Bungou Stray Dogs - La otra parte de mi alma

"Dos mentiras por Una verdad"

Las cosas entre tú y yo ¿van bien? Creo estar totalmente segura de algo, y es que no quiero volver a ser utilizada por alguien. Por eso, no creeré en nadie, solo fingiré hacerlo, pasare de ser utilizada a ser quien utiliza. Y es que si la vida se pone en tu contra ¿Por qué no ponerte en contra de la vida? Yo cambiare, no para bien, no para mal, cambiare para mí, y cuando sea la persona que deseo ser, iré tras Mori-san, la persona que más me importa en este mundo, entonces lamentara no haberme asesinado, no haber acabado conmigo, haber dudado. Mientras tanto pienso contar dos mentiras por una verdad.

-¡AH! -Me desperté empapada en sudor a mitad de la noche, posiblemente eran alrededor de las 2 de la mañana, luego de escapar con Chuuya del hospital vinimos a su casa, era el único lugar seguro, por ahora.

Las sabanas de seda que me cubrían estaban empapadas, yo ocupaba la cama de Chuuya, por supuesto él había dormido afuera cediéndome su habitación, el siempre seria todo un caballero; hice un ademan como de sujetar mi cabello en una cola, pero era cierto ya no había nada, mi larga cabellera había desaparecido.

Me levanté lo más silenciosa que pude, no quería alarmar al chico que parecía cansado, me acerca hasta donde descansaba, y al verle allí, acostado, tan indefenso con ese rostro angelical, sentí ganas de estrangularle, lo siento son gajes del oficio, una vida pacifica para mí no significaba absolutamente nada.

"Los de la agencia han de estar buscándome" salto a mi mente, mi mano se dirigió hacia el mechón de cabello que atravesaba el rostro de Chuuya, lo sujete en mis manos con delicadeza, era más suave de lo que cualquiera podría llegar a imaginar, cuando iba a terminar de apartarlo di un respingo al sentir como mi brazo era sujetado con fuerza de la muñeca.

-Solo eras tú, Mayuri -dijo el como si nada mientras se incorporaba lentamente...- evita hacer ese tipo de cosas si no quieres terminar siendo arrojada -bromeo medio en serio.

-Ehehe -deje escapar una leve risilla-. Oye, Chuuya sobre lo que mencionaste ayer...

No pude terminar mi frase, el chico había intervenido acercándose de manera sagaz a mis labios, mientras en un acto lento los sellaba con los suyos, sentí como el color se apoderaba de mis mejillas, Chuuya tomo mi cabeza con una de sus manos gentilmente aprisionándome para que no pudiera escapar, sus delgadas manos atravesaban mis cabellos, ese no era mi primer beso, pero por varios instantes desee que lo fuera; un primer beso tan cálido y gentil.

Duro por unos segundos, hasta que finalmente nos separamos debido a la falta de aire.

-Es totalmente cierto, te amo y quiero que seas solo mía -me miro tan directo a los ojos que sentí como si atravesaba mi alma, ese espíritu osado e indomable comenzaba a hacerme sentir diferente.

-Yo, Chuuya... La verdad es que -no encontraba ni que decir, era difícil responder en una situación asi, realmente ¿me gustaba? Era algo que definitivamente no tenia muy claro, y en realidad tampoco quería aclararlo.

No me importaba el amor ni esas cosas, no ahora que mi verdadero amor me había traicionado, pero si podía sacar una ventaja de eso ¿Por qué no hacerlo? Me detuve a indagar entre mis confusos pensamientos, rebusqué, pero no encontré lo que deseaba.

-No digas nada, solo... Déjate llevar un poco -sus ojos ondularon por el lugar, y luego se acercó nuevamente a mí, su respiración hacia que mis vellos se erizaran no lo comprendía demasiado bien, tal vez solo se trataba de un instinto humano que me superaba. Él se deslizo grácilmente y acaricio tras mi cuello para luego comenzar a besarlo lentamente.

Espera... ¡Esta situación me supera! Pensé desesperada, cuando entorne la mirada por el área circundante me encontré con algo que se podría definir como obvio... Varias botellas de licor, especialmente vino, estaban esparcidas por el lugar.