maddox....Traeme una.-Maddox voló hacia un soldado, quitandole la espada y dandomela a mi.

-Que empiece entonces.....-Apunté a Cedric amenazante.

De pronto, todo se volvió un caos. Los dos bandos, luchaban ferozmente. Los gritos de guerra cubrían el ambiente. Cadáveres tirados por el suelo, derramando sangre, que aun estaba fresca. Yo, luchaba como podía. No era muy experta, pero me las apañaba bien. Zeeb y los otros, sacaron a los aldeanos de allí. Cuando maté al soldado enemigo, al cual me estaba enfrentando, ayudé a uno de los nuestros, herido. Lo cubrí, hasta que un médico lo atendió. Después, hice que Maddox sobrevolara el cielo, en busca de Cedric.
Nuestros hombres caían uno tras otro, hasta tal punto de ser minoría. Entonces, cogí el silvato que tenía colgado del cuello, y soplé hasta quedarme sin aire. Los graznidos de los cuervos, captaron la atención de muchos. Los cuervos, comenzaron a atacar, dandome ventaja. Fue luego, cuando Cedric mandó retirarse a su reino. Se iban corriendo de los alrededores. Sonreí mientras miraba a Cedric, el cual me miraba con odio durante unos segundos. Los reyes, fueron rescatados por un par de soldados. Todos allí, me aclamaron, una vez el reino enemigo se había marchado. Maddox, se posó grácil sobre mi hombro. Los demás cuervos, comenzaban a alejarse volando. Los aldeanos, Zeeb y los otros, vinieron.

-Joven.....-Dijo de pronto el rey.-Has luchado junto a nosotros con valentía. Es algo honorable. Debí haberte obedecido, pero la desconfianza me cegó.

-Cualquira desconfiaria de un cuervo.....

-Gracias de corazón. Desde hoy, serás invitada real, y te ayudaremos en todo aquello que esté en nuestra mano.

-Espero que así sea.

-¿Quién eres?-Preguntó el chico junto a Kat.

-Raven.....La princesa de los cuervos....

RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora