"Enemigos hay donde sea"

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Los chicos antipáticos quedaron impresionados a igual que mis compañeras y sigo en camino a un patio lleno de árboles.

— ¿Viste su cara? Estaba enfadada .— Habla Videla

— como no, si esta chica parece ser más ruda que estos tíos.— Responde Sonia

— ¡Cierto!, hasta sentí miedo .— Yui se abraza, haciendo que sea vea que le teme .— Un momento, ¿ y "la chica de la gorra" ?

— ¿ Hablas de la tal Heather ? .— Dice Videla.

— je je .— Ríe Yui al no recordar su nombre, con una mano en su cabeza.

Mientras las chicas me perdieron de vista , yo me adentraba al patio lleno de altos arbustos. El patio de árboles, estaba solitario y me pareció buena idea permanecer ahí.
Me giro y no veo a mis compañeras, ¡oh no! ¿Las perdí?, ¿puede ser que no les agrado?.

— ( creo que estarán mejor sin mi.. ) .— Suspiro al sentarme en un banco helado de color blanco mármol.

Este patio es muy tranquilo, creo que se ubica en una de las esquinas de el colegio. Los pinos que están ahí tapan mucho la iluminación del día, los arbustos están bien grandes y parece que nadie los poda. Siento mucho frío y eso es por que no traje mi abrigo, simplemente tengo un uniforme y gorro gris.

— ¿Hmmm..? .— Sobresalta mi corazón, al escuchar una expresión .— ¿ Y tu quien eres ? .— Me giro y veo que se trata de el tal Freddy ( el peli rojo de mi clase/ el mismo compañero que empujé esta mañana )

— Pues yo soy.. .— Su cara parecía estar retandome y me pone nerviosa .— Heather.. ¿Y Tu qué haces aquí?

Parecía que el no me conociera, o ¿acaso se hace el tonto?.

— Pues yo... Em.. ¿ Y a ti que te importa niñata ? .— Freddy parecía algo solitario, ya que se cruza de brazos y pone la vista en otra dirección.

— A caso ¿no sabes quien soy?, o ¿tienes la mente ida? .— Sigo con mis preguntas, pero se que estoy provocando que se enfade conmigo, y debería irme.

Me levanto de mi puesto dispuesta a marcharme.

— Te llamas Heather Guishef.. Y no soy un cabeza hueca ¿vale? . Apuesto a que no sabes como me llamo .— Freddy puso la vista en mi y yo lo vi al voltearme.

Sonrió sin darme cuenta, pero este tipo ya no me parece tan malo.

— Tu eres .. Freddy, (Freddy el gruñón del curso) el tipo que se hace ver malo para los que te rodean, con excepción a los que conoces bien.. .— Al decir esto el no se ríe, ni se queja .— Esta bien. Ganas, ahora me iré.

Camino en dirección al patio, cerca del mismo lugar donde estábamos discutiendo con los tipos raros. Con prisa me apego a la pared para evitar ser vista por los chicos de la ventana e ingresar al lugar.
Veo alumnos en todos lados, los pasillos están llenos. Me siento incómoda y retrocedo a otra dirección de aquel pasillo que estaba lleno de casilleros, ya había notado que personas habían puesto atención a mi y no me gusta. Llego en dirección a las escaleras, donde por suerte no había nadie.

— (Tengo que esperar que toqué el timbre.. Tengo que esperar a que todos se vayan) .— No paraba de repetirme eso en la mente, tengo mucho temor hablar con las demás personas. Subo por las escaleras para vigilar que nadie me vea, y sigo expiando el lugar donde me encuentro.

— ( ¿si este es el piso de arriba, estaré cerca de los chicos antipáticos? ) .— Pensándolo bien, estoy por mal camino. Me volteó inmediatamente a dirección de las escaleras, con un gran temor de que alguien me vea.
Bajó rápida mete por las escaleras de granito, doy un mal paso y resbalo. Pero no llego al suelo, alguien me sostiene con su brazo.

— Cuidado señorita, a este paso podría perder la cabeza .— Dice riendo un tipo de cabello rubio.

— Tu.. .— Es lo único que alcanzo a decir, al darme cuenta de que se trata de el tal Brett, el tipo de chaqueta deportiva de fútbol. El mismo que se burlaba de Videla

— Disculpa por no presentarme, soy Brett.. —. Me aparto de el empujadolo a un lado y sigo con paso firme.

