Me desperté. Por primera vez desde que estaba aquí no había tenido esas pesadillas, aunque eso no hacía que no me siguiese levantando más tarde que los demás. Ventajas de no tener aún un horario de clases supongo, pero ¿cuándo me lo iba a dar el director?
Salí de la Sala Común y me dirigí al Gran Comedor, en el que había algunos chavales que parecían haberse quedados dormidos dada la rapidez con la que comían. Me senté, apartado de los pocos Slytherin que había, y empecé mi desayuno.
Poco después de haber empezado a comer una lechuza llegó. Junto a ella venía una carta firmada por el director y una muestra de El Profeta. Abrí la carta. En ella me pedía que leyese el periódico que me había adjuntado y que nos reuniríamos más tarde. Abrí el periódico por la primera página.
"Fuga de antiguos mortífagos de Azkaban. Nuevos asesinatos y la vuelta de la Marca Tenebrosa".
Era suficiente. Ya sabía a lo que quería llegar el director con eso. Terminé mi desayuno y me dirigí a su despacho.
- Confío en que haya leído el periódico que le adjunté - me dijo el director una vez llegué y me senté en la silla delante de su escritorio.
- Así es señor. ¿Cree que puede estar relacionado con lo de mi padre?
- Es posible señor Bolton. No obstante, sería muy precipitado mencionar nuestras sospechas al ministerio. Costó tanto restaurar la calma en el mundo mágico con la caída de Voldemort...
- ¿Se sabe si lo que ha atacado a los magos ha sido los mismos mortífagos que se han escapado?
- No. Según una carta de un amigo mío auror, el asesino de esa gente ha sido un Dementor
- ¿Un dementor? ¿No fueron expulsados tras la derrota del Señor Tenebroso?
- No tengas miedo a su nombre - me dijo el director muy serio - y sí, fueron expulsados, pero de ser verdad su regreso, corremos un grave peligro. Erix, no te arriesgues. Sé que quieres saber quién fue el asesino de tu padre, pero de ser cierta esta información, se avecina una batalla que no podrás librar tú sólo. Justo cuando parecía que todo volvía a la normalidad... no me gustaría que se repitiese lo de aquella batalla hace cuatro años. Ahora escúchame bien. No le menciones nada de nuestra conversación ni a Noa ni a Liah. Cuanto menos sepan, mejor.
- Está bien, señor
Me despedí del director. Era curioso, parecía que estaba preocupado. Me dirigí a la Sala de los Menesteres para practicar hechizos del ED hasta muy adentrada la tarde. De ser cierto lo que me había dicho el director, tenía que estar muy preparado.
Eran las ocho de la tarde. La noche estaba despejada y había un enorme cielo estrellado sobre Hogwarts. Necesitaba dar una vuelta y despejarme. En los jardines, debajo de un árbol, se distinguía una figura de una chica que me era muy conocida. Me acerqué, dudando de si sería Liah o Noa. Cuando llegué allí lo confirmé, era Noa.
- Hola - saludé con una sonrisa.
- Buenas noches - contestó - ¿por qué vas así?
Entonces me di cuenta. Tras tantas horas practicando iba despeinado, con la camisa por fuera y la túnica torcida. Parecía que me acababa de levantar.
- Esto... los maniquíes. He tenido que darles una lección - dije riéndome.
Noa se rió también y me invitó a sentarme con ella
- Y tú ¿qué hacías? - pregunté con curiosidad.
- Mirando las estrellas, soy una fanática de ellas a raíz de mi hermana
- ¿Tienes hermana? - pregunté extrañado, ya que no la había mencionado nunca.
- Tenía. Nací en Oxford, un 17 de marzo, junto a mi hermana gemela, Natalie. Pasé los primeros, y muy posiblemente, los mejores años, con ella. Por las noches nos tumbábamos en el suelo, como ahora, a buscar nuestra estrella; la más brillante. Nuestro sueño cada noche era ver las luces polares y debido a eso amábamos, y yo sigo amando, mirar las estrellas y todo tipo de cosas que pasasen por el cielo. Eso, junto a nuestro aspecto físico, era lo único que teníamos en común. Por lo demás, ella era mas abierta, nada le daba vergüenza, y amaba tocar el piano. Yo, por otra parte, era muy tímida, desconfiada, y lo que más me gusta a mí es montar en escoba. Teníamos un vínculo muy especial. Nos leíamos la una a la otra la mente y aprovechábamos eso para comunicarnos
- ¿Y qué pasó? - no podía dejar de prestar atención. Los sentimientos que sentía Noa por su hermana podían notarse a kilómetros. La amaba de verdad.
- Un cinco de marzo, hace siete años, me enteré de que iba a haber una lluvia de estrellas. Yo quería llevarla como regalo. La llevé al bosque, a una explanada desde donde se veía todo. Me costó mucho convencerla, ya que era una sorpresa y no quería que supiese a dónde íbamos. Tras conseguirlo, nos colocamos allí a esperar esa lluvia de estrellas, era el sitio perfecto. Poco después empezamos a oír gritos. Alguien parecía estar luchando, y por la velocidad a la que se acercaba el sonido, no parecía que nos fuese a dar tiempo a escapar. Empezamos a correr. Le dije a Natalie que fuese más rápido, pero justo en ese instante fue alcanzada por un hechizo, y se desmayó. Fue trasladada a San Mugo, el hospital, donde hicieron todo lo posible por reanimarla, pero finalmente murió. Ahora sólo conservo su diario y una foto de ella. Seis meses después llegué a Hogwarts. El Sombrero Seleccionador me colocó en Hufflepuff y enseguida aprendí muchos hechizos. Finalmente, cuando estaba en quinto entré al ED, con la esperanza de poder proteger a gente y que no tengan que pasar por lo que pasé yo.
Noa acabó el relato. Yo seguía inmerso en sus palabras. Era una historia terrible. Se giró sonriente, como siempre, pero no pudo evitar que una lágrima se le escapase y reflejase la luz de la luna.
- Va siendo hora de ir al Gran Comedor a cenar, ¿no? - preguntó mientras se incorporaba
Asentí. Tanto ella como yo parecíamos deseosos de encontrar una escusa para dejar de hablar del tema.
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Quiero dedicar este capítulo a @Noattys, de no ser por ella, estaría muy perdido. Muchas gracias por todo, oveja.
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Erix Bolton
FantasyErix Bolton, un joven mago de 17 años cuyo padre no quiso llevarle nunca a una escuela de magia, tenía una vida tranquila. En su familia eran 3, su hermano de 6 años, Lucas, su madre, Sarah, y su padre, Aurelius. Un día, de paseo con su padre por...