Capítulo 4

135 4 0
                                    







–¡Vete de aquí, Paul!–grito hacia la puerta de entrada de mi departamento, él se encontraba afuera tratando de tumbar la puerta a golpes.– ¡Dios mío, Paul, los vecinos se van a espantar!

–¡Me importan una mierda tus vecinos! ¡Abre la puta puerta!–grita una vez más.

Corro rápidamente hacia mi habitación, ya que sé de antemano que en unos instantes Paul ya habrá tumbado mi puerta. Me encerré en mi cuarto y lo único que podía pensar era en que me iba a golpear, lo iba a hacer de una forma despiadada por lo que sucedió ayer en el baile. No puedo dejar de llorar, esta vez nadie podrá ayudarme. Escucho como la puerta de entrada ah sido derribada y los pasos de Paul apresurados a llegar a mi.

Entonces, pensé en llamar a la policía de una vez por todas, porque Paul no tiene derecho a poner un dedo sobre mi de ninguna jodida manera.
Corro hacia donde mi celular se encuentra y lo desbloqueo con rapidez, Paul ha llegado a mi habitación y me observa de una manera que no puedo explicar, vuelvo mi mirada a mi celular y presiono un botón sin siquiera pensarlo, la llamada está hecha, lo pongo rápidamente en mi oído y Paul frunce su ceño con mucho enojo.

–¿¡Qué estás haciendo, zorra!?–camina, o más bien, corre hacia mi y arrebata el celular de mis manos para lanzarlo lejos, me toma de mis hombros para lanzarme bruscamente a mi cama.– ¿Creíste que todo terminó cuando tu amigo el psicópata me golpeo frente a todos?–veo como se posiciona encima de mi de una manera que no puedo escapar. Pasa sus manos por mi cintura hasta llegar a mis glúteos, aprieta fuertemente de uno mientras pasa su lengua por mi cuello, se acerca a mi oído para susurrar: –Esto amenas comienza, bebé.

Él quiere violarme.

Lo sé, porque siento como me toca, como me mira y como me lame como si fuera toda de él.
Trato de zafarme de su agarre, pero me es imposible, sus fuertes manos están en mis débiles muñecas y todo su cuerpo estaba sobre el mío. Las lágrimas salen de mis ojos mientras Paul sigue diciéndome lo mucho que me ha deseado durante mucho tiempo, y que al fin lo tendría.

–¡Suéltame!–grito.– Por favor, no me hagas esto...

–Debes de ser mía antes de ser de un psicópata como Styles.–me grita desesperado.– No puedes ser de él, ¡no puedes, Bailey! ¡no puedes!

Siento una mejilla caliente, él acaba de abofetearme, cierro mis ojos con fuerza y comienzo a sentir asco por mi misma, asco por mi asquerosa y miserable vida.
Él va a violarme, pero yo aún no me rindo, no lo hago porque creo que sí logre presionar el botón para llamar a la policía, ha pasado un poco más del tiempo necesario que tardan en llegar, pero no me rindo.

–Al fin serás mía.–dice Paul con una sonrisa alarmante para mi, en verdad está disfrutando esto.

Mis lágrimas no dejan de salir y mi cuerpo no deja de luchar en vano para que me suelte de su tan fuerte agarre.

–Eres un asco.–digo cuando puedo sostener su mirada con la mía.

Él me sonríe con malicia y con una mano me quita mi blusa rosada, dejándome en brasier. Siento una vergüenza intensa en mi interior, ya perdí la esperanza de que la policía llegue a rescatarme; mis lágrimas no dejan de estar presentes y Paul parece disfrutarlo solamente.

–Hare que no te duela tanto, amada mía.–me susurra al oído seguido de una risa cínica.

–Si abusas sexualmente de mi... –digo como puedo, ya que tengo un nudo gigante en la garganta.– Solo debes saber que no sabrás de mi nunca más, aparte de que haré que te mueras en la cárcel.

Just a little bit of your heart | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora