Maratón 1/3
Candy puso la mesa, la familia Droved se sentó en ella acompañados por Fernando Vázquez.
-¿Como está tu padre Fernando? -preguntó Greg.
-Está muy bien. -respondió Fernando. -Gracias.
-Mándales mis saludos, dile que pronto acabaremos con esa partida de golf que nos quedó pendiente en el club la otra vez.
-Claro que si.
________ cojio otro pedazo de asado de la fuente pero su madre la detuvo.
-Solo uno querida, ¿Acaso quieres engordar? ¿Cuantas calorías crees que tiene ese pedazo de carne? Te harás una cerda. -dijo su madre mirándola fijamente.
________ soltó el asado avergonzada y volvió la mirada a su plato, lleno de ensaladas.
-Tienes razón Victoria. -dijo Fernando -________ ha subido de peso este último mes.
«Esto era el colmo, ¿Acaso su novio la había llamado gorda?»
-Lo vez hija. -dijo su madre.
Ella asintió avergonzada y volvió a comer de su ensalada de brócoli y albaca. Miro a su padre de reojo para saber si decía algo, pero el estaba obsesionado con su iPhone que ni siquiera escucho la pesada conversación.
-¿Como te fue hoy en el taller de debate? ¿Ya tienes el 10 princesa? -preguntó su padre.
-Emmmmm. -dijo nerviosa -En realidad tengo un...
-________ tiene el mejor promedio, claro que tiene un 10 querido. -dijo Victoria -Mejor cuéntanos Fernando ¿Como vas con tu campaña? Seguro ganaras las elecciones del instituto este viernes.
Fernando sonrió.
-Claro que si, todo marcha de maravilla. -respondió.
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A la mañana siguiente Agustín despertó con mucho aburrimiento, odiaba esa estupida escuela para niños ricos.
-Como quisiera escupir en sus bonitas caras. -pensó en voz alta.
Se colocó su uniforme y salió de su habitación para desayunar un tazón de leche con cereal, Marcos salió de su habitación ajustándose la corbata.
-¿Sigues usando esa chaqueta de cuero? -preguntó Marcos sonriendo.
-No voy a usar ese ridiculo sacó. -dijo Agustín, mientras Marcos reía por lo bajo.
-Por cierto, mi tío envió tu moto desde Montevideo, está afuera.
La cara de Agustín cambio al instante, Betty, su amada Betty estaba aquí.
Le faltaron pies para bajar del edificio sonriente como un niño con un juguete nuevo. Al fin su moto estaba con el, con papá.
Se montó en ella y condujo hasta la escuela, el viento despeinaba su alocado cabello, el cuero del asiento era rudo, la velocidad cada vez más intensa.
La estacionó «En donde no debía estacionarla, claro está» y entro a la escuela.
Mierda, lo primero que vio fueron los cárteles del estupido de Fernando por todos lados diciendo "Voten por mi este viernes".
-Me dará sida en los ojos. -dijo riendo.
¿Quien en su sano juicio votaría como presidente del consejo estudiantil a ese payaso? Estaba loco.
Las primera hora eran química, así que busco el salón 301.
Le dieron unas ganas inmensas de dormir, pensó en saltarse la clase pero recordó que habían cámaras por todos lados, joder. A la próxima buscaría una manera de ingeniárselas para escapar de esta maldita escuela.
Se sentó en una de las mesas del fondo del laboratorio y espero, a los minutos sintió unas manos sobre su hombro dándole toques.
El giro la cabeza y vio a una chica en frente de el, se veía simpática.
-¿Está ocupado este lugar? -preguntó la morena.
-No. -respondió Agustín.
-Gracias. -sonrío y se sentó junto a él. -¿Eres nuevo aquí en Busktoon, verdad?
-Si. -respondió jugando con sus dedos.
-Pues bienvenido. -dijo la joven amablemente.
-Me encanto tu debate del día de ayer. -sonrío.
-¿Estabas ahí? -preguntó Agustín sonriéndole.
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Malas Enseñanzas (Agustin Casanova & Tú)
Novela JuvenilEsta fue la última vez Agustín Casanova, estoy arto de tu mal comportamiento y de toda tu mierda- dijo mi padre por quinta vez en la semana- te vas a la academia de Buenos Aires y no me importa si quieres o no, es una orden. Y tenemos a ______, ella...