13 - Spencer

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Su hombro dolía horrores.
A pesar de tenerlo en cabestrillo, sentía puntadas si lo movía demasiado, una verdadera lástima que le hubiera pasado esto a ella y no a Noah, sería mucho más fácil reducir a un manco.
Aún así podía sostener su pistola, y conservaba el cuchillo en la vaina. Apreciaba la preocupación de Elijah, pero le molestaba lo sobre protector que podía ser aveces, no parecía entender que podía cuidarse sola.
-Tengan cuidado, tal vez tengan torretas automáticas por aquí. - les avisó Noah.
- Está vez te toca a vos ser el señuelo - le dijo Elijah, claramente para provocarlo.
Noah no respondió, pero ella pudo ver cómo apretaba aún más la mano alrededor de la culata del fusil.
La recepción del edificio, antes impecable, se encontraba prácticamente a oscuras, la mayoría de las lámparas habían sido destruidas adrede, y las pocas luces de emergencia que seguían operativas producían un resplandor blancuzco demasiado tenue como para poder ver algo.
- Enciendan sus cascos, no se ve una mierda. - les ordenó su capitán.
Localizó el interruptor que se encontraba en el PDA y de repente pudo ver mucho mejor. Los pequeños focos LED a ambos lados del casco se encendieron al instante, permitiéndole echar un vistazo a la estancia.
El techo en forma de cúpula estaba coronado por una gran araña de cristal, la cual permanecía apagada, grandes estanterías se encontraban en el piso superior. El lugar parecía estar deshabitado, lo cual le llamaba mucho la atención. Noah se acercó al gran mueble donde en algún tiempo lejano las personas eran atendidas, echo un vistazo al mostrador y se dirigió a ellos.
- Spencer y Elijah, revisen el piso superior, yo y Aria echaremos un vistazo a las habitaciones de aquí. Reunanse en la entrada cuando terminen.
No dijeron nada mientras se limitaban a subir las escaleras, Elijah la sostenía mientras realizaban el tortuoso ascenso hacia el primer piso.
Una habitación se encontraba en el punto más extremo del salón, decidiendo dejar esta para lo último, se concentraron en las repletas estanterías.
- Quieres que lo hagamos ahora? - le preguntó Elijah.
- No, todavía no. - le respondió ella.
- Vamos, es obvio que no puede con la carga que es manejar un equipo.
- Dije que no! Quiero tener el apoyo de Aria si es que lo vamos a hacer, o si no lo consigo, al menos saber que no se interpondrá entre nosotros.
- Como quieras, iré a revisar la habitación. - dijo Elijah, visiblemente molesto.
- Espera, no te vayas. -lo detuvo ella.
Se sacó el casco rápidamente, mientras caía al suelo, le hizo una señal para que él haga lo mismo, quedando prácticamente a oscuras.
Acortó la distancia que los separaba y lo besó, mientras Elijah tiraba de ella, de modo que él quedó con la espalda apoyada en la pared. Le puso las manos en la cara, deslizando los dedos índice detrás de sus orejas y atrayéndola hacia su boca.
Después de unos cuantos besos, ladeo la cabeza,besándole la piel debajo de la mandíbula. El mundo se bamboleo y le hizo perder el equilibrio, así que bajó una mano para no caerse. Una fracción de segundo después se dio cuenta de que la había puesto sobre su cadera, sintiendo que debería apartarla, pero no se rehúso.
A pesar de notar el corazón en la garganta, lo besa. Puede sentir como se endereza y nota como pone las manos en los hombros. Sus dedos se deslizan a través de su columna, y un escalofrío los acompaña en su camino hasta el final de su espalda.
- Eres hermosa, lo sabías? -comenta.
- Cierra la boca - responde, intentando parecer enojada.
No responde, sino que la aprieta más contra él y le besa el cuello. Cierra los ojos mientras la toca con cuidado y delicadeza. Una sensación cálida y densa, como de miel derramada la llena por dentro y ralentiza sus pensamientos.
-Odio tener que decirlo, pero tenemos que continuar - le dice.

Su corazón aún late rápidamente, aunque no es la primera vez que esto ocurre, es muy arriesgado hacerlo en una misión.
La primera vez fue cuando aún estaban entrenándose como pilotos, en aquellos días en los que todo parecía ser más fácil. Luego de aquel primer beso, grácil y sutil, ninguno de los dos pudo resistirse a terminar con esto.
Siempre que encontraban oportunidad organizaban encuentros furtivos en lugares poco concurridos, donde nadie les prestara atención. Por este motivo La Puerta Roja era una buena opción, tal vez mucha gente tendía a confundirla con una prostituta que estaba satisfaciendo a su cliente. Bien, si el precio a pagar para mantener su secreto era mantener aquella apariencia ella lo haría de buena gana.
Su pensamiento se vio interrumpido por Elijah, el cual agarró su muñeca con fuerza, mientras la miraba a los ojos.
- Hay algo ahí, estoy escuchando ruidos -le susurro casi al oído.
Ambos desenfundaron las pistolas, unas potentes Desert Eagle que a pesar de estar algo anticuadas, seguían siendo el equipo estándar para los pilotos de VS.
Se parapetaron contra las estanterías y, agachados, comenzaron a avanzar con pasos muy suaves y pausados.
Recién ahora podía oír el sonido, parecía como si alguien estuviera escarbando en algún lugar, pero no podía discernir en qué.
Ambos asintieron al momento antes de entrar en la habitación.
A primera vista parecía un estudio,bonito fue la primera palabra que se le pasó por la cabeza, eso antes de ver el cadáver y, más inquietante, la criatura que se encontraba en el suelo, mirándolos directamente a los ojos.
Media aproximadamente metro y medio, poseía largas extremidades, las cuales se doblaban a la altura de los codos, dándole la apariencia de un mono. Estaba prácticamente en los huesos, y devoraba ávidamente el cuerpo del soldado que tuvo la poca fortuna de cruzarse con él. La cara tenía apariencia humana, protegida por un exoesqueleto el cual parecía un casco, dejaba al descubierto unos ojos amarillos,dotados de inteligencia, y unas fauces retráctiles, las cuales no hacían más que abrir y cerrarse, devorando la carne.
Más que disparar, Spencer gritó, la criatura, sobresaltada, pegó un ligero brinco y se escabulló hacia la ventana. Escucho los disparos de Elijah, el cual se asomó para continuar la persecución,pero era demasiado tarde, el monstruo se había escabullido demasiado deprisa.
El mensaje de su compañero le llegó a través del intercomunicador, aunque apenas le prestó atención.
- Noah, tenés que venir a ver esto...

Infierno de EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora