La vida sigue, el mar me espera, la rosa de los vientos mi rumbo altera. Al frente, el horizonte, detrás, la playa queda. Y el viento, que del rojo fuego de mi pelo se apodera.
Zarpo pronto, ¡voto a bríos, levas anclas, izad velas, soltad amarras, trimad justo la botavara y cangreja!
La Mayor se hincha al viento, la Menor la driza espera. La quilla rompe las olas y mis piratas jalean, cuando enemigos arrojo, por la borda y pasarela.
Sobre el palo de trinquete ondea negra bandera, anunciando mi llegada. ¡Pasaré a todos a espada! Seas capitán o plebe y hasta el último grumete, ¡temed todos mi galera!
Jarcias firmes, tenso el rumbo, ciño el viento a barlovento que mi barco escora. Pirata y cañón abordan, ya soy fuerte y libre ahora.
Vista al frente de crujía, vivo libre, siempre al día, cuando surco los mares sin rumbo y dejo a popa la bahía.
Nuevas olas, nuevos mares, cantan por mí letanías.
Nueva vida, nuevos rumbos, aventura sin fin me espera. Tan sólo temor infunden, bardos de puertos lejanos, que oyeron que Anne Bonny, nacida del mismo infierno, de los barcos se apodera.
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Este poema me lo inspiró la novela "Aguas Agitadas", de Naedel Es, sencillamente, genial. ¿Todavía no la has leído? No sé qué esperas...
