Capítulo 7

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Narra Alessia

Hoy es viernes. Acabo de terminar mi primer día de instituto y tengo un fin de semana por delante para hacer lo que quiera.
Meto la cerradura en la puerta de mi casa, abriéndola, y saludo sin ganas en voz alta. Me acuerdo de que mi madre no llega a casa hasta las ocho cuando no escucho respuesta por parte de nadie.
Subo las escaleras, entro en mi cuarto y suelto la mochila encima de la cama. Todavía no sabía lo que iba a hacer hoy, pero me daría un baño relajante.

Me desnudo, ya con la bañera llena, y cojo mi teléfono para poner la lista de reproducción de Little Mix. Tras media hora de baño salgo, poniéndome algo cómodo. Finalmente me decido por una camiseta blanca corta básica y unos legins, a juego con unas Vans blancas.

Me siento en la cama cogiendo el móvil para parar la música, y me doy cuenta de que tengo un mensaje de un número desconocido.

Holi.

Suponí que era Ashley, antes también me había saludado así en clase. Respondo.

Hola.

Me responde muy rápido y empezamos una conversación.

¿Tienes planes para esta tarde?

La verdad es que no, ¿y tú?

Ya sí :) Mándame tu dirección, que estoy allí en veinte minutos.

Le mando la dirección de mi casa. La verdad es que no tenía nada que hacer esa tarde. ¿Por qué no iba a quedar con ella? Al fin y al cabo me agradaba.

Termino de secar mi pelo y de maquillarme un poco mientras hago tiempo para que Ashley llegue. Al cuarto de hora, llaman a la puerta.
Bajo las escaleras rápidamente, estaba de buen humor. Le abro la puerta,empezando yo la conversación.

-Hola. - le digo dedicándole una leve sonrisa -

-Holi. - me responde ella, como siempre. -

-Pasa.

La rubia entra en mi casa y se sienta en el sofá. Subo rápido a la parte de arriba del apartamento y cojo mi bolso pequeño con las cosas necesarias, meto dinero y vuelvo a bajar.

-Lista.

-¿Sí? Perfecto, vámonos. Creo que te va a gustar el plan de hoy.

No sé a donde me llevaría esta chica, pero algo hacía que me fiara de ella. Monto en su coche, era uno muy normal pero bonito, de color rojo. Opto por preguntar.

-¿A dónde me llevas? - río -

-No sé si lo sabes, pero mañana hay una fiesta en casa de uno de los chicos del equipo. Me gustaría que vinieras conmigo. - dice mientras mantiene la vista al frente, conduciendo. - Si no te apetece, no pasa nada. Era por que te divirtieras en tu primer fin de semana en Londres.

Me acuerdo de que Zayn también me ha dicho de ir, pero no estaba segura. La idea de ir sola a una fiesta donde no conozco a nadie no me agradaba, pero el saber que iba con Ashley, me animaba un poquito más. Asiento con la cabeza.

-Sí, no sé. Si vamos juntas no me importaría ir.

La rubia suelta un gritito de emoción y me dice que le parece perfecto. Al cabo de unos diez minutos llegamos a un centro comercial, muy grande.
Todo en Londres es grande supongo.
Bajamos del coche y entramos. Esa tarde me dejaría guiar.

-Sé que en España no tenéis. Te va a encantar, ya verás.

No sabía a lo que mi amiga se refería. Pero antes de poder pararme a pensar, tira de mi brazo y nos ponemos en una cola. Miro hacia arriba, ya había escuchado hablar más de una vez de esta tienda: Starbucks.

-No eres alérgica a nada, ¿no? - dice la ojiazul levantando una ceja. -

-Que va.  - río -

-Mejor, vas a probar la mejor combinación de nata, café y chocolate de tu vida.

Cuando nos ponemos las primeras de la cola, mi compañera termina pidiéndose un descafeinado con nata, mientras a mí me pide uno de Strachatella con nata, la verdad es que tenía muy buena pinta.

Nos lo terminamos sentadas en una de las mesas, y al terminar lanza una idea al aire.

-¿Quieres que vayamos a comprar algo de ropa para mañana?

Me encojo de hombros. Me doy cuenta de que no tengo mucha ropa arreglada en mi armario, así que acepto. Entramos en una tienda gigantesca y me conduce hasta los probadores.

-Tienes un cuerpo muy bonito, y eres muy morena. El rojo te quedará muy bien.
Desaparece y vuelve al rato metiendo su mano en el probador y dándome un vestido para probarme. Tengo que admitir que era muy bonito.
Era largo, cubría hasta mis pies,y en mi espalda hacía una cruz elegante. Creo que era el mío.

-Que atino, creo que es el mío.  - sonrío -

-Estás preciosa.

Después de pagar, salimos de la tienda para volver a casa, pero veo algo a lo lejos que no me gusta nada.










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