"Solo soy un perro de la Mafia"

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Era tan solo una niña, una dulce, tierna e inocente niña~ Mi madre siempre se esforzó por darme una vida digna, tenía todo lo necesario para ser feliz, Amor... Buen estatus, tampoco se puede decir que era la gran cosa, pero el sueldo de mamá era mas que suficiente para mantenernos a ambas, ademas tenía buenos amigos y compañeros que siempre trataban de ayudarle, nunca conocí a mi padre, pero realmente no me hizo demasiada falta, aunque de vez en cuando me hacían bullying en la primaria, siempre terminaban por hacerme enfadar y salían heridos, mamá me castigo muchas veces, Layla, ese era su nombre, sus cabellos eran de un rubio cenizo, un poco mas oscuro del común, casi marrón, pero yo, yo nací con cabello rojo, quizás me parecía a mi padre, ya que mi tío también tenía un cabello amarillo, yo era diferente, mamá nunca me hablo demasiado de mi padre, era como si nunca hubiese existido, las pocas veces que intente hablarle sobre ello siempre me evadió de algún modo, era muy pequeña, por eso no entendía, así que lo fui olvidando, restandole importancia, probablemente fue lo mejor, lo que recuerdo de mi niñez son situaciones de pura felicidad, alguna que otra lagrima, pero siempre una solución, ahora en mi mundo no hay mas que una espesa sustancia que cubre cada parte de mi ser, sangre...Oscuridad, Sangre... Siempre fui una persona que se defendió, desde muy pequeña estuve metida en muchos problemas, yo tengo una habilidad, la cual no sabía controlar y termine por aprender de algún modo, y así fue como comencé a sentirme superior, a cambiar mi forma de ser, me estaba volviendo diferente, pero cuando estaba con el, mi tío, algo en mi cambiaba, podía ser yo misma, estaba enamorada de el, el amor cambia, aunque probablemente a el le gustaba mamá, día a día me lo pregunte, porque había esa clase de mirada entre ellos si eran hermanos, me lo cuestione muchas veces, pero era una niña, no entendía nada, mi tío y mamá se llevaban al menos 14 años de diferencia por eso siempre imagine que seria imposible que el la viera de otra manera, ademas era su hermana mayor, pero había algo que me incomodaba cada vez; mamá era una detective muy bien reconocida, aunque no siempre le iba del todo bien, fue una mujer muy cariñosa, ella nunca descubrió mis poderes, mi tío tampoco, tuve cercanía con el al menos 3 años consecutivos, pero, se fue, aunque antes de hacerlo, me hizo una promesa... Que no cumplió...Lo hizo justo en mi cumpleaños numero 10... Ese año, Ese Maldi**(interferencia en la voz al decir la palabra) año, en el que todo cambio, recuerdo, lo recuerdo como si fuese ayer, 4 meses después de mi cumpleaños,  noche buena para ser exactos, ese día, todo cambio para mi...

—¡Otra ves! Maldito sueño... — Una chica de 18 años de edad de cabello largo, lacio y rojo, se despertó de golpe diciendo aquellas palabras exasperada— ¿De que sirve recordar el pasado? —Comento entre dientes con un claro semblante de enfado, mientras recogía su largo y despeinado cabello con una coleta, sus ojos eran achinados, daban una expresión de frialdad a su rostro y eran tan rojos como la sangre, profundos y atrapaban a cualquiera, parecía una chica bastante normal, incapaz de cometer tantas atrocidades como las que había cometido, recibía uno que otro elogio debido a su impecable trabajo, lo que le llevo a estar entre los mas privilegiados en la Port Mafia, si, la Port Mafia, aquellos que le habían acogido hace ya ocho años y hasta ahora le habían brindado todo lo necesario para vivir, o al menos esa era la manera en la que ella pensaba, Mayuri siempre mostró sus respetos a sus superiores, pero muy pronto se volvió alguien totalmente racional e independiente, una bestia sedienta de sangre, no encontraba mayor placer si no era en matar, desde pequeña recibió un duro entrenamiento espartano, lo cual la volvió una persona de carácter fuerte y duro, soliendo rebajar a sus enemigos de tal modo hasta hacerlos suplicar y finalmente acabarlos, ella junto con Akutagawa, eran unos de los miembros mas sanguinarios de la Port.

La chica se levanto de su cama y fue al baño, para luego entrar en la ducha, dejando rodar toda el agua fría que salia, por su cuerpo, esto no le causaba ningún desagrado, era mas bien algo relajante, luego de terminar de bañarse, limpio sus dientes, y se cambio de ropa, se coloco unas pantimedias negras, y una falda plisada del mismo color, una camisa blanca sobre la cual se coloco un abrigo rojo con bordes negros, el cual se arremangaba hasta el codo y era largo hasta un poco mas arriba de sus rodillas, con un pequeño cinturón negro en la cintura y un lazo que quedaba en la espalda, y también un lazo arriba en la caída del cuello que quedaba sobre su pecho, abierto desde donde estaba el cinturón en el centro hasta sus rodillas, dejando ver los plises de la falda, y por ultimo unas botas que llegaban justo hasta antes de la rodilla las cuales eran amarradas con trenzas. Esta era la vestimenta mas utilizada por la chica, cuando de trabajo se trataba, por eso llego a ser conocida como "el demonio rojo", quien haya visto su rostro y haya sido su enemigo, jamas vivió para contarlo.

Bungou Stray Dogs - La otra parte de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora