Capítulo 6 - El sonido del agua

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Frisk se dedicó unas horas más a observar el renovado Snowdin, completamente distinto al lúgubre pueblo que había conocido. Ahora la gente volvía a pasear feliz por las calles, charlando entre ellos y actuando normal. Aún se les notaba incómodos, dejando caer alguna que otra mirada hostil o comentarios algo subidos de tono, pero no llegaba a ir a más. Incluso una especie de demonio de color rojo que no paraba de acosar a otras mujeres del pueblo ahora estaba disculpándose y sonriendo con ellas. Kid miró las calles con asombro.

–Has hecho un trabajo magnífico aquí, Frisk.

–Me ha faltado un monstruo – dijo el humano con algo de tristeza –. Falta Sans.

–Sans apenas sale de casa, solo sale para ir a Grillby – unos niños corrieron a recoger al niño –. Este... Nos vemos luego, Frisk. Gracias.

Frisk se despidió con la mano y empezó a andar distraído. Notó algo fuera de lugar junto al bar, un disimulado brillo verde entre la nieve. No reconoció qué era hasta que no lo cogió con sus manos. Era una botella de la superficie, lo sabía por los nombres de las marcas que había en la etiqueta, los cuales le eran terriblemente familiares; además, su interior aún desprendía un profundo olor a licor barato. El joven no pudo soportarlo mucho y la tiró a la primera basura que vio. Hasta que no escuchó el cristal romperse al fondo no se dio cuenta de que alguien podría haber hecho daño a los demás con esa botella. ¿Podría haberle servido de defensa si alguien le intentaba atacar? Evitó pensar demasiado en aquello, era hora de irse.

Al volver hacia la salida del pueblo encontró a Papyrus. Lo vio discutiendo con Kid acerca del lugar al que se iban a dirigir después, pero el esqueleto no parecía convencido.

–Mira, joven, es un honor que quieras venir con nosotros, pero es mejor que te quedes.

–¿Por qué? ¡¡Soy fuerte!! – se estiró en una pose triunfal –. Además quiero ver a Undyne, es mi heroína.

Papyrus calló de golpe al escuchar el nombre, con una expresión algo consternada. Ella había sido su amiga hace mucho tiempo, cuando él aún quería ser parte de la guardia real; pero desde que ella había sido expulsada de su puesto como capitana, no la había vuelto a ver. Únicamente escuchaba rumores sobre una banda callejera en Waterfall liderada por ella, y no eran buenas noticias. Se encogió de hombros, resignado ante las constantes peticiones del joven monstruo.

–Supongo que está bien... Prefiero que vengas a que nos sigas a escondidas.

Frisk sintió un leve escalofrío por su espalda, recordando las palabras que le había dicho Sans en el bosque. En efecto, ya tenían bastante con un monstruo siguiéndoles. Avanzaron hasta que las primeras cascadas empezaron a aparecer por el lugar. El humano se quedó mirando asombrado una flor que crecía allí, pero antes de poder preguntar, Papyrus se adelantó.

–Esto es una flor Eco – murmuró –. Repite lo último que ha escuchado eternamente.

Ambos sonrieron y el joven acercó su oído hacia la flor, sintiendo curiosidad por qué le podría contar. No se había dado cuenta de que teniendo en cuenta las circunstancias que el subsuelo estaba viviendo, no iba a decirle nada hermoso. Una voz que no reconoció empezó a florar en el aire.

"No soporto más esto, este encierro, este ambiente, esta miserable vida... Me pregunto... Qué habrá al fondo de la cascada".

Tras eso se escuchaban pasos y sonido de agua. Frisk se puso pálido al comprender lo que había ocurrido y empezó a sentirse angustiado por la situación, ¿cuándos monstruos habrían sucumbido ante la presión para lanzarse al vacío antes de poder recibir ayuda? Se encogió de hombros a causa de la impotencia de no poder haber ayudado antes. Se acercó a la flor y murmuró unas palabras para sustituir la última frase en vida de aquel monstruo.

Sintale (Undertale AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora