Capítulo 5

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Narra Alessia

Estoy enfrente de la puerta de la enfermería. Me paso una mano por el pelo mientras la otra está puesta encima de mi nariz. La pija esa me lo pagaría.
A los pocos segundos de llamar, me abre la enfermera. Me dedica una sonrisa y me dice que pase haciendo que me siente en la camilla.

-¿Cómo ha sido? - dice mientras echa agua oxigenada en un algodón y da ligeros toques en mi nariz con él -

Suspiro.
-Estábamos jugando al voley y no he visto venir la pelota. Agh - gimoteo por el dolor -

-Tranquila, ya termino. Esto en dos días se te ha curado. - me sonríe -

Era una mujer joven, bastante guapa además. Llevaba una bata blanca sobre su ropa, pelo negro y ojos verdes.
Vuelve a tomar la palabra.

-Eres nueva aquí, ¿verdad? No me suena tu cara.

-Sí, es mi primer día. Y mira que suerte tengo - digo suspirando - soy madrileña.

-Madrid es una ciudad súper bonita.    -termina de curarme y se dirige a su mesa, rellenando un papel -  Toma, antes de irte hoy, dale este papel de mi parte a Ronald, es tu justificación.

La miro confundida. Todavía no me sabía los nombres de nadie aquí. Entiende lo que quiero decir con la mirada y ríe.

-Ronald es el profesor de gimnasia, tranquila. Es para tener todas las justificaciones en orden.

Asiento y sonrío leve dándole las gracias por su ayuda. Se despide de mí agradable y vuelvo a estar en el pasillo.
Afortunadamente me sé el camino de vuelta a mi taquilla y ando hacia allí. Cojo los libros para la siguiente hora, latín, y ando tranquilamente hacia la clase ya que tengo tiempo más que de sobra.
Al llegar al aula, me doy cuenta de que la mayoría de los asientos están vacíos. He llegado muy temprano por el accidente que he tenido y en verdad, lo agradezco. Así puedo estar más tranquila, sin nadie cuchicheando o teniendo que esquivar los objetos que se lanzaban unos a otros. Me acomodo en mi silla y saco mi móvil, escuchando un poco de música.
Veo como la puerta se abre y me doy cuenta de quien ha entrado. Es Ashley. Parece que tenemos más de una clase juntas.
Me mira dudando si sentarse conmigo o no, ya que en verdad, he sido bastante borde con ella hoy comparado con lo agradable que ha sido la rubia. Por eso, le dedico una pequeña sonrisa cálida, haciendo que sus dudas desaparezcan y empieza a acercarse a mí, colgando su mochila en el respaldo de la silla.
Esta vez empiezo yo la conversación.

-Hola.

-Holi. - me responde ella simpática sentándose a mi lado - Parece que tenemos más de una clase juntas. - ríe leve y se para a mirarme por unos segundos - Oye, esta mañana no quería molestarte. Sólo es que si yo fuera nueva, me gustaría que alguien agradable se acercara a mí, eso es todo.
Me encojo de hombros quitándole importancia al asunto.
-No te preocupes. Llevo una mañana muy movida, eso es todo. Esta mañana me ha tirado al suelo una pija. Ya sabrás quien es, Tiffany. - ruedo los ojos - Y después jugando al voley esa misma me ha dado con el balón en la nariz, y he acabado en la enfermería.

Mi compañera hace una mueca y toma la palabra.
-Esa chica se lo tiene demasiado creído. Pasa de ella.

-Lo sé. - digo dándole la razón -

Los pupitres van llenándose poco a poco, el profesor llega y la clase empieza. Por lo menos esta asignatura no era tan desagradable como las matemáticas. Me agradaba.

Cuando ya vamos por la mitad de la clase, el profesor le hace una pregunta a Tiffany, que está en la otra punta de la clase. Era predecible, la chica no sabía la respuesta.
Ya decía yo que no era inteligente.
Pero ella toma la palabra.

-Profesor, seguro que Alessia sabe la respuesta. - dice en un tono que no soporto, buscaba dejarme en ridículo. Lo que no sabía es que en España, se daba latín muchos años antes que aquí, y dominaba esa lengua a la perfección.
El profesor le hace caso a la rubia teñida.

-Adelante, señorita Adams. A ver si sabe la repuesta. Genitivo singular de la primera declinación.

Miro a Tiffany divertida y luego al profesor. Me tomo mis segundos para responder, y doy la solución correcta.

-Ae. - no hacía falta que dijera nada más. Sólo con ver la cara de frustración de Tiffany por haber sabido la respuesta, estaba satisfecha.

-Perfecto señorita Adams, un positivo. - le sonrío leve al profesor -

El timbre de la clase termina, ya he terminado todas las horas de la mañana. Ashley me da su teléfono por si quiero quedar con ella este fin de semana, ya que es viernes, y yo lo guardo en mi móvil. Me despido de ella y me acuerdo de que tengo que llevarle a Ronald la justificación de la enfermería.

Ya no hay nadie en los pasillos. Son las tres y todo el mundo anda ya hacia su casa. Cuando encuentro el gimnasio, entro y me doy cuenta de que allí si hay gente.
No sabía que este instituto tenía equipo de rugby, aunque cuando me acuerdo de que ese chico moreno, Zayn, llevaba dos tiras negras a cada lado de la cara, lo relaciono todo. Bajo las escaleras de las gradas y me acerco al entrenador. Me da las gracias por habérsela llevado y me pregunta por mi nariz. Le digo que todo está en orden y me despido de él hasta el lunes.

Pero puedo notar como alguien me está mirando cerca a mis espaldas. Me giro y veo al chico moreno de antes, que me dedica una pequeña sonrisa.

-Veo que ya estás mejor.

-La verdad es que sí, la enfermera es un amor. Nos vemos. - voy a despedirme de él con la mano, pero me corta -

-¿Vives lejos?

Esa pregunta me incomoda, no lo conozco mucho. Pero acabo respondiéndole.

-A unos veinte minutos andando de aquí, ¿por qué? - frunzo el ceño -

-Porque vivimos cerca, te acompaño.


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