Y tropiezo con alguien más, el tipo de gafas, y este no está sólo también trajo a sus amigos.

Tiempo atrás*.....

Estaba en mi pequeña habitación escribiendo en la agenda (cuaderno) que me dio Viley, y a penas empece a escribir una semana ya tengo más de catorce páginas llenas, con cada cosa que no me hayan gustado.
La familia ha recibido visitas constantes de unas personas, según Shasha son amigas suyas, pero se muy bien que son las hermanitas gemelas y Alois.

Las hermanas de Alois me dejan sobres, son como unas amiguitas para mi. Alois me ha contado ( en cartas ) que el fue adoptado por la anciana Dina. De modo que sería mi tío y hermano de mi padre. Pero el me contó que ha veces no vive con Dina, sino con Patrick, y el es un tío lejano de la familia.

Hace unos días Viley y Shasha discutieron con las hermanas de Alois, las visitas dejaron de proseguir y deje de recibir las cartas bonitas de ellas. Me sentía mal por no leer un cuento de ellas o algún comentario bonito sobre su ropa que tanto me querían mostrar de las gemelas Niez y Rishe, también empece a extrañar la mirada que Alois ponía en mi, sonreía a pesar de saber que yo lo odiaba.

Mi cuaderno empezó a empañarse y lo guarde bajo mi cama, esperando que me llamen a cenar. Limpió mi cara rápidamente al escuchar unos pasos en dirección a mi habitación.

— ¡Heather!, quiero que hagas algo para mi —. Dice Shasha tocando la puerta con brusquedad.

Abro la puerta, evitándola mirar a la cara. La sigo aún con vista a suelo y entramos en su habitación.

— ¿En qué quieres que te ayude? —.

— Quiero que pintes esto por mi —. Me demuestra un jarrón de madera blanca .— Mira, aquí tienes los pinceles, ahora saldré a jugar. Cuando venga espero que hagas un buen trabajo, te daré algo a cambio vale.

— ¿Y si tardo mucho en hacerlo? —. Pregunto. No me gusta cuando ella me encarga ha hacer sus deberes en la noche.

— Si tardas, le diré a mi mama que tienes cartas de Rishe y su hermana —. Shasha clavó la vista en mi con una sonrisa malvada.

— ¿Y que pasa con eso? ¿Acaso yo tengo la culpa? —. Respondo enojada, había descubierto las cartas que ellas me dejaban, ¿ Y cómo ?.

Se aproxima a mi y me empuja contra la pared. Me jala el pelo y me arrastra hasta el escritorio de ella.

— ¡Basta! ¡Déjame! —. Intento apartarla de mi pero es inútil, su fuerza es mayor que la mía.

— Harás lo que yo diga, ¡oh te largas a la calle! —. Me pisa la mano con su pie y grito por el dolor.

Ella termina saliendo de la habitación, y yo aún sigo llorando. Pasa una hora, alguien toca la puerta y yo estaba pintando el jarrón de púrpura con la mano dolida.

— ¿ Heather.. Estas ahí ? —. Es la voz de Viley, y abre la puerta .

El me ve y yo aparto la vista de el, no quería que me viera llorar. El coloca un vaso de chocolate y de su pantalón saca un paquete de galletas.

— Come esto, si no estas llena iré por más. No puedes trabajar en algo, si no estas en buen estado —. Dice Viley intentando calmarme, pero su amabilidad hizo que llorara con más fuerza.

— Deberías irte, si te ve Shash... —. El nudo en la garganta se hacía más pesado y no podía hablar.

— Tranquila, no me importa lo que me haga —. Se acerca a mi y observa el jarrón .— Puedo terminarlo, si quieres puedes irte a buscar algo en la nevera y lo traes a mi habitación.

Las palabras de Viley eran sencillas, y prefiero hacerle caso a el. De todos modos ya sabía que significaba eso. El quería que no hiciera nada y que pasara rato , jugando y comiendo, era preferible estar en su habitación ya que era el único lugar más seguro. Menos mal que lo tengo a el, me saca de la mente a mis enemigos.

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Voces en el silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora