EL REINO DE LOS GATOS

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Tras horas de camino, llegamos por fin a otro portal. Este, era igual al anterior, pero el olor era diferente. Este olía a....¿pescado? No era muy agradable, pero no tenía otra opción. Me adentré sin importarme que Zeeb me siguiera, pues sólo ignoraba su presencia. Caímos sobre un lago bastante profundo. Salí lo más antes posible de ahí ya que el agua estaba congelada. Temblé y me abracé para calentarme. Zeeb, en cambio, se removió bruscamente.

-¡Para! Me estás salpicando.-Le miré enfadada.

-Tranquila cuervo.....Era broma....

Le lancé de nuevo al lago, esperando a que así se callara. Luego caminé, aun temblando del frío, y me dirigí a palacio. Zeeb salió corriendo y me alcanzó. Ibamos mirando el poblado, que estaba rebosante de puestos con peces. Las personas allí vestían de una manera vistosa y extravagante. Llevaban muchos sombreros o lazos rojos.

-No me gusta este reino....

-No he pedido opinión. Además, si has venido conmigo, es para salvarlos a todos, sin excepciones.

-Eres muy borde.....

Ignoré completamente su comentario, tras darme cuenta de que estabamos en las puertas de palacio. Los guardias que la custodiaban, hablaban con una joven de cabellos pelirrojos. Llevaba un vestido anaranjado, y un lazo amarillo como collar. Estaban discutiendo sobre algo que desconocía, pero que aun así no tenía curiosidad por saber. Me acerqué a ellos. La joven me miraba extraño, al igual que los guardias.

-¿Quien eres?-Preguntó la chica.

-Eso no importa. Venimos a advertirles de una amenaza que.....

-¿Acaso sabes quién soy?-Me interrumpió.

-No me importa. Sólo quiero que me escuches.

-¿Por qué debería?

-Es lo que trato de explicar.

-Guardias, llevense lejos a esta maleducada....

Los guardias abandonaron su puesto para agarrarme de los brazos. Me resistía en vano, pues su fuerza era mayor.

-¡Espera! Venimos a informales de que el reino de las hienas viene a conquistar el vuestro. Raven, vino a avisarme, pero no la escuché y mi reino fue atacado. Por suerte, ella estuvo allí para salvarnos. No cometas mi mismo error. Escuchala e iros de aquí.-Zeeb lo explicaba a duras penas.

La chica y los guardias, se pararon en seco. Ella pensaba mientras miraba fijamente a Zeeb.

-Está bien...Pasad, lo hablaremos con mis padres. Y así.....os cambiáis esos trapos.-La chica nos miró con asco y seguidamente entró a palacio.

Una vez me soltaron, seguiamos a la joven de cabellos pelirrojos. Los pasillos eran lujosos, y cada sala tenía cuidadosos detalles dorados. Nos llevó a la sala del trono, donde se encontraban los reyes. La chica, corrió en busca del rey, y le susurró un par de cosas al oído.

-Bien.....Les escuchamos.-Dijo el rey.

-Bueno, vengo a decirles que....

-Presentese antes.-Me interrumpió el rey.

-¡Callad ya! Mi identidad es irrelevante, ¡No es importante! ¡No soy importante! Quiero solamente que me escuchéis. Vuestro reino, como el de muchos, está siendo amenazado por el reino de las hienas. Se les ha torcido un cable, y ahora quieren volverse los reyes del mundo entero. Mi reino fue destruido, perdí a todos de los míos, incluyendo a mi familia. Iros antes de que sea tarde y no preguntéis, no dudéis, no es el momento. Solo iros lejos de aquí y reuniros con los otros reinos para plantarles cara juntos.

Todos me miraban sorprendidos en la sala. Mi rabia era tan grande que no pensé en lo que decía o en lo que hacía. Respiraba exhausta ya que había gritado demasiado y no había cogido aire mientras lo decía.

-No sé si creerte.-Respondió el rey.

-¡No me vengas con esas! Tenéis que iros, enserio.

-Alteza....debéis escucharla. Soy el príncipe de los lobos, y por no escucharla cuando debía, fuimos invadidos. Por suerte no perdimos a muchos gracias a ella.

El rey lo habló a susurros junto a su esposa y a la chica que parecía ser la princesa. Yo esperaba impaciente la respuesta.

-Nos iremos mañana antes del amanecer.

-Pero.....

-He dicho que mañana-Me interrumpió el rey.-Ahora iros a cambiaros. Nuestras sirvientas os ayudarán.

Cuando dijo eso, detrás, nos estaban esperando dos sirvientas. Sonreían amigablemente. Fuimos tras ellas. Antes de que cerraran la puerta, miraba al rey. No sé si conseguiremos salir a tiempo. Sólo quedaba esperar a que todo saliese bien. Zeeb y yo fuimos por caminos  diferentes. La chica que me guiaba por palacio, permanecía callada. Su largo cabello, negro y ondulado, se balanceaba débilmente. Yo la observaba desde atrás. La habitación a la cual me llevó, era un dormitorio bastante lujoso. La cama, rosa, ocupaba media estancia. Los muebles eran blancos con pequeños detalles dorados.
La sirvienta, sacó varios vestidos de un armario. Habían de muchos colores.

-Espero que sean de tu talla....-Susurraba la mujer para sus adentros.

Yo la observaba callada mientras ella miraba los vestidos. Eran todos muy coloridos y extravagantes. Entonces, sacó otro más. Ese era por las rodillas, de un color negro.

-Este es de tu talla. Pruebatelo.

Tal como dijo, me lo probé. Era exactamente de mi talla. La sirvienta, me dio un par de botas , marrones junto a unas medias largas y negras. Me lo puse también.

-Estás hermosa....ahora ven, te vamos a curar las heridas.

-Estoy bien. No hace falta.

-Sí, ven.-Me cogió del brazo y me llevó a que me curasen.

Las heridas dolían, pero eran soportables. Tras terminar, bajamos para reunirnos con los reyes. El cuervo, que estaba conmigo, me susurró:

-Princesa.....Te ves linda.

-Callate o te arranco las plumas de una en una......-El cuervo reía.

-Aun no me has puesto nombre......

-Maddox entonces.....

-Un gusto....princesa.....

Al bajar me reuní con Zeeb, que conversaba con la chica de antes. Zeeb, llevaba una camiseta blanca, con un chaleco de pieles. Un pantalón negro, con unas botas de montaña. Me acerqué a ellos.

-Hombre Raven.....Bonito vestido.-Me guiño un ojo.

-Idiota.....-Le ignoré por completo.-Mañana será tarde, lo mejor es marcharse ahora.

-Mis padres son los que mandan. Además quizás mañana aun no lleguen.

-Pero podríamos toparnos con ellos.

-No eres quien para hablar.-Me miró con desprecio.

Yo estaba apunto de responder, cuando Maddox me paró. Aun no entiendo que sigo haciendo aquí.

-Bien, avisados estáis, yo paso de arriesgar mi vida y la de Maddox.....-Me di media vuelta, pero el grito de la princesa, me paró.

-¡Carlos!-Fue corriendo a abrazar a un chico.-Te echaba de menos...

-Esto.....Kat, me ahogas.-El chico intentaba separase de la chica.

Yo gruñí irritada y entonces seguí mi camino. Pero esta vez, la voz de la reina me llamó. Me di media vuelta para escucharla:

-No te vayas.....Necesitamos tu ayuda.

-¿Para qué? Si después no me escucháis.

-Tu a mi tampoco....-Dijo Zeeb.

-Calla.

-¿Ves?-Protestó.

-Mi marido es un poco......difícil. Pero yo sé que podemos fiarnos de ti.....¿Sabes? Yo era amiga de tu madre......

-¿Qué? ¿De mamá?-Me sorprendí.

RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora