INTENTOS HEROICOS

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Caminaba por bosques que desconocía, acompañada por el graznar de los cuervos. Ya no sé que pensar. Mi corazón, desmoronado por el cruel destino, lloraba por la perdida de seres queridos. No podía negar, a pesar de sus comportamientos hacia mi, que no los echara de menos. Me tambaleaba de un lado a otro, decaída. Aun recordaba sus voces, que constantemente hablaban en mi cabeza. Me sentía sola, más de lo habitual. Lágrimas de dolor caían de mis ojos. Lo perdí todo. Soy la única superviviente. El destino se había equivocado. Yo no debería haber vivido. No soy especial. No poseo ningún tipo de magia. No soy importante....
Tan sólo caminaba sin rumbo. Crowy jamás me contó el como llegar a otros reinos. Pero debía llegar fuese como fuese, con tal de avisarles de una amenaza que estaba a punto de venir. A lo lejos, pude notar una luz violeta. Al acercarme, pude ver con exactitud, un portal. Desprendía una luz cegadora pero llamativa. Con cautela, me acerqué a el y lo toqué. Pude notar un cosquilleo débil. Aun no muy convencida, decidí lanzarme en el interior de este, esperando a que me llevase a un lugar lejos de allí. Para mi sorpresa, acabé llegando a un reino lleno de luz y vegetación. En un pequeño cartel, que estaba justo al lado del portal, ponía: "Reino de los lobos".
Al parecer, esta sería mi primera parada. Ahora, solo faltaba ir a palacio y rezar para que creyesen mis palabras. Tal como dije, fui hacia allí. Ese reino era diferente al mío. Los árboles tenían hojas verdes. Y el palacio no estaba descolorido, y mucho menos rodeado de un río de aguas sucias y lleno de cadáveres. El Sol brillaba con fuerza. No estaba acostumbrada a tanta luz, así que me resultaba incómodo para la vista. Cuando por fin llegué, intenté que los guardias me dejasen entrar:

-Identificase.

-Soy Raven, la princesa de los cuervos.-Al pronunciar aquellas palabras, se tensaron aun más.-Vengo en son de paz.....y para avisarles de un peligro prominente que ha destruido mi reino, y ahora vienen a por el vuestro.

-No creemos las palabras de un cuervo, ahora, ¡Largo!

Comprendí que por mucho que lo intentase, no iba a hacer que cambiasen de opinión. Por lo tanto, no me quedaba otra opción más que colarme. Me fui a la parte trasera del castillo e intenté escalar. Mi largo vestido, me quitaba movilidad. Entonces, desgarré mi vestido con un tirón seco, dejandolo por mis rodillas. Ahora podría subir sin problemas. Mientras escalaba, me rasgaba las manos accidentalmente. El esfuerzo que necesitaba para subir, era mayor. Decidí infiltrarme en la ventana más cercana. Eso hice. Me metí en una. Al girarme, vi como un chico, aproximadamente de mi edad, me miraba sorprendido.

-¿Quién eres?

-Calla y no alces la voz. Soy Raven, princesa de los cuervos. Vengo a informarte de.....

-¿Cómo has entrado?-Me interrumpió.

-Eso no es importante. He entrado y ya esta. El caso es que el reino de las hienas va a.....

-No ignores mi pregunta.-Me volvió a interrumpir.

-Puedo hacer lo que me de la gana. Ahora callate insolente.-El se calló de golpe.-Bien. El reino de las hienas ha desatado una guerra entre mi reino y el suyo. Como era de esperar, fuimos derrotados. Soy la única superviviente del reino, consumido por la destrucción. Ahora viene a por vosotros, los lobos, y para el resto de razas. Quiero que huyáis de aquí lo antes posible.

El me miró por unos instantes, y luego estalló a risas. No tardé en comprender que no se había creído nada.

-¡Estúpido mimado! Este reino va ha ser destruido.

-Eres un cuervo. No puedo creerte.

-¿No puedes, o no quieres?

-No puedo.

-Cuando pierdas lo que verdaderamente amas, entonces me creerás, y te arrepentirás de no haberlo hecho antes.

Tras decir esas palabras, bajé por la misma ventana. Si este reino no cree en mi, otros tampoco lo harán. Me rindo. Morireis todos, junto a vuestro orgullo. No voy a actuar como un héroe sin poder sobre la sociedad. Os abandono, como todos me hacen.

RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora