Capítulo 2- ¿Quieren separarnos?.

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NARRA NEF:

Seguimos caminando por las oscuras calles de Moordville, hablando y riendo, como siempre antes hacíamos. Durante el trayecto que hicimos por el pueblo, viendo lo nuevo o recordando lo viejo que tenía, nos encontramos a muchos conocidos. Vecinos, compañeros de clase o simplemente amigos.

-Pues en Grinden hay muy buena comida.- Dice Sof frotándose las manos.

-Atlanta es super increíble, es todo muy a lo grande.- dice Mel agrandando los brazos, causando la risa de todas, ya que Mel no destaca precisamente por su gran tamaño.

Estamos unos segundos en silencio mientras seguimos caminando.

-¿Cuándo habéis llegado a Moordville?-pregunto.

-Esta mañana.-responde Lily.

-Por la tarde.-responde Mel, y Sof asiente.

-Yo le pregunté a mi madre y me dijo que no habiáis llegado...-digo confusa. La verdad es que no me extraña lo más mínimo. Desde hace casi un año no hacen mas que ocultarnos cosas, y se hace demasiado difícil poder creer que no nos mienten, aunque no creo que sea la primera vez. Mi madre sabía a la perfección cuando llegaban y si no me lo dijo fue porque no quiso, no hay otra explicación.

-¿Cómo no lo vas a saber? Si tú nos has llamado.-Dice Lily, burlándose de mi.

-¿Qué yo os he llamado? Ni que estuviera desesperada...-sonrío victoriosa.-En realidad si...-rio e intento ponerme seria.-Ahora, enserio, yo no os he llamado. Yo recibí un mensaje y por eso salí.

-¿Un mensaje de quién?-pregunta Mel.

-De Lily.-digo señalandola con la cabeza. La cara de confusión por parte de Lily fue tal, que supuse no sabía de que mensaje hablaba, pero estoy segura que fue de ella. Lo busco, y le enseño mi teléfono.

"Ya estamos aquí. En media hora en tu casa.

-Lily"

-Yo no te he mandado eso.-responde Lily negando incrédula, ¿De que se supone trataba esto...?-Es más, ese no es mi número...

Todas tenemos cara de pura confusión. Si ella no me mandó el mensaje y yo nos les avise tampoco.¿Cómo acabamos aquí?. Por una parte se me cruzaba la idea de que fuesen nuestras madres, que después de tanto tiempo fuera del pueblo y separadas por su culpa, quisieron unirnos.

-¿Y por qué no llamamos?-sugirió Lily, y todas asentimos.

Marqué en el teléfono, el mismo número que había enviado el mensaje en nombre de Lily, y esperamos a que alguien atendiese. Después de menos de 3 minutos, se escucha una voz. Una voz robótica, aparentemente programada por un ordenador.

-Las mentiras salen a la luz. Las mentiras salen a la luz. Las mentiras salen a la luz...-el mismo mensaje se repetía una y otra vez, el mismo mensaje y de la misma manera. Cuelgo rápidamente y suelto.

-¿Que cojones ha sido esto?-Río intensamente y Lily continuó con la risa. En los momentos en los que nadie sabe como actuar, una risa nerviosa siempre se hace presente.

-¿No será una broma vuestra?-pregunta Mel sonriendo en nuestra dirección.

-No, enserio. Yo no sé nada de esto.-Respondo seria y segura. Todas quedamos en silencio.

Estaba realmente confusa. El mensaje era algo misterioso, y esta situación era tan surrealista que no sabemos como actuar. Seguimos caminando y esquivando, por supuesto, el dichoso tema. Hay mucha gente que gasta bromas telefónicas, así que solo será eso.

Estamos de regreso a casa. Las cuatro vivimos casi en la misma calle, por lo que no tenemos que volver solas por mucho tiempo. Al cruzar la calle que nos deja cerca de nuestras casas, me sorprendo al ver una imágen que mi cerebro ya había logrado olvidar, o al menos, dejar de procesar. Todas nuestras madres estaban juntas. Formaban un círculo y hablaban bastante serias. Pero estaban juntas y eso me hacía feliz, porque me recordaba a los viejos tiempos.

Cuando nos vieron llegar, se separaron y cada una llegó a la puerta de su respectiva casa. Nosotras nos despedimos e intercambiamos teléfonos para poder estar más en contacto, nos abrazamos y cada una se dirigió hacia su casa, bajo la atenta mirada de nuestras madres, que observaron cada uno de nuestros movimientos.

Abrimos la puerta de casa y entramos directas a la cocina. Me siento sobre la mesa de la cocina mientras bebo el agua que había junto a mí, y oigo hablar a mi madre.

-¿Dónde habéis estado?-Pregunta sentandose en la silla junto a la mesa donde yo me encuentro.

-Fuimos a pasear, ¿sabes que van a remodelar la iglesia?-pregunto levantándome.

-Tengo que decirte algo...-mi madre hace una pausa, respira y continúa-No podrás hablar mas con ellas.-Al terminar de decir esa frase cerró los ojos, espectante a lo que tenía que decir. Esperando mi sermón.

-¿Qué?...¿He oído bien?-Hago una pausa respirando y controlando mi furia interna.

-Has oído perfectamente. No es algo que hagamos sin fundamento. Lo hacemos por vuestro bien. Ya nos lo agradeceréis.-Mi madre termina de decir esa frase y mi sangre comienza a hervir, controlo el tono de voz, para intentar no gritar, y le contesto.

-¿Agradeceros qué?, ¿Qué os hayáis salido con la vuestra? o ¿Qué hayáis roto nuestra amistad?. Si mamá, es cierto, gracias por empeorar las cosas.- Quito mi mirada y subo a mi cuarto, haciendo el mayor ruido posible, para dejar claro que estaba enfadada, y ninguna cosa podrá arreglarlo esta vez.

¿Las amigas separadas? ¿Que pensáis de las madres?...

GRACIAS POR LEER.

Bajo su amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora