Secretos y sueños

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Durante las clases el profesor Rudolf nos explica que tendremos clubes y estaré ellos están : El fútbol, Cocina, Basquet, química, y de lectura. Me emocione un poco con eso, pero lo que me preocupa son los gastos que vaya hacer, y eso que estoy interesada en el de cocina.

Recibimos nuestros horarios de clases y resulta ser que a partir de miércoles tengo educación física. No sólo es eso, se realizarán proyectos durante todo el año escolar: la casa abierta ( ese tipo de cosas me asusta. Mucha gente estará ahí ), juegos deportivos ( tengo el temor de el equipo que participe pierda ), las fiestas del colegio ( según se, en la escuela era más divertido, faltaba siempre ) . Soy un poco antisocial... Creo. Por qué sí me gusta conocer a personas nuevas, se como hablar. El problema es que soy nerviosa hablado con las demás personas, me quedo callada o en fin me aparto de alguna manera. Soy muy complicada conmigo misma.

Las horas pasan y termina en tocar el timbre. Todos se levantan en dirección a la puerta, puedo observar como las chicas me esperan en la entrada.

Recojo mis cuadernos y los guardo en la mochila, miro en la banca enfrente de mi y el gruñón de Freddy ya se había ido. Se me olvido agradecerle por lo que hizo.
Salgo rápido y las chicas sonríen comenzando a hacer un mogollón de preguntas disparatadas.

— ¿salimos juntarás? .— Pregunta Yui .— ¿prácticas para atracar al equipo creído de los hombres?
— ¿dónde es que estabas? .— Pregunta Videla con una mano en su barbilla.
— ¡Sabes que me impresionas un montón!, deberíamos darte un buen apodo .— Comenta Yui apartando a Videla.
— Calmaos tías .— Sonia las calla .— Ya párenle, dejen respirar a esta chica un poco si.

Por mi mente pasa un pequeño razonamiento, ¿debería decirles que Freddy me ayudo? O que simplemente me perdí y regrese a mi curso. No debería meter a el "gruñón", en fin, el esta aparte , y se molestaría si me escucha hablar de el.

— No importa .— Sonríe Yui .— De todas formas perteneces a nuestro grupillo.
— ¡Venga!, salgamos de aquí, ya me dio hambre .— Comenta Videla.

Salimos por el portón grande del instituto y nos detenemos, se supone que todas tenemos direcciones diferentes. Hay muchos alumnos y nos movemos cerca de las barras de metal rojas del colegio.

— Y bien.. .— Sonia saca un teléfono de su maleta .— ¿quien toma la dirección izquierda?
— ¡yo me las piro con Videl! .— Dice la china abrazando a Videla
— oye.. ¡Que me ahogas! .— Intenta quitarse de encima a Yui

Las chicas ríen y se alejan por el camino derecho, mientras yo quedo todavía con Sonia.

— Iré a la estación de metro .— comento.
— Yo paso por ahí, venga, te acompaño .— Dice Sonia amablemente mientras toma mi brazo, como sí fuéramos grandes amigas.

Cruzamos el paso de cebra, y todavía puedo ver alumnos por ahí, me pondría más nerviosa pero saber que tengo una compañera me calma.

— ¿Sonia?
— ¿qué pasa? .— Me mira
— ¿Es verdad que repetiste año? .— Me sentí un poco nerviosa preguntando, tenía el temor de que la fuera a incomodar.

— .... Pues la verdad si .— Mira al frente un poco pensativa .— Fue por..em.. Creo que hice una estupidez..

— No hace falta que me lo cuentes si no es necesario ( debería dejar de ser curiosa, esto me podría traer problemas )

— Un día lo diré .— Sonríe tranquila y me tranquilizo .— ¿te agradamos? ¿Verdad?

— ¿huh? .— La miro .— ( ¿estará pensando que soy antisocial? ¡Oh no!)

— Digo. Es que por que nos habías dejado, pensé que ya no te caíamos bien..jeje

— ( uff, vaya, así que con que eso era ). En la verdad me gusta pasar pequeños ratos sola, pero eso no quiere decir que ustedes me hayan caído mal .— Respondo, y justo estaba cerca el metro.

— Genial, bueno ahora me las piro .— Se despide. Y cada una va en su camino

Bajo las escaleras para tomar el metro, también tenía opción de tomar el bus, pero como que me gusta más estar bajo tierra.
Tengo muchas cosas que anotar hoy en mi diario, y cosas que contar a mi padre. Estoy emocionada, siento como mi corazón late agitado por las emociones internas que tengo. Siento que este año comienzan cosas nuevas, y solo tengo esperanza de que vaya mejor para todos y de ahí poder sonreír sabiendo que todo va bien.

Años atras* ......

Recuerdo que cuando tenía pesadillas me arrodillaba en el suelo y oraba para que me diera sueño de nuevo. Ha veces habían días donde me gustaría haber echo mis sueños realidad, haber dicho y contado las cosas que había soñado, por que nadie estaba ahí. Cuando intentaba hablar con una de mis tías, ellas terminaban en convencerme a que les hiciera un trabajo en la casa.
En los sueños más lindos que he tenido son: Mi casita de árbol, Los gatitos blancos que dejaban tener, La habitación más bonita de la casa, Los innumerables peluches de grandes tamaños, y mis fiestas de cumpleaños. El dormir era la parte más favorita de la noche, por que casó todo el día era horriblemente cansado.

Un día Viley me quitó el cuaderno que el mismo me había regalado, y terminamos peleados. Yo estaba en mi habitación muy furiosa, seguro que el habrá pensado que escribo algo malo de el.
En la tarde el viejo de la casa hace un vaso de vidrio. El estaba ebrio otra vez, y debía recoger esos pedazos antes de que se enfadara.
Con una escoba y un recogedor remuevo los cristales haciendo un poco de ruido. El anciano se dio cuenta de lo que hacía y me regaña.

— ¡pero niña! ¡Que ruidosa eres! .— Me reta delante de una tía .— Ale Ale, ya largó de aquí.

Me dirijo rápidamente a la cocina sabiendo que una de mis tías se iré de mi. Al entrar tropiezo con Viley y un poco de pedazos de cristal caen al suelo, el no dice nada y sigue su camino ignorandome.

Término de tirar los trozos del vaso roto, y no quiero salir de la cocina para toparme con ese horrible señor. Recuerdo que una vez me pegó una bofetada por estar muy ebrio, sinceramente no me agradan las personas que toman, me causan inseguridad.
Al salir de ahí evitando ser vista por el viejo, una tía me llama.

— Heather, ¿quien rompió el vaso? .— Era Roselín quien me preguntaba algo enfadada.

— Fue.. El abuelo.. .— Mi voz tiembla, tengo miedo.

— ¡eso es mentira! A qué sí Rene .— El viejo se dirige a mi otra tía, que afirma como sí fuera cierto.

— ¡no mienta! .— Protesto furiosa .— yo no fui...

— Haber niña, en esta casa se hace lo que nosotros decimos .— Habla Roselín
— ¡ pero he dicho que no es cierto ! .— Siento como sí me quedara sin aliento.

— ¡te me vas al sótano! .— Ruge el anciano levantándose de su mueble.

Salgo corriendo por el pasillo en dirección al sótano y soy vista por Viley que me expiaba secretamente. El viejo se pone a reír con sus hijas, como si nada hubiera pasado, y sirviendose más tragos de licor.

En el sótano empujo todas las cajas que veo. Una y otra vez, sin importar que se rompa. La última caja que empujo es muy dura y caigo con un brazo dolido, la caja empieza a tambalearse y salgo de ahí.
Suena feo al caer, pero el ruido no es de objetos finos. El polvo se dispersa un poco y empiezo a toser.

— ¿estos son libros? .— Susurro, al descubrir que la caja que tire estaba repleta de polvorientos libros viejos.

Examino el primer libro, y a pesar de no tener tantos gráficos y de estar lleno de palabras. Yo me senté en el sillón viejo a leerlo. Me comencé a distraer mucho, tanto que empece a examinar los otros libros. Encontré libros grandes de matemáticas, tanto como de física.
Mi vista se cansó y quede dormida, sin importar el frío que haga ahí. Pasan las horas y me siento muy cómoda, y no siento frío. Mi sueño comienza a aparecer..

Siento que alguien coge mi mano dulcemente, el cielo brilla despejado. ¿Eres tu papa? Pregunto sin tener respuesta. Y puedo contemplar una sonrisa apacible.
Despierto, aún en el sillón. Miro que delante de mi esta mi cuaderno. Me doy cuenta que estoy cubierta con una manta, pero eso no es lo único, Viley está también dormido detrás de mi.

Me pregunto, ¿porqué ha veces tendemos a querer a quienes nos hacen daño alguna vez?

... ... ...

Voces en el silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora