Hamilton era escoltado fuera de la habitación en donde sucedería todo. Dónde se decidiría su futuro.
Si viviría o no.
Sinceramente, a él no le importaba la decisión final. De todas forma, la muerte fue algo que deseó, y si vivía, seguiría con la mira en su objetivo.
Ser recordado.
Dentro del cuarto, cuatro hombres estaban presentes, dos debatían sobre la vida del acusado.
George Washington, Thomas Jefferson, James Madison y Aaron Burr.
Al contrario de lo que se creía, lo que se discutía no era sobre si Hamilton vivía o no. Era de demasiada relevancia en las políticas como para darle tal condena.
Thomas clamaba que debería ser castigado como alguien de Virginia, que lo deberían castrar.
George, por su parte, intentaba defenderlo. Él sabía cómo se sentía el no poder tener hijos propios.
James y Aaron se limitaban a escuchar, mientras que el otro par intentaba mantener su calma.
"¡Esa es la condena! No podemos simplemente dejarlo ir sin hacerle nada, ¿que dirá la gente? Qué hemos dejado a un enfermó andar por las calles sin castigar su pecado."
Cada palabra que salía de la boca de Jefferson, hacía que James apretara más el pañuelo de tela que tenía en la mano. Burr había notado la inquietud en su compañero, y mantenimiento un gesto serio le dió un toque en el hombro.
"¿Esta bien?"
El más bajo no respondió, pero le devolvió una mirada calmada, que bastó para que vuelva a prestar su atención a los dos hombres delante suyo.
Tosió un poco y se acercó a paso lento al lado de Washington. Thomas lo seguía con la mirada, pero no se callaba. Lo que detuvo el hablar de todos en la habitación fue lo que hizo después.
Defender a Hamilton.
.
.
.
Con el pequeño debate ganado, Madison se apresuró en salir de aquella habitación e informar a Alexander sobre lo ocurrido. Él parecía confundido, tal vez un poco decepcionado, pero más que nada aliviado. Le agradeció por defenderlo, y siguió su camino hasta su oficina.
No se le interrumpió por el resto de la tarde, pero al caer la noche, alguien entró sin llamar la puerta.
Thomas, quién más podría ser.
"¿Que fue eso?"
James no levantó la mirada, intentaba ignorarlo, pero quién podría ignorar a alguien que no se calla si es que no le respondes.
"Jem, te estoy hablando, responde."
"No sé a qué te refieres."
"¿No sabes a qué me refiero?"
Soltó una risa, mientras que el otro recogía sus cosas para irse a su propia casa.
"Lo repetiré un vez más."
Papeles listo, plumas listas, todo en una maleta. Se levantó del asiento, aún no le dirigía la mirada a Thomas.
"¿Que fue eso?"
James caminaba a la salida, al pasar por el lado del otro, le dió una rápida mirada.
"El fin de nuestro amorío."
Con eso, Jefferson se quedó mirando el suelo en la habitación ahora vacía. Retomó su postura un par de minutos después, y sólo salió del lugar.
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Everyone here is cheating on their wifes, damn.
Washington está vivo bcs sí, okay? >:v
Y sí, aún sería la administración de Washi
NO ME PREGUNTEN EXPLICACIÓN PORQUE NO LA TENGO, AH
No sé que acabo de escribir, matenme (?)
Bueno, uhm... Casi se quedan sin capítulo esta semana pero hoy me levanté temprano para terminar de escribir esto :'D
Welp. Im dying.
PastTomorrow out!
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Say No To This
Short Story[historia del 2017, hay ciertos estereotipos gay que mi yo joven no entendía que estaba mal] Era una noche fría, mas que nada solitaria para el pobre Alexander. El cansancio y estrés le habían impedido pensar con claridad, y solo se dejo llevar. Vay...