Después de acabar con Susan me dirigí a la Sala Común. Era por la tarde, no tenía nada que hacer y el director no me había dado mi horario de clases. Cuando llegué volví a encontrarme a Liah leyendo el mismo libro que la última vez, "Fuera de mí".
- Hola Liah, ¿qué tal?
El saludo interrumpió a la chica de su lectura.
- ¡Erix! Yo, como siempre. ¿Qué tal tu día?
- Digamos que... diferente
- ¿Te apetece seguir practicando hechizos?
- Bueno, no tengo nada mejor que hacer
Nos dirigimos de nuevo a la Sala de los Menesteres. Esta volvió a cambiar la forma que era, volviendo a recrear la sala del otro día, la cual no tenía nada que ver con la sala de entrenamientos de antes.
- Bien - dijo Liah - el hechizo que toca ahora es el Alohomora. Este hechizo abre las puertas y ventanas que no están protegidas por un encantamiento y aquellas que tienen un encantamiento no muy complejo como el Fermaportus. Al igual que con el Wingardium Leviosa no sabía explicarte el movimiento, para este hechizo sí. Es una S invertida. Ahora atiende.
Observé atentamente. Liah hizo una S como había dicho, pero esta vez invertida. Este hechizo parecía mucho más sencillo que el Wingardium Leviosa. A algunos magos les aparece una luz azul, amarilla o púrpura, aunque también se puede dar el caso de que no salga ninguna luz.
- ¡Alohomora! - gritó Liah. Inmediatamente, la cerradura de la puerta sonó y la puerta se abrió - ¿Ves? Es muy sencillo. Anda inténtalo.
Me acerqué a la misma puerta que había abierto Liah, cuya cerradura volvió a cerrarse. Me concentré en la cerradura. Me la imaginé activándola y abriendo la puerta. Todo esto simplemente con el movimiento de mi varita. El mismo hormigueo que había sentido haciendo el Wingardium Leviosa y con todos los hechizos del ED volvió a aparecer. Era la magia, y estaba respondiendo a mi llamada.
- ¡Alohomora! - grité
Un rayo de color amarillo salió disparado de mi varita. La cerradura de la puerta volvió a sonar y como consecuencia, la puerta estaba nuevamente abierta.
- Supongo que es más sencillo si me lo explicas tú - le dije riendo a Liah
- Que soy la mejor profesora no lo dudes - dijo ella riendo también - eso, y que eres bastante listo. ¿Seguro que no eres de Ravenclaw?
- Pues ahora también tengo yo mis dudas - dije con una carcajada - ¿qué viene ahora?
- Un hechizo que aunque no se da hasta sexto, es bastante sencillo, ahora verás
Liah se alejó un poco y me miró con una sonrisa malvada.
-¡ Aguaverti!
Eso fue lo último que oí antes de que un enorme chorro de agua impactase contra mí, haciendo que me cayese de espaldas del susto. Liah no paraba de reírse. Lo que ella no sabía es que me había fijado en el movimiento de su varita, así que estaba seguro de que podría invocarlo. Mientras ella no paraba de reír me levanté. Apunté hacia ella y la imaginé volando por los aires con el impacto de chorro de agua que saldría de mi varita. Mi amiga la magia volvía a aparecer ante mi reclamo.
- ¡Aguamenti! - grité
En el instante en el que acababa de decir la palabra, un enorme chorro de agua salió disparado impactando contra ella, haciendo que ella también se cayese de la sorpresa.
- Pues sí que era fácil - esta vez era yo el que se reía - si tanto necesitaba la ducha habérmelo dicho en lugar de haberme atacado.
- Me pareció más "interactivo" si te lo enseñaba así - dijo con una sonrisa burlona - ¿te apetece una cerveza de mantequilla? Yo invito
- Bueno, aún no he probado esa bebida, así que ¿por qué no?
Seguí a Liah hasta un bar llamado "Las tres escobas". Una vez dentro nos sentamos en una mesa que escogió Liah al lado de una ventana, a la vez que le indicaba a un camarero con sus dedos que quería dos cervezas de mantequilla.
- ¿Qué te parece si seguimos con las preguntas para conocernos mejor? - pregunté
- Oh perfecto, pregunta
- Mmmmm... El otro día mencionaste algo sobre una hermana. ¿Te llevas bien con ella?
- Sí, muy muy bien. Se llama Regina - levantó las cejas y sonrió maléficamente - ¿acaso quieres que te la presente?
Pensé que iba en broma así que simplemente ignoré su último comentario.
- ¿En qué casa está? - pregunté con intriga
- Ravenclaw, es muy inteligente. Entonces ¿te la presento pillín?
No pude aguantar más y me sonrojé.
- Per... ¡pero si has sido tú la que ha insistido en eso!
- Shh, calla calla, que sé que lo estás deseando - dijo mientras me sacaba la lengua.
En ese momento llegó el camarero con las cervezas, una para cada uno. Liah agarró la jarra y dio el primer trago. Yo la imité. Sabía realmente deliciosa.
- Te toca preguntar - le dije a Liah justo antes de beberme otro trago. Tenía miedo por su posible pregunta.
- ¿Te gusta alguien? - preguntó divertida.
La pregunta me pilló tan por sorpresa que tuve que hacer un esfuerzo por no escupir el trago de cerveza de mantequilla que me había llevado a la boca.
- Teniendo en cuenta que sólo os conozco a Noa y a ti, creo que no - contesté - ¿y a ti pillina?
- Es un secreto. Te toca preguntar
- ¿Qué sabes de Defensa Contras Artes Oscuras? - pregunté con la esperanza de que también pudiese ayudarme en algo del ED.
- Lo justo y necesario supongo, no sé. De todos modos es una de mis asignaturas favoritas.
Supuse que no iba a poder ayudarme, pero me bastaba con los hechizos básicos que me estaba enseñando.
- ¿Cuál es la tuya? - preguntó interrumpiendo mis pensamientos.
- Pues la verdad no me había parado a pensarlo. Defensa Contra Artes Oscuras también, supongo que es entretenida - dije como excusa, ya que Liah no sabía que yo aún no había ido a ninguna clase. Acto seguido me bebí el último sorbo de la cerveza.
- Necesito ir un segundo al baño - me inventé como escusa y me dirigí a la barra a pagar las bebidas. Una vez pagadas volví a la mesa.
- Creo que tengo bebida favorita - le dije a Liah sonriendo.
- La próxima vez la pago yo - me dijo Liah con los brazos cruzados - sé lo que has hecho
- De alguna forma tenía que pagarte las clases - dije encogiéndome de hombros.
- No hacía falta, en serio. ¿Volvemos al castillo? Se está haciendo tarde
Unos minutos después estábamos de vuelta al castillo para cada uno dormir en su cama. Había acabado otro día en Hogwarts.
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Erix Bolton
FantasyErix Bolton, un joven mago de 17 años cuyo padre no quiso llevarle nunca a una escuela de magia, tenía una vida tranquila. En su familia eran 3, su hermano de 6 años, Lucas, su madre, Sarah, y su padre, Aurelius. Un día, de paseo con su padre por...