Narra Alessia
Levanto la cabeza de mi libreta para dirigir mi mirada a la chica rubia. Me está sonriendo.
-Hola. - digo algo incómoda. Me agobia que no paren de mirarme -
-¿Cómo te llamas? - me dice con intriga -
-Alessia . - respondo mientras empiezo a copiar lo que está escribiendo el profesor en la pizarra -
-Me gusta ese nombre. - dice feliz y ríe leve - ¿Y no quieres saber como me llamo yo?
La miro por unos segundos intentando descifrar por qué tenía tantos ánimos y ganas de querer conocerme, no es que yo hubiera sido lo más simpático del mundo con ella. Finalmente respondo algo, por no hacerle el vacío.
Me encojo de hombros. - Has empezado tú a hablarme, la verdad es que me es indiferente saber tu nombre o no. Pero que si quieres decírmelo, que lo digas. - digo tal vez demasiado borde -
Pero la rubia me responde.-Ashley, Ashley Brooks. Pero si quieres puedes llamarme Ash, también me gusta.
-Pues a mí llámame Alessia. Odio que acorten mi nombre. - consigo decir en un tono neutro -
-¿Y de dónde eres? Puedo notar tu acento.
La miro. Me estaba poniendo nerviosa.
-¿Y por qué no paras de hacerme preguntas? Me agobias.
-¿Y por qué te agobia que te hagan preguntas? - me dice interesada -
Suelto un bufido. Esta chica era demasiado simpática para mí.
-No creo que te interese mi vida. Ni a ti, ni a nadie.-Si no me interesara no estaría al lado tuya preguntándote.
-Y si no me agobiaras no estaría siendo tan borde. - digo aún copiando notas del profesor -
-Eres una chica buena. ¿Qué te pasa para ser así? Tienes demasiadas barreras.
Y la rubia suelta esas palabras de golpe. Mi cuerpo me manda a levantarme y a huir de esa clase, pero el profesor se adelanta a mis actos.
-Señorita Adams y señorita Brooks, ¿podrían callarse ya o quieren irse a dirección? - yo ignoro al matemático, me daba igual, mientras que mi compañera responde por las dos.
-Lo siento. - dice empezando a copiar-
El timbre suena indicando que la hora ya ha terminado. Recojo mis cosas rápido y salgo sin hablar con nadie del aula. Quería mirar cual era mi siguiente hora, ir, y desaparecer.
Cuando estoy llegando a mi taquilla, noto como alguien me coge del brazo, y me giro extrañada.-No quería agobiarte, lo siento. Sólo es que te he visto muy sola y quería acompañarte.
-Me gusta estar sola. - le digo mofándome de su agarre y abriendo de nuevo mi taquilla. Me tocaba gimnasia.
Me despido de ella con una sonrisa forzada y ando hacia el gimnasio. El profesor nos pone a dar vueltas a la cancha de baloncesto, para después dividir la clase en dos para jugar un partido de voley.Me doy cuenta de que la castaña despampanante de esa mañana está en el otro equipo. Lleva unos pantalones cortos que le podrían servir de cinturón y escote. Podía notar como muchas chicas de su alrededor le tenían miedo, no lo entiendo. Se nota que pertenece al grupo de los populares pero no creo que sea muy inteligente.
El partido de voley empieza y me dispongo a sacar. Cuando ya llevamos veinte minutos de partido, rotamos. Le toca sacar a la castaña teñida y me pilla desprevenida. Cuando levanto la cabeza queriendo darme cuenta de por donde va el balón, este aterriza en mi cara dándome un golpe en la nariz.
Estoy en el suelo. Toco mi nariz dolorida y veo sangre. Gimoteo de dolor y el profesor me ayuda a levantarme.
-Adams, ¿estás bien?
Yo asiento con la cabeza aún un poco mareada, y veo a la rata de cloaca cerca mía.
-Lo siento mucho, de verdad. Ha sido un accidente. ¿Me podrías perdonar? - me dice haciendo un puchero falso y riéndose por detrás con el resto de sus amigas -
-No seas hipócrita, si no lo sientes no digas nada. Veo que has disfrutado viendo como has acertado el tiro. Tampoco creo que lo hayas hecho a posta, no creo que tu inteligencia dé para tanto. - me vuelvo a llevar la mano a la nariz, dormida por el dolor y apoyo mi espalda en la pared,me habla el profesor -
-Adams, será mejor que vayas a enfermería. Te pondrán algo para que no te duela mañana la nariz y para curar la hemorragia. No te preocupes.
Asiento y salgo andando del gimnasio, pero me doy cuenta de algo. No sé donde está la enfermería, no conozco el instituto.
Ando con la mirada gacha cuando me doy cuenta de que estoy otra vez perdida y me pego a una taquilla, dejándome deslizar por ella hasta pegar el culo al suelo. Cierro los ojos y suelto un bufido hablando en voz alta.Todo me pasa a mí agh.
-¿Estás buscando algo? - escucho decir por encima de mí. Subo la mirada y me encuentro con un chico moreno de rasgos marcados. Llevaba dos tiras de color negro a ambos lados de la cara. Me dedica una sonrisa amable y me ayuda a levantarme -
-No sé donde está la enfermería, y me haría falta ir. - digo señalando mi nariz ensangrentada y tapándola -
-Sigue todo recto, y gira el tercer pasillo a la derecha. -veo como hace un gesto raro con la cara - No te preocupes, que te llevo yo.
-No hace falta. Sé orientarme.
-Voy a acompañarte de todas maneras.
Suspiro y me rindo. Parece que hoy todo el mundo va a querer ayudarme por muy borde que sea. Asiento con la cabeza y dejo que el chico me lleve hasta allí.
-Eres nueva, ¿verdad?
-Sí. - me limito a decir -
-¿Cómo te has hecho eso? No tiene muy buena pinta. - dice haciendo un gesto de dolor -
-Una castaña despampanante ha hecho que el balón vaya hacia mi cara.
Ríe. - No me digas más,que ya sé quien ha sido, Tiffany. No se lo tengas en cuenta, mejor dejarla. Me cae tan mal como a ti.
Lo miro y río momentáneamente. Cuando vuelvo la mirada hacia el frente, me doy cuenta de que ya estamos en la enfermería.
-Ya estás aquí. Espero que sea leve... me tengo que ir. Un placer, soy Zayn. - me dice el chico dedicándome una sonrisa - ¿Y tú eres...? - dice mirándome -
-Oh, Alessia. - respondo con una sonrisa casi inexistente -
Me dedica la última sonrisa. - Encantado.
Y sale corriendo por todo el pasillo. Seguramente llegaría tarde por mi culpa.
Regreso a mi mundo y me doy cuenta de que como no me curen ya, probablemente me muera desangrada.
Llamo a la puerta con los nudillos y espero a que me abra la enfermera.
Que día más completo.
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Protegerte
Teen FictionLa fusión de personalidades a veces puede ser explosiva. ¿Qué pasa cuando tienen que estar el uno para el otro a la fuerza? ¿Qué pasa cuando te propones tirar cada una de sus barreras? Los deberes sobrepasan los derechos, los sentimientos van a...