CAMINO AL SIGUIENTE REINO

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De camino en busca del siguiente portal, decidí descansar y conversar con aquel cuervo, que seguía posado sobre mi. Descansaba bajo la sombra de un árbol. Allí, me senté y acaricié adolorida mis pies. Mis brazos y piernas, estaban llenas de heridas.

-Princesa....En el próximo reino le recomiendo descansar por un día, no se encuentra bien.

-Si descanso, no llegaré a tiempo a otros reinos.

-Tras la retirada del reino de los lobos, se estarán instalando en el reino conquistado. Ellos, aun que no lo creas, necesitan descansar.

-Esta bien....Escucharé tus consejos.

Cedí ante la petición del cuervo. El acicalaba sus plumas mientras. Tenía cosas que preguntarle, cosas que pedirle, consejos que escuchar.....

-Esto.....¿Cuervo?

-Dime princesa....

-¿Por qué me ayudáis?

-¿Qué por qué? Pues porque eres la princesa por supuesto.

-Ya veo.....y...¿Por qué ha decidido acompañarme?

-Porque como dije antes, somos tus alas, tus ojos, y tus guías. Yo, como representante de todos ellos, debo acompañarla para procurar que está bien.

-¿Y cómo debería llamarte?

-Escoja nombre.....

Mientras pensabamos, escuchamos el sonido de las hojas estremecerse violentamente. Al parecer, alguien se aproximaba. Me levanté bruscamente, y cogí una estaca que había cerca del árbol. Apunte a la dirección proveniente del estruendo, y esperé a que se manifestara. De entre los arbustos, salió un chico de cabellos castaños y ojos verdes. Era el príncipe del reino de los lobos. Tras verle, tiré la estaca al suelo y solté un suspiro de alivio.

-Hola.... ¿Raven era?

-Sí, ¿Qué haces aquí? Deberías estar con tu reino y tu familia.

-Esto....He venido para acompañarte en tu viaje. Soy Zeeb por cierto.

-Tu nombre me es irrelevante. No necesito compañía, ya tengo a mi guía.-Dije señalando al cuervo.

-Uno más no vendría mal....

-Tres son multitud.

-Venga vamos...No seas tan fría.

El príncipe me miró con cara de cordero degollado, con tal de ceder a su súplica. Yo acabé dejandole, simplemente para dejar de escucharle más.

-Vendrás sólo si me obedeces, y no estorbas...

-Pides mucho....

-Eso o nada.

-Vale, vale.....

Tras decir eso, emprendimos el camino hacia el portal que nos llevaría al próximo mundo. Zeeb andaba pasos por detrás mio. Miraba el bosque con curiosidad y exclamaba cada vez que veía algún insecto o animal. Esa actitud de crío, me hartaba. Decidí ignorarlo discretamente. Pasamos por un río de aguas cristalinas. Miré mi reflejo en aquellas aguas. Me mostraba cansada y más pálida de lo habitual. Sin contar las diversas heridas y mi vestido rasgado. Zeeb me observaba a lo lejos. Permanecía callado.

-¿Tienes hambre?-Me preguntó entonces sonriendo.

-No.

-Si que tienes, te rugen las tripas desde hace un tiempo. Toma.-Me extendió una manzana que sacó de su alforja.

-He dicho que no tengo hambre.

-Sé que me estás mintiendo.

-¿Qué miento? Tu no sabes nada.

Ignorandole, crucé el río, que no era profundo. El iba comiendose la manzana por el camino, mientras me seguía.

-¿Por qué no has aceptado la manzana?-Me preguntó el cuervo a susurros.

-No te incumbe.

-Tu salud me incumbe.

-No acepto comida de desconocidos.

-Pero sabes quien es....

-No, no lo sé. No sé nada de aquel príncipe mimado.

El cuervo se calló, al ver que Zeeb se acercaba corriendo. Va a ser un viaje más agobiante de lo que imaginé. Sólo espero llegar a tiempo a todos los reinos, y evitar que les ocurra lo que me ocurrió a mi y a mi familia...

RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora