Capítulo 22 - Liberación, a la fuerza.

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Me tiemblan las manos mientras continúo solo en mi cuarto, humedezco mi labio en el momento que la cama se vuelve lo suficientemente incómoda y ya no soporto estar así

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Me tiemblan las manos mientras continúo solo en mi cuarto, humedezco mi labio en el momento que la cama se vuelve lo suficientemente incómoda y ya no soporto estar así.

Pienso en qué no sé nada de Spencer y aun que sigo recordando lo que sucedió aquella vez en la fiesta del Colegio, tener resentimiento no es algo muy bueno en la vida. Con nerviosismo tomo mi teléfono y le marco a su número, pero de forma inmediata la operadora responde señalando que el móvil se encuentra apagado.

Busco que esté en línea por alguna red social pero su ausencia me vacía un poco el alma. Reviso su muro de facebook y veo un montón de comentarios de apoyo, que lo quieren y todo eso, pero también hay comentarios feos que le dicen "Jamás volveré a hablarte" "Muérete en el infierno" y restan mensajes peores por leer.

Dejo el teléfono a un lado hasta que alguien que desconozco me envía una solicitud de amistad, de forma trágica casi todo el mundo me encuentra en las redes sociales al mismo tiempo. 15, 29, 47 solicitudes de amistad de unos malditos curiosos que quieren burlarse o tener un contacto con la persona más humillada de todo el Colegio aparecen frente a mí.

Le quito la batería a mi teléfono y lo lanzo al cajón de mi mesita de noche, rodeo la mirada en el momento que Chris entra al cuarto y lanza su bolso al suelo, me quedo en silencio mirando su espalda hasta que él se gira y finalmente su mirada se junta con la mía.

—Supongo que me saldrás con el estúpido comentario "No le digas a mi Madre" ¿No es así?

—A esta altura ya debe saberlo, todo el mundo lo está comentando.

—Pues quien te manda a darle besos a Spencer al medio del pasillo —agrega Chris con un sarcasmo algo pesado mientras se deja caer sobre su cama y frunce el seño.

— ¿Estás enfadado?

—Solo... solo no me hables ¿De acuerdo? No quiero que te me acerques.

—Pero si ni siquiera me he movido —susurro algo intranquilo por su forma de actuar —Si te incomoda mi presencia puedo irme de aquí pero de todos modos este cuarto igual es mío.

—Maldito el día en el que llegaste a este cuarto —dice Chris sin mostrar arrepentimiento alguno por lo mal que me está haciendo sentir.

Nos quedamos en silencio y escucho que alguien golpea la puerta, yo no tengo pensado salir a abrir, pero de todos modos Chris no se pone de pie y debo obligadamente bajar al primer piso antes de que la persona que está golpeando lance la puerta al suelo.

Con un poco de inseguridad abro y Ámbar entra a mi casa, cierra la puerta y me abraza.

— ¡Por Dios Andy! Salí atrás de ti pero no pude alcanzarte y el inspector no me dejó salir del Colegio.

— ¿Qué estás haciendo aquí?

—Todo el maldito mundo habla de ti Andrew —Miro hacia todos lados de forma estúpida y tomo a Ámbar de la mano mientras caminamos para el jardín y tomamos asiento en el césped —Muchos comentan lo que sucedió entre tú y Spencer.

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