26 - Noah

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Los truenos se arremolinaban encima de su cabeza, las pequeñas gotas de lluvia conseguian empañarle el fino visor que lo separaba de las inclemencias del tiempo. Volvio a apretar los controles con sus manos, asegurandose de que esto no fuera un sueño, sin soprenderse, comprobó que sus brazos se movieron al mismo tiempo que el Vital Suit.
O mejor dicho, LoneWolf se movió con él.
No tenía forma de explicarlo, pero habia pensamientos que no correspondian a su persona, como si fueran memorias pasadas. Notaba su boca repentinamente seca, pero a pesar del dolor de cabeza y la sangre que bajaba por su nariz luego del golpe se sentía mas centrado que nunca.
Dio un corto paso en la direccion de Hagalaz, dandose cuenta que ni siquiera habia manipulado los controles, LoneWolf lo había dado por su cuenta. Pensó en mover los brazos y el mecha respondio en menos de una milésima de segundo.
Al acercarse más hacia Hagalaz algo parecio vibrar dentro de su cabeza, algo...oscuro. Dos voces que no reconocia comenzaron a pelear dentro de su cabeza, haciendo que el dolor se volviera casi insoportable.
Apretó los controles aún más, sintiendo como si algo intentara desgarrarle el alma, por el rabillo del ojo vio como Hagalaz volvía a incorporarse, dirigiendose lenta pero inexorablemente hacia él. Desesperado, intentó quitarse de alguna manera aquel dolor insoportable, , tomándose la cabeza, queriendo sacar a lo que sea que tuviera con sus propias manos. Relámpagos carmesíes se entendieron alrededor de sus ojos, sin saber si estaba alucinando o si lo que estaba viendo era real.
Sentía que su vista se fragmentaba, descomponiendose en cientos de imágenes diferentes. Apenas podía captar la mitad de lo que pasaba frente a sus ojos, pero distinguía formas alargadas cruzando su campo de visión, cubriendo sus ojos lenta pero inexorablemente hasta que sólo vio oscuridad.

Un escalofrio recorrió su columna vertebral.
Se encontraba en lo que parecia ser una gran sala envuelta en sombras, sin poder distinguir el principio o el final de ella. Una respiracion cavernosa opacaba cualquier otro sonido, era tan imponente que Noah se olvidó por unos segundos donde se encontraba. Para su sorpesa, sus extremidades no le respondieron, sintiendo como si cemento sólido hubiera sido esparcido alrededor de sus pies.
-Por fin tengo el gusto de conocer a nuestro adalid, tienes algo que es mío muchacho... - dijo una voz cavernosa directamente dentro de su cabeza, como si siempre hubiera estado alli. La habitación se iluminó tenuemente con un resplandor rojizo, dejando ver dos puntos rojos, como si sus ojos estuvieran formados por rubíes resplandecientes.
"No quiero hacerte daño Noah, solo esperaba que tal vez pudieramos hacer un..trato. En resumidas cuentas, dame mi corazón y te dejó con vida, a ti y a tus patéticos amigos.."
Decir que Noah estaba aterrorizado era decir poco, sintiendo como las sombras se arremolinaban a su alrededor, comenzando a absorber sus piernas, como si aquella masa de oscuridad fuera consciente y comenzara a trepar por su cuerpo.
- Vamos Noah... Yo se que quieres dármelo, se exactamente donde lo tienes, esta latiendo de impaciencia ante su dueño, puedo ver su resplandor a través de tu bolsillo.. - susurraba aquélla voz, escurriéndose en todos los recovecos de su mente, sin apenas dejando espacio a sus propios pensamientos, sintiendo su propio corazón corriendo desbocado mientras el resplandor de aquella insignificante piedra de Unoctanio se hacia mas potente.
Justo cuando aquella oscuridad parecía consumirlo todo, llegando hasta su frágil cuello, amenazando con sumergirlo completamente un sonido ensordecedor comenzó a resquebrejar las antes oscuras paredes de la pequeña habitacion, revelando un blanco cegador detrás.
Noah se hubiera tapado los ojos, peeo aquella oscuridad no le dejaba espacio para moverse, como si paralizara cada parte de su cuerpo. De repente una fuerte luz apunto directamente a su cabeza, lo cual comenzó a desvanecer a las tinieblas que antes poseían su cuerpo, las cuales retrocedían com un siseo viperino ante la potente iluminación.

"NO TENEMOS TIEMPO PARA ESTO"

Una voz masculina se proyectó en cada parte de su cuerpo mientras buscaba taparse la cara con su mano para ver quien apuntaba aquella luz.

Infierno de EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora