Capítulo 28

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Cuando llegaron al bosque, no demasiado lejos de la casa de Jackson, Becca estaba al borde de la desesperación. Jackson solo respondía con monosílabos y a duras penas podía sostenerse. Estaba temblando, sudaba y el brazo con el que se aferraba a ella no era más que un peso frío. Por si fuera poco, tenía la camisa empapada de la sangre de Jackson a la altura del hombro.
Entonces, divisó las figuras de Lincoln, Skyler y Douglas correr hacia ellos a gran velocidad. Los ayudaron a llegar a casa a pesar de las protestas de Becca de ir a un hospital.

- Hemos tenido un accidente en las ruinas - explicó ella - hace como una hora que tiene la estaca en el hombro!

- Skyler llama al médico de la manada de este lugar! - habló Lincoln por el link.

Ella asintió e hizo lo que le pidió.
Douglas miró a Becca preocupado por sus heridas.

- Te duele?

- No te preocupes, mejor ayuda a Lincoln!

Lincoln y Douglas, uno de cada lado, ayudaron a Jackson a ir a su habitación.

Al cabo de un rato vino un doctor y se metió allí dejando a Skyler ayudando a Becca a curar los raspones.

- No sería mejor que lo llevéis al hospital? - preguntó Becca.

- El doctor sabe lo que hace - respondió Skyler tranquila - ahora deja que te venda las manos!

Cuando subieron a la habitación vieron a Jackson discutir con el doctor mientras Lincoln y Douglas se llevaban las manos a la frente.

- Ponle la anestesia de una vez - dijo Lincoln.

- No lo hagas - protestó Jackson - te mataré si lo intentas!

- Que sucede? - preguntó Becca desde la puerta - hay algún problema?

Skyler supo inmediatamente de que iba todo.

- El único problema es que mi hermano es un auténtico zoquete - dijo lo bastante alto para que Jackson pudiera oírla.

- El doctor dice que la herida no es grave - dijo Lincoln acercándose a ellas - pero puede ponerse fea si no se la limpia en profundidad. El trozo de madera a quedado alojado entre la clavícula y la juntura del hombro; tienen que ver la herida para poder extraer las astillas o puede infectarse pero Jackson se niega a que le pongan la anestesia!

Becca echó un vistazo dentro de la habitación y comprobó que Jackson tenía un color horrible, temblaba como un perro mojado. Sus miradas se cruzaron; Jackson parecía tan orgulloso, exhausto y abatido que Becca no pudo evitar supirar.

- Tu y yo vamos a hablar!

- Quieres seguir discutiendo? - preguntó él con aspereza.

- Podeís dejarme un rato a solas con él? - dijo Becca a los demás.

- Claro - asintió Skyler - creo que eres la única que podrá convencerle.

- Si no lo haces puedes darle en la cabeza; de una u otra forma quedará inconsciente! - dijo Lincoln.

<< No me tientes - pensó Becca con una sonrisa >>

Los cuatro salieron dejándolos solos con la esperanza de que lo consiguiera.
Una vez que estuvo a solas con él, Becca se acercó a la cama. Frunció los labios al ver la estaca clavada en el hombro; como no había una silla libre, se sentó con cuidado en el borde del colchón.

- Porqué no quieres la anestesia? - preguntó preocupada mirándolo a los ojos.

Él apartó su mirada; no quería verse más vulnerable de lo que ya estaba.

El guardian de su sueño final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora