Capitulo 3

183 14 0
                                    

Narra _______:

No hay mejor que una ducha reconfortante por la mañana, definitivamente me relaja.

Hoy sería un día importante. ¿Por que?

Numero uno y principal: clase de debate; si obtengo un 10 en este taller tendré la calificación perfecta del semestre.

Segundo: mi novio, Fernando dará su discurso para presidente de la clase y obviamente votarán por el en estas elecciones, él es perfecto.

Me coloqué crema sobre mi piel brotando despacio. Hoy debía lucir mejor que nunca.

La ropa interior, la falda corta a cuadros, la blusa blanca de seda italiana, las calcetas blancas junto con los zapatos negros de taco y por último el bonito saco color vino.

-Perfecto. -dije mirándome al espejo.

Algo me decía que hoy sería un día diferente.

Frente al espejo peine mis cabellos y los aliste con un lindo listón blanco, rímel en las pestañas, algo de polvo para la nariz, color en las mejillas y brillo labial, luego el perfume, muy importante. Esta vez será de vainilla.

-¡______ Droved, vas tarde! -gritó Candy, mi nana.

-Ya voy. -dije tomando mi bolso y mi teléfono en mano para bajar.

Llegue a la primera planta muy rápido, se me olvidó que eran más de tres pisos en esta gran casa que parece un laberinto.

En el comedor no hay nadie, como de costumbre desayunaría sola.
Y de repente vi a mamá y a papá bajando por las escaleras, sonreí llena de emoción y me acerqué a ellos.

-Buen día, buen día. -dije sonriéndoles.

-Date vuelta. -dijo mi madre.

Di una vuelta y mi madre me miro de arriba abajo, siempre me enseñó que lucir bien era muy importante, lo primero entra por los ojos, una buena apariencia te abre las puertas según ella, pero yo no estoy tan segura de eso. 

-Bien, me gustan esos zapatos y ese listón te hace ver más bonita. -me sonrió.

-Gracias mamá ¿Desayunamos juntos? -la mire sonriendo.

-Lo siento princesa, no podemos. -dijo mi padre, Greg Droved tecleando en su tablet muy concentrado. -Tenemos una reunión a las 8:30.

-Será mejor llegar ya. -Dijo Victoria mi madre.

Suspiré resignada mientras asentía, siempre era lo mismo

-Lo siento nena. -Dijo mi padre y me dio un pequeño beso en la frente.

-Cenaremos juntos, promesa.

-Suerte hoy en tu taller de debate. -dijo mi madre.

-Tienes que tener el mejor promedio. -dijo papá.

-Lo se papá, lo se. -bufé.

-¡Oh! Deséale suerte a Fernando -sonrió mamá
-Si. -susurre

Victoria se acercó a mi y me dio dos besos, luego se fue en sus finos tacones importados de Dubái y tecleando en su teléfono, como si eso fuese más importante que yo.
Papa salió justo detrás de ella. Solté un suspiro frustrado en el aire y caí sentada en mi silla de mi gran comedor.

Observe mi alrededor, estaba sola. Ellos siempre se van y ni siquiera porque soy su única hija cambian sus planes de trabajo, desfiles, eventos, viajes, ni por mi, ni por nada.
Parece que ese celular les importara más que yo.

-¿Que va a desayunar señorita Droved? -dijo Eli, la sirvienta.

-Nada, ya me voy a la escuela, dile a Roth que me prepare el auto. -Me levante caminando a la salida.

Mientras más lejos de mi palacio, mejor.
Al menos en la escuela no me siento tan ignorada como aquí.

Malas Enseñanzas (Agustin Casanova & Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora