Malas Enseñanzas (Agustin Casanova & Tú)

Capitulo 29

Narra Agustín:

-¿En que pensabas cuando te fuiste a solas con el? -la regañe mientras caminabamos.

Ella caminaba adelante mio rapidamente, sus zapatos de tacon resonaban con fuerza en la acera mientras caminaba hacia mi moto y yo iba detrás de ella rentándola.

-Eres una niña muy tonta, ¿como se te ocurre? el tipo casi abusa de ti y casi ni te das cuenta, ¿con que clase de engrendro estabas saliendo? te quiso violar, por un demonio ¿en que pensabas?

De repente vi que no me respondia entonces me preocupe, ella se detuvo en seco en frente de mi moto y yo me adelante aun mas, el jardin estaba vacio, todos estaban adentro celebrando el triunfo de ese imbecil.

Me coloque en frente de ella y la vi llorar, la niña buena era mas fragil de lo que pensaba, pero senti algo extraño cuando la vi llorar, sus ojos llenos de lagrimas me miraban muy fijamente.

De repente me abrazo, fue increiblemente sorpresivo, ella se acerco a mi y me abrazo rodeando sus manos fuertemente a mi cintura y escondiendo su cabeza en mi pecho. senti como su cuerpo pequeño temblaba y tarde en reaccionar por qué me quede atontado.

Lentamente y con algo de duda decidi corresponder a su abrazo y gire mis brazos alrededor de su espalda, aun temblaba, estaba asustada.

-Ya, tranquila - dije mientras la acariciaba lentamente. -Ya paso el susto niña buena, debes tener mas cuidado.

-Gracias, Agustín. - me dijo suavemente, me hizo sonreír.

Yo asenti y pude colocar la punta de mi nariz sobre sus cabellos, su aroma era a manzanilla y era delicioso.

Subí una de mis manos hacia su cuello y acaricie suavemente su nuca, instintivamente cerre los ojos, nunca habia tenido esa sensacion de seguridad en mi vida, fue raro, asi que decidi separame de ella.

-Sube ya, hay que irnos.

Ella me sonrio, su cuerpo dejo de temblar y con toda la seguridad del mundo subio detrás mio nos marchamos de esa estupida fiestita para ricos.

La niña buena comenzaba a caerme mejor.

Recibí un mensaje antes de eso, Agustín Duarte, un amigo quería verme en las carreras de motos, habia muy buen dinero para las apuestas, asi que decidi llevar a la niña buena a otra aventura conmigo, aprovechando que estaba vulnerable podria robarle un beso, otra vez.

Ella parecia tranquila, se aferraba a mi cuerpo cada vez que aumentaba la velocidad, estoy seguro que en estos minutos esta cerrando los ojos y suspirando por mi.