La reclamación

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Me desperté en la enfermería. Ya no me dolía tanto el tobillo. Estaba comiendo lo que me habían dicho que era ambrosía. Ya casi no sentía dolor.

-Hola Pamela. ¿Estás bien?

-Sí.

-Bueno, tenemos que ir con Quirón.

-Está bien James.

Al llegar a la Casa Grande, entré y vi a Percy, Annabeth y Tyson entrando al departamento de Quirón. Entre también con James.

Tyson nada más verlo le dijo: ¡Poni!

Al parecer Quirón se molestó un poco-. ¿Cómo dices?

Entonces Annabeth corrió a abrazarlo. Estaba llorando.

-Hola niña. Y Percy, cielos, has crecido mucho.

En eso yo toqué la puerta-. ¿Puedo pasar?

Quirón me respondió-. Pasa Pamela, tú también James.

-Hola, perdón por interrumpir- Percy hablo-. Clarisse ha dicho...que te han... ¡Despedido!- dijo con un humor negro-. Nos explicó porque.

-¡Pero es una locura!- exclamó  Annabeth.- ¡Tú no puedes haber tenido nada que ver con el  envenenamiento del árbol de Thalía!

Y así seguimos hablando. Tyson estaba completamente flipado.

Ya al final Quirón nos  dijo de algo que se arrepintió al instante. Percy al parecer era muy valiente. Pero Quirón le prohibió salir en busca de eso objeto mágico. Yo solo prestaba atención a su pequeña peleíta. A Annabeth, Quirón le hizo jurar proteger a Percy, sobre el Río Estigio.

Percy preguntó por Tántalo. Antes de que Quirón le pudiera decir algo, sonó la caracola, ya era hora de cenar. Quirón nos dijo que nos vayamos a cenar. Tyson y Annabeth lloraban escandalosamente. Percy trato de consolarlos, pero no funcionó.

Cuando llegamos al pabellón del comedor, el sol ya se estaba escondiendo. Annabeth se despidió de nosotros y nos dijo que nos vería más tarde. Todos estaban desfilando, como siempre. Al parecer Clarisse no estaba muy afectada. James y yo nos despedimos de Percy, el cual era hijo de Poseidón y nos fuimos con los de Hermes.

Todo mundo miraba mal a Tyson. El señor D. no estaba muy feliz al ver a Percy. A su lado estaba Tántalo. El señor D. le advirtió a Tántalo sobre Percy. Luego le mostraron un periódico donde salía su foto. Con mi dislexia y desde lejos no puede leer bien. Pero decía algo de que había incendiado no sé qué.

Luego de que todo ese momento pasar, Tyson estaba muy incómodo parado ahí.

Todos nos paramos para ofrendar parte de nuestra comida a los dioses. Cuando yo me paré, le rogué de nuevo a mi padre que me mandara ayuda y que me reclamara.

Todos terminamos de comer. Tántalo hizo un comentario sarcástico-. Sí, bueno. ¡Otra comida fantástica! O eso es lo que me dicen.

Luego de que terminara de hablar Dionisio aplaudió, los sátiros lo imitaron.

Tántalo luego dijo que volvería a instalar las carreras de carros. Hubo un murmullo de excitación. Pero me  habían contado que fueron una masacre. Luego hablo de los premios. Clarisse tuvo una objeción. Yo ya no quería estar ahí. Estaba muy aburrida. Tántalo comenzó a alardear de Clarisse.- Ah, la heroína del día.- no solo fue ella, yo casi muero.

Bueno, después de eso, Tántalo comenzó a pensar en donde poner a Tyson. Cuando dijo que lo metieran en la cabaña de Hermes, Connor y Travis parecieron repentinamente concentrados en las decoraciones del mantel. En  la cabaña no había espacio. Entonces preguntó dónde podrían meterlo. De repente, Tántalo se sobresaltó. Todo el campamento se sobresaltó también. Encima de la cabeza de Tyson, había un tridente verde incandescente. Todos imitaron a Tántalo y comenzaron a reírse, a excepción de algunos. Luego todos se callaron repentinamente. Mientras Tyson trataba de aplastar el tridente que ya estaba desapareciendo, en la mesa de Hermes, hubo otra reclamación.

-James... párate...- Encima de su cabeza, había una lechuza. El símbolo de Atenea. Todos lo miraron.

Luego, el señor D. dijo-. Genial, tres reclamaciones en un día.

Yo no sabía a qué se refería, hasta que James me dijo: Pamela... párate- entonces salí de la mesa de Hermes. Todos salieron de sus mesas y se arrodillaron. En ese momento me di cuenta que había un tridente verde incandescente sobre mi cabeza. Percy se sorprendió, pero también se arrodillo. Todos, hasta James que ya no tenía la lechuza encima me dijeron.- Salve Pamela, hija del dios del mar.

Mis pensamientos estaban revueltos.

Yo..... Hija de Poseidón..... 

 Pamela Jackson y los dioses del Olimpo: El Mar de los MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora