Papá finalmente entró cuando todo ha acabado.

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Entre a la ducha cuestionando si amar es realmente el problema que lleva a cualquier mujer que ame a los hombres de mi familia.

Sin más el nombre de Guillermo era lo que iba y venía como el aire que se escapa por cada vez que aquel nombre se marca a ratos en segundos largos.

Salía de la ducha para solo ver a Natalia en mi cuarto como el susto más grande.

-QUE HACES AQUÍ! –Grité justo a su presencia.

Pero ella estaba con un cuchillo en su mano izquierda.

-Acaso jamás seré suficiente para que me ames! -Ella ha enloquecido.

No podría decir el nombre de papá pues seguro es que ella podría lastimarlo.

-Natalia por favor baja el cuchillo... -Traté avanzar hasta ella.

-Si me dices que me amas lo haré...

Como podría explicarle que ello era algo que no podría.

-DILO! –Gritó.

Ahora frente a ella podría terminar de matarla de dos formas distintas; en ninguna lograba ver que iba a terminar bien.

Natalia lograba hacer que tropiece en recuerdo de cuando elegí ser feliz con ella; papá con sus advertencias que no la lastimase.

Por qué no te hice caso papá.

-No quiero lastimarte Samuel; eres el aire en mí...

Sus palabras lograban sembrar la culpa.

Pero debía lastimarla una y otra vez para que ella pueda volver a ser feliz.

-Natalia, estar sin ti el malo pero estarlo es aún peor.

No existe forma para hacer que ella se sienta mejor, no quería que lo fuera pues llegué a la conclusión que no podré ser amable ya que confunde todo.

-NO! NO! –Se tiraría delante de mí.

Su cuchillo era para el rostro.

-A nadie volverás a sonreírle, nadie se enamorará de tu rostro como lo he hecho!

Su fuerza era algo que no pude controlar.

-Papá! Papá! –Logré gritar de una vez.

Pero quién abrió la puerta no sería papá.

-Suéltame! –Diría Natalia para intentar