Capítulo 1

391 33 18
                                    


Becca, Annie y Sophie llegaron a la entrada del instituto; todos las observaban bien o mal pero eran siempre el centro de atención y eso las fascinaba.

- Hola nena - dijo Christopher agarrando la cintura de Sophie y besarla.

- Te vemos en clase, Sophie - dijo Becca cogiendo la mano de Annie y echar a andar por los pasillos.

- Sigue sin caerte bien, no? - dijo Annie mirándola.

- No es eso - dijo ella mirando a todos lados - tiene algo... no sé cómo explicarlo... es como cuando ves a alguien y te da mala espina...

- Te preocupas por tu amiga - dijo Annie - es normal. Pero si la decimos que se aleje...

- Hará lo contrario - dijo ella conociendo a su amiga.

- Tranquila - dijo Annie entrando con ella en clase - Sophie sabe lo que hace.

Después de las clases se fueron a los vestuarios para ponerse los uniformes de animadoras.

- Muy bien, chicas - dijo Becca , la capitana - ya hemos ensayado esto muchas veces. Animemos a nuestros chicos, de acuerdo?

Becca extendió el brazo con la mano hacia abajo y las demás la siguieron poniéndolas unas encima de otras.

- Uno - dijeron todas a la vez - dos y tres WORLD!! - alzaron las manos hacia arriba.

Salieron de los vestuarios yendo al campo de fútbol. Bailaron la coreografía moviendo los pompones y cuando terminaron, se quedaron detrás de la línea. Los jugadores salieron para empezar el partido y cada vez que marcaba su instituto vitoreaban saltando y moviendo los brazos. El partido acabó ganando tres a dos y Becca fue a las gradas a saludar a sus padres y a su hermano pequeño.

- Hola Thomas! - le saludó revolviendole el pelo.

Thomas era un niño de ocho años que le encantaban los Scalextric y soñaba con ser piloto de carreras.

- No hagas eso - dijo dandola un manotazo - no soy un niño pequeño!

- Uy perdón; niño mayor - dijo burlona.

- Hemos decidido ir a por helado, por qué no te vienes? - dijo Óscar, su padre.

- Y me darás dinero? - dijo ella poniéndole ojitos - es que e quedado mañana con las chicas para ir de compras. Hace días vi una falda que muero por ponerme!

- No os cansáis nunca de comprar ropa? - dijo Óscar suspirando.

- Es una pregunta trampa? - dijo Becca alzando una ceja.

- Está bien - resopló Óscar.

Becca, alegre, dió saltitos y le dió besos en la mejilla a su padre.

- Eres el mejor papá!! Ahora vengo, voy a decirle a las chicas que nos vemos mañana.

- La consientes demasiado, cielo - dijo Elena viendo a su hija hablar con sus amigas.

- Es una niña mimada - dijo Thomas con cierta envidia.

- Y tú eres el niño de mami! - soltó Elena cogiendo sus mofletes.

- Mamaaaa - se quejó Thomas.

- Ya está - dijo Becca llegando a ellos.

- Y que pasa con tus admiradores? - dijo Óscar frunciendo el ceño.

Becca se giró viendo a unos chicos del equipo de fútbol y sonriendo les dijo adiós con la mano. Se fueron al coche y se montaron para ir hasta la heladería que estaba a bastante distancia del instituto pero era el único sitio que vendían el helado favorito de Thomas.

- Tu hija se parece demasiado a ti - dijo Óscar mientras conducía.

- En qué? - preguntó Thomas.

- Bueno, tu madre - dijo Óscar mirando a Elena - también era bastante popular en el instituto y tenía su grupo de admiradores!

- Y tú, papá? Eras uno de ellos? - dijo esta vez Becca.

- Nooo - dijo Óscar mientras Elena por el espejo asentía con la cabeza.

Óscar la pilló y se hizo el ofendido; cosa que hizo reír a Thomas.

- Tu padre era el líder del equipo de fútbol y yo era la capitana de las animadoras - siguió Elena.

- Todo un cliché - resopló Becca.

- Pero no menos cierto - dijo Elena - cada sitio al que iba con mis amigas​ nos encontrábamos con tu padre y sus amigos. Lo más gracioso es que se hacía el sorprendido cada vez.

- Que mal, papá! Eras demasiado obvio - dijo Becca volteando los ojos.

- De eso nada!

- Cariño...

- Qué - respondió Óscar.

- Lo eras; muy obvio pero te veía tan empeñado en hacer esa táctica cada vez que " nos encontrábamos " que no te dije nada! Me parecías tan adorable...

- En serio? - dijo Becca - te conquistó con sus " encuentros casuales "?

- No podía resistirse a mis encantos - soltó Óscar alzando las cejas una y otra vez.

Becca miró a Thomas mientras éste ponía cara de asco.
Sus padres también lo vieron por el espejo y se echaron a reír.

Al segundo una luz los cegó y antes de que Óscar pudiera hacer algo, chocaron con el coche que iba en dirección contraria.

El guardian de su sueño final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora