Capítulo 2 - Lo que todo el mundo habla

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Chris pasa el algodón con desinfectante nuevamente por mi rostro, seguimos viéndonos a los ojos pero luego él baja la mirada y se aparta

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Chris pasa el algodón con desinfectante nuevamente por mi rostro, seguimos viéndonos a los ojos pero luego él baja la mirada y se aparta.

– Ya estás listo – dice.

– Gracias – él asiente y de pronto la puerta del cuarto se abre y mi Madre en compañía de Max entran, ellos despreocupadamente se acercan a nosotros pero luego mi Mamá se pone pálida al ver la cicatriz en mi mejilla.

– ¡Por dios! ¿Qué te ha pasado? – exclama ella, mi Madre se arrodilla al frente de mí y me toca la herida.

– Nada, solo me he caído en bici.

– ¿Qué? Pero si tú casi nunca te caes en bicicleta, la usas desde los 11 años.

– Ya déjame en paz, no es la primera vez que me caigo en bicicleta – Recuerdo de forma instantánea lo que le dije al chico que casi me mata hace un rato. Mi Madre tiene razón, casi nunca me caigo pero de alguna forma tenía que quitarme a aquel chico de encima, ya me estaba fastidiando demasiado.

– Voy a limpiarte la herida – dice mi Madre con velocidad.

– En realidad, Chris ya me ayudó con eso – le digo con un susurro, ella se queda en silencio y Max se voltea hacia su hijo.

– ¿Eso es verdad? ¿Lo has ayudado? – Le pregunta su Padre.

– Si – respondo Chris lanzándose a su cama nuevamente – Necesitaba ayuda y no había nadie más en casa, lo hice y ya.

– Pero, le tienes asco a todas las heridas – responde Max riendo sorprendido, yo presto atención a lo que dice y escucho cada palabra – Una vez me golpeé el dedo de mi mano, se puso morado y casi vomitas, ¿En serio le limpiaste la sangre y todo eso?

– ¡Ya te lo dije! Lo hice y ya, no es la gran cosa – Max por un momento sonríe y sin su permiso toma asiento en la cama de su hijo.

– ¿Entonces te sientes bien? – me pregunta Mamá.

– Claro – respondo – Todo está... genial – susurro agotado mientras mi Madre asiente.

– Pues entonces bajemos, con Carolina hemos comprado pizza y ya es hora de comer e irnos a dormir.

– Yo no comeré – dice Chris al ponerse de pie de su cama y sacando una chaqueta muy abrigada desde su armario – Voy a casa de Dylan a ver Mr. Robot y luego regreso.

– Pero es tarde – le dice Max – mañana es martes y tienes Colegio.

– No regresaré muy tarde, dame hasta las 12 de la noche al menos.

– No quiero que salgas Christopher, sabes bien lo que ocurrió con...

– ¡Se lo que ocurrió! Pero saldré de todos modos ¿De acuerdo? – Max se queda en silencio, Chris toma su teléfono y sale del cuarto sin despedirse de nadie. Max intenta disimular sentirse bien, se voltea hacia nosotros y luego con una sonrisa me invita a comer con ellos.

Decisiones OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora