Siete.

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Es fin de semana y estoy en casa, es la hora del almuerzo, aún no he hablado con Santiago y Mariana está ansiosa porque se lo diga ya.

Oigo a mamá llamarme para que baje a comer, bajo rápidamente y me siento en la mesa, empiezo a saborear el jugoso filete que ella ha cocinado cuando escucho que tocan la puerta, por un momento me pregunto quien será, pero dejo de preocuparme por eso porque ya estoy comiendo sin pensar en otra cosa, pero soy consciente cuando escucho que mamá habla.

- Pasa Santiago - todo mi apetito se va, empiezo a sentir el latir desbocado de mi corazón y mis manos están heladas.

- Hola, Fabiana - dicen a mis espaldas y me obligo a voltear a ver.

- Hola, Santiago.

- ¿Quieres almorzar con nosotras? - pregunta mamá, entrando en la cocina.

- No, gracias señora Vega - responde con una sonrisa a ella - realmente vine para invitar a salir a Fabiana - esta vez está mirándome - iré con Robert y los demás al boliche, pensé que talvez querías venir.

- A-ahora no puedo - logro decir.

- ¿¡Que!? ¿Por qué? Has pasado todo el día encerrada - la voz de mama resuena en la cocina.

- Es que... tengo mucha tarea que hacer y...

- No, ya pasaste toda la mañana haciendo tareas - dice, quitándome el plato de comida sin terminar - ahora sal y diviértete un rato.

- Además ira Mariana - agrega Santiago.

- Bueno esta bien, solo iré a cambiarme rápido - respondo, sin estar convencida del todo de querer ir.

- Muy bien, aquí te espero.

Al bajar Santiago esta con mamá en la sala, hablando como si fuesen muy buenos amigos sin importar las diferencia de edades. Cuando me ve se levanta.

- ¿Lista? - pregunta.

- Si - afirmo.

Nos dirigimos en su auto al boliche que está en el centro comercial y al llegar nuestros amigos ya están ahí, veo a Marina y eso me alivia, también esta Robert, Juliana, Mario, de pronto llega Elena y con ella... Alicia.

Cuando la chica ve a Santiago junto a mí es como si un interruptor se le encendiese ya que sale corriendo a los brazos de él. Noto como ella intenta plantar sus labios en los de él, pero él logra captar el gesto y se aparta, aunque eso no es suficiente para que ella se aleje.

Empezamos a jugar dividiéndonos en dos grupos y lamentablemente Alicia va conmigo y aún así ella esta como goma de marcar pegada a Santiago.

Luego de varios juegos Robert pregunta si vamos al cine, a lo que todos respondemos que sí, entonces busca en su celular la función más cercana de la película que queremos ver y dice que dos de nosotros se adelanten a comprar las entradas, ya que aún faltan 30 minutos, alegando que ellos después llegaran.

- Que vayan Santiago y Fabiana - dice Mariana.

¿¡Que!? ¿Qué demonios estas haciendo?

Espero que Santiago se niegue pero hace lo contario.

- Si, por mi esta bien.

Puedo ver la mirada furiosa que Alicia tiene en él pero al ver que él no se inmuta la dirige a mí, sé que trata de intimidarme pero he resuelto que no le daré el gusto.

- Sí, también estoy de acuerdo - digo, con voz despreocupada.

Ella está a punto de replicar algo cuando Elena dice:

-Alicia, ¿me acompañas al baño?

- Si - responde su prima, sin buen humor.

Empezamos a caminar hacia el cine que esta en la segunda planta.

- Creo que no le agrado a la prima de Elena.

- No le hagas caso, ella es así - responde Santiago - ¿Por qué no querías venir ahora? - la pregunta me saca de balance.

- ¿Por qué dices eso? - digo haciéndome la desentendida.

- Por favor Fabiana, era obvio.

- B-bueno tenía muchas cosas que hacer.

- No querías venir conmigo - dice, ignorando mi respuesta.

- ¡No! No, no es eso, es solo que... en serio tenia cosas que hacer - sé que sueno ridícula con una excusa tan tonta.

- No entiendo que nos pasó - su voz suena triste, apagada.

- No ha pasado nada, Santiago.

- Al contrario, ha pasado mucho - responde, mirándome fijamente -pero esta bien, si no quieres decirme, lo entiendo.

Sé que es el momento. Este es el momento para decirle lo que siento a Santiago, he ensayado discursos tras discursos en mi cabeza una y otra vez para cuando tuviera el coraje de decirlo, pero me falta la voz. Trato de dejar de ser tan cobarde y digo casi en un susurro:

- Santiago - pero hemos llegado, él se dirige a la taquilla a comprar las entradas, una vez teniéndolas se dirige hacia mí.

- ¿Me llamaste?

- T-tengo...

- ¡Hey chicos, aquí! - grita Robert, los demás han llegado y mi oportunidad de hablar con él se ha ido, Alicia vuelve a pegarse a Santiago y yo me aparto.

- Esa chica es como una calcomanía - dice Mariana que acaba de pararse junto a mí.

- Lo sé - respondo pero no me escuchó, lo único que soy capaz de escuchar es una voz en mi cabeza que me grita que el momento de decírselo todo se fue.



Me enamoré de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora