Conozco a James Chase

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Solo sé que me desperté como dos veces antes de despertarme completamente.

La primera de esas, recuerdo que había alguien en una silla de ruedas conversando con un tipo de camisa atigrada.-Señor D, sabe usted que significa la llegada de Pamela.- Un momento, como él sabía mi nombre

- Si, lo sé. Ahora tengo que aguantar a la hermanita de Petter Jhonson.-Perdón? Y quien es ese tal Petter. Aunque por el tono con que lo dijo, no parecía que fuera su verdadero nombre.

Luego de eso dije algo como.- Uhhh?- Y volví a dormirme.

La segunda vez, recuerdo que había un chico, tenía el cabello rubio miel y estaba un poco bronceado al estilo californiano. Me daba de comer algo que para mí sorpresa sabía muy rico. El me preguntó algo que no llegué a escuchar, porque me había vuelto a dormir.

Cuando por fin me desperté, ví en la mesita que estaba a mi costado, un vaso con algo que parecía zumo de manzana. Traté de estirar mi mano para poder alcanzarlo, ya que me gustaba el zumo de manzana. Pero de repente sentí muchas náuseas.

Luego oí una voz conocida.- Hola, mi nombre es James. James Chase. Te acuerdas de mí?

- Uhhh... Creo que sí... Tu eres el de la colina. El que evitó mi caída.

-Ehhh... Sí.- Logré ver que emitía una sonrisa.

Lo admito, también sonreí-Bueno...Me puedes ayudar a levantarme, no me gusta estar sentada.

-No puedo. Quirón me dijo que te quedaras acá hasta que tomaras el néctar

- Qué? Ohhh, te debes de referir a ese vaso con zumo. Ok me lo puedes alcanzar, lo haría yo, pero me siento muy débil.

- Claro, te hará sentir mejor-entonces, me alcanzó el vaso que tenía una de esas pequeñas sombrillitas. Cuando lo probé, sabía a cookies con chocolate; una bebida caliente. Lo cual era muy raro, juraría que era zumo.

Cuando la terminé, aún divisaba los cubitos de hielo en el fondo del vaso.- Mmm... Estaba muy... rico

- Si. Y ahora, como te sientes?

- Yo creo que mejor. Gracias.

- No te preocupes. Ahora, tu crees que te puedas parar?

- Si, eso espero. No aguanto más tiempo echada. Me puedes ayudar?

- Claro, haber, apóyate en mí- Y así lo hice. Me dieron un poco de náuseas, pero las hice a un lado. James me ayudó a caminar hasta el proche. Luego bajamos las escaleras y pude admirar todo el campamento. Ahora ya sabía. Aquí estaría segura.. Pero, yo sentía que todo el campamento estaba mal, agonisando. Sentía que estaba como que aguantando la respiración. James y yo nos sentamos en las escaleras del porche. Entonces el me dijo-. Si, te contaré por qué esta así.

 Pamela Jackson y los dioses del Olimpo: El Mar de los MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora