03

8.8K 769 27
                                    

Jimin había pensado como seria el momento en que la viera nuevamente, si es que sucedía y eso estaba pasando justo ahora, pero no imagino que le diría, y se quedo unos segundos en silencio, mientras la gente iba y venía en la estación. Quizá debía reinar el ruido de las multitudes, del cotorreo y el caos. Pero Jimin no podría saberlo, y de alguna manera no se o sintió triste por eso por el contrario, sonrió tranquilo, quizá en paz.

- Vas tarde a la escuela. – Se inclino solo un poquito para poder distinguir cualquier expresión en ella que le dijese algo.

"Quizás"

Se simio en sus pensamientos he inocente mente sus labios susurraron la misma palabra.

"De alguna manera creo que hay tiempo para todo"

A que se refería específicamente con aquello, lo pensó solo unos segundos para llegar a ninguna conclusión, no quería perder el hilo de la conversación.

- A veces mi día se hace un poco largo. - Que existiera tiempo para todo para él se traducía en un día largo.

Le sonrió inclinándose un poco mas adelante en la banca, y acomodando su cabello detrás de su ojera mientras miraba al frente, quizá en unos minutos más llegaría su tren. Bajo el rostro y susurro quizá solo para ella misma, pero él se percato de aquello.

"El tiempo solo es algo relativo"

- Supongo que existe tiempo para todo. - continuo Jimin buscando que volviera a girar su cuerpo en la dirección de él, y así lo hizo justo para poder ver su rostro, estaba un poco nervioso pensando que podría ponerla incomoda, pero por el contrario ella sabia perfectamente que los ojos de Jimin no dejaron de seguirla, sin embargo no era algo que le molestara, él la miraba de una manera muy especial, reflejando solo las intenciones de querer estar atento a sus labios para leerlos.

"¿Así que tú tampoco tienes prisa para llegar a algún lado?"

¿La tenía?

Dijo distraídamente lo que estaba pensando. – Pretendía no llegar tarde al instituto.

Sonrío, y él también, sabía que no había comprendido lo que ella quería decir, porque sabia que significaba algo más, y quería pedirle que le explicara. Pero ella se puso de pie frente de él.

estiro el cuello para verle el rostro, la diferencia era considerable, desde ahí podía ver lo sonrosada de sus mejillas.

Le extendió una paleta de dulce, la acogió, sorprendido, mientras esa sonrisa no desaparecía.

"Prometo explicarlo luego"

Se disponía a girarse porque los vagones ya estaban recibiendo a sus pasajeros, suavemente Jimin tomo la manga del suéter de la chica.

- Te veo aquí mañana.

"Nos vemos mañana" le regalo la ultima sonrisa antes de subir, y él soltó su manga.

Jimin mostro su sonrisa de ojos cerrados y asintió, que feliz estaba.

En medio de las clases absorto en sus pensamientos, el algo mas que distracción llevo una de sus manos hasta su mochila recargada encima de la mesa, y se encontró con la envoltura del dulce que había recibido aquella mañana, que quito el envoltorio y se la llevo a la boca mientras pensaba en cómo sus días iban de apoco cambiando y que ya no eran igual de monótonos, y esperaba que siguiera siendo de aquella manera.

Hasta caminar por los pasillos a la salida se palpaba diferente llevaba su mochila y uno que otro libro, a fuera quizá se sentaría en la misma banca a esperar por su madre, pero concertarse en aquel libro ya parecía complicado, su mente divagaba entre lo de aquella mañana y como estaba asustado y feliz, todo a la misma vez, era acaso siquiera eso lógico.

Minutos después pudo divisar como el auto de su madre se acercaba, se estaciono donde siempre, y le abrió la puerta del coche a su hijo que se adentró en este sonriendo.

"¿Cómo te fue?" Jimin era demasiado bueno leyendo los labios, de la persona que fuese, se había vuelto tan observador esos ocho años. Se daba cuenta de cuales expresiones en los rostros de las personas eran realmente auténticos, y cuales no lo eran, sentado en el porche de su casa miraba s sus vecinos estudiando sus expresiones y cada detalle en ellos.

Jimin le regalo a su madre una de esas sonrisas cálidas, llenas de tranquilidad, y solo concluyo por decir que "todo había estado bien" su madre ya se había percatado de lo feliz que especialmente que encontraba aquel día.

"¿Solo estuvo bien?" Jimin no borro la sonrisa de su rostro, pero se limitó a no contestar la pregunta su madre la cual insistió que aquella conversación seguiría en casa.

"¿En casa me lo dirás?" Jimin asintió.

El auto avanzo por las calles, mientras en observaba todo lo que afuera ocurría con detenimiento tratando de descifrar las personalidades de las personas a las que veía, como seria sus vidas, a que se dedicaban, si eran personas felices o tristes, tratar de leerlas con sus gestos y expresiones, así todo el a camino a casa.

"¿Me dirás lo que sucede cariño?"

"Me siento bastante cómodo cuando voy solo"

Su madre sin percatarse se había quedado quieta en su lugar, pero rápidamente retomo lo que estaba haciendo.

Jimin estaba sentado en la encimera de la cocina, me siento sus pies mientras hojeaba el libro de cocina y imaginaba si la cena de mamá quedaría como la de aquel catálogo, sabía que en cualquier momento llegaría su mamá hacer esa intervención que dejo pendiente.

Jimin intento contenerse, mientras parecía despreocupado mientras le hacia saber aquel hecho a su madre, y si noto como el cuerpo de ella se tenso unos segundos. Jimin era plenamente consciente que era duro para su madre y que ella lo protegería siempre si es que pudiera, pero el tema era que Jimin era mayor un año y terminaría de estudiar arte, y si quería rentar su propio lugar, algo que fuese su estudio y si hogar.

Sonrió, "Es enserio, hijo me hace feliz" y aquello también era sincero, su madre estaba feliz, después de todo, la felicidad de Jimin era su felicidad.

Jimin Asintió. – ¿Puedo hacerlo más seguido?

Aquella petición la tomo por completo de sorpresa, si bien Jimin había estado un largo tiempo sin querer salir de casa, y haciéndolo solo con sus cercanos.

"Si tú se sientes cómodo" su madre le dio una amplia sonrisa y se acerco hasta el para acoger la mejilla de su hijo en la palma de su mano.

- Me siento cómodo. – declaro mientras su madre dejaba de acunar su rostro para alcanzar un mantel del cajón junto a Jimin.

Lo dejo caer sobre su hombro y miro a Jimin con comprensión

"Tienes que usar tu pulsera ¿Esta bien?"

Si aquella pulsera. – No quiero que la vea.

"¿Quién?"

- Las personas. – tenía sentido, sí, y su madre no insistiría en aquello, por lo menos no en aquel momento.

"Puedes cubrirla" de parte de su madre mas que nada fue una petición y Jimin lo entendía, a ella eso le daba seguridad, y solo asiento mientras se bajaba del mostrador para dejas un meso en la mejilla de su madre.

No dejo que su hijo se escapara tan rápido de ella, y lo señalo una la misma cuchara que estaba usando. "Luego tendrás que decirme la verdad" , perfectamente leyó esas frases en los labios de su madre, se sonrojo y se perdió por las escaleras hasta su cuarto.

Conocía demasiado bien a su hijo. 

Sordo ~ºPark Jiminº~ (1º Sentidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora