- No tiene sentido que Alicia tengo celos de ti...
- Espera ¿Qué? - interrumpo a Mariana - yo no dije que fueran celos solo que me miró de forma extraña.
- Fabiana, esos son celos, pero no tiene sentido teniendo en cuenta que ella lo tiene relativamente todo y tu... tu, bueno...
- Mariana.
- ¿Si?
- Ya cállate.
Mi amiga se tira en la cama sin decir más. Estamos en mi casa, hace dos días pasó lo de Alicia y sigo sin entender la mirada de Santiago, la mirada de Alicia. ¿Y si solo lo imagine?
- ¿Fabiana?
- ¿Si? - respondo sin ánimos.
- ¿Irás a la fiesta de Brenda?
- No lo creo, seguramente Santiago irá con Alicia y la verdad no creo que pueda soportar ver como ella se lo come a besos.
- Pero tiene que ir - dice Mariana sentándose sobre la cama en la que esta - no puedes dejar que eso te afecte, quiero ver la reacción de esos dos cuando se den cuenta a ti te da igual.
- Pues te vas a quedar con las ganas porque yo no voy a ir a ninguna fiesta.
- Brenda es nuestra amiga, ¿dejaras que tu ex mejor amigo y su novia prostituta lo arruinen? - sé que intenta convencerme - ¡Vamos, Fabiana!
- No, Mariana.
Entonces ella se cruza de brazos, toma una larga inspiración y puedo ver de antemano lo que hará.
- ¡Por favor! ¡por favor! ¡por favor! ¡por favor! ¡por favor! ¡por favor! ¡por favor!...
No sé cuántos "por favor" dice pero sé que no va a parar hasta que diga que sí.
- ¡Bueno! ¡ya! ¡si iré, pero no sigas!
Mariana se detiene y notó la sonrisa triunfal que tiene, parece una niña de cinco años que acaba de obtener el dulce que quería, así que no puedo evitar reírme.
- ¿Cuándo es la fiesta? - pregunto.
- Este sábado, escuché que el salón que han alquilado es enorme, así que será una buena fiesta. Tienes que ir con el mejor vestido que tengas.
- ¡Mariana! - espeto mirándola y continuo con fingido tono de indignación- ¡no tengo con que ir!
- ¡¿Qué?! ¡no! Algo tiene que haber - y acto seguido se dirige a mi armario solo para confirmar que realmente no tengo algo apropiado con que ir - ok, esto se puede arreglar. Hay que ir de compras.
- Ahora no, ya es muy tarde - notó la mueca de disgusto que hace y reprimo una sonrisa.
- Mañana, después de clases, me voy - dice tomando su bolso - necesito ver si yo también tengo que comprar algo, pero mañana quiero que seas la primera persona que esté en la salida cuando el timbre suene.
Cuando Mariana sale no puedo evitar reírme, parecía mi mama dándome órdenes.
El resto de la semana pasa volando y cuando menos lo pienso ya es sábado por la mañana. Mariana y yo fuimos de compras hace dos días, pasamos casi toda la tarde de tienda en tienda, ella me escogía vestidos muy sugerentes, yo no soy esa clase de chica, pero acepte el que me parecía más recatado de todos los que mi amiga me mostró.
Un hermoso vestido negro arriba de la rodilla pero con un gran escote de espalda. Mariana insistió en ir al salón y aquí estoy, he pedido que hagan pequeñas ondulaciones, tomé el peinado de una revista y me pareció bastante bonito. Al salir del salón nos dirigimos a mi casa, hemos quedado que ahí terminaremos de arreglarnos.
- Anda, ponte el vestido ya - dice Mariana.
- ¿Tan temprano?
- La fiesta es en una hora, Fabiana.
- Está bien, iré ahora mismo - respondo alzando las manos.
Seguro me he tardado más de lo debido ya que escucho como gritan mi nombre al otro lado de la puerta. En estos momentos ya no estoy muy segura de querer usar el vestido.
- Ya voy - respondo ante la insistencia de Mariana y después de un minuto salgo.
- ¡Te ves hermosa! - son las primeras palabras que dice.
- No, no lo creo, este vestido ya no me gusta tanto - digo intentando estirarlo un poco ya que me queda ceñido al cuerpo.
- ¡No hagas eso! - me reprende mi amiga - el vestido es así y no digas tonterías, te queda perfecto. ¡por Dios, Fabiana! Tienes un bonito cuerpo, lúcelo.
- Ahora eres tú la que dice tonterías.
- Claro que no, sabes que siempre digo la verdad.
- Bueno - digo con una pequeña sonrisa - tú también te ves hermosa.
- Gracias - responde con un poco de orgullo. Mariana luce un hermoso vestido rojo ceñido a su cuerpo y su escote es delantero. - ¿nos vamos?
- Ya que - respondo con un suspiro.
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré de mi mejor amigo
Short StoryA veces el amor nos sorprende tanto que nos hace sentir mariposas por la persona menos pensada. Fabiana conoce a Santiago desde siempre, han crecido juntos, van al mismo colegio, literalmente conocen todo el uno del otro. Solo hay una cosa que ella...