Seis.

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- ¿Desde hace cuánto tiempo no hablan? - pregunta Mariana.

- Desde hace más de una semana, soy tan torpe, debí haberle dicho todo aquel día en el parque pero desde entonces solo lo he evitado.

- ¿Él no te ha buscado?

- Sí, ha intentado acercarse a mí, pero yo me alejo, sé que tengo que decírselo, pero no se de qué manera.

Estoy en casa de Mariana, después de que me fui casi corriendo del parque aquella tarde no he vuelto a hablar con Santiago. Me ha escrito pero no le contesto, ha venido a mi casa y le he dicho a mamá que no lo quiero ver, obviamente le tuve que contar a ella por qué y me ha dicho lo mismo que Mariana, que le confiese mis sentimientos.

- Fabiana, llegara el día en tendrás que hacerlo - dice mi amiga.

- Tengo miedo Mariana, miedo de perderlo, miedo de que la cosas entre él y yo no vuelvan a ser como antes.

- Tienes miedo al rechazo.

- Si - respondo en un suspiro - es que ¿no lo entiendes? ¿Cómo le dice a tu mejor amigo que te enamoraste de él? - aprieto las palmas de mis manos contra mis ojos intentando no caer en la desesperación.

- Hey, tranquila - dice Mariana mientras se sienta junto a mí - simplemente háblale desde el corazón. Dime ¿Qué sientes por él?

Entonces la miro, veo que no fue una pregunta al azar, mi amiga espera una respuesta.

- Quiero a Santiago de la forma en la que nunca he querido a otro chico, lo quiero incluso cuando se come todas mis galletas oreo y tengo que ir a la despensa a comprar más - las palabras comienzan a salir de mi boca sin que pueda detenerlas y no se siente como si estuviera respondiéndole a mi amiga, se siente como si estuviera respondiéndome a mi - quiero que la forma con la que juega con mi cabello cuando esta aburrido nunca la pierda, siempre he querido a Santiago, siempre lo querré, nos conocimos desde niños y él siempre fue el que estaba conmigo aun en los días en que ni yo misma creía en mí. No sé en que momento empezaron a florecer de distinta forma mis sentimientos hacia él, no sé ni siquiera como describir la tormenta de emociones que el crea en mí, mucho menos sé porque me enamore de él y no de otro chico, lo único que sé es que todo se relaciona a una sola cosa... amor. Yo no planee sentir esto, sencillamente paso.

Hay un silencio, puedo sentir la mirada de Mariana clavada en mí pero eso no me inmuta, se siente tan bien decirlo en voz alta, siento como una ola de tranquilidad, alegría, paz me llena. He pasado todo este tiempo tratando de callarme lo que siento, tratando de guardar mis palabras, para que la persona menos esperada venga y me deje sin aliento.

- Solo tienes que decírselo - la voz de Mariana me saca de mis cavilaciones - no trates de explicar tus sentimientos, simplemente habla, dí lo que sientes y no te sientas mal por ello porque Fabiana, amar no es un pecado, el pecado es nunca hacerlo. Y si después te arrepientes de haberlo confesado, ok esta bien, pero te arrepentirás por lo que hiciste no por lo que no hiciste y pudiste haberlo hecho.

Sonrío, esta vez de verdad, porque sé que tiene razón, tengo que hacerlo, voy hacerlo, le diré a Santiago todo.

- Y sobre tu pregunta de no saber porque te enamoraste de él, bueno ¡solo es de mirarlo! ¡el chico está buenísimo! Me sorprende que te hayas tardado tanto en que te guste.

Ahora sí que rio - en serio que no puedes mantener una conversación seria, mataste el momento.

- Lo siento, tenía que decirlo - dice, con fingido tono de disculpa.

Me enamoré de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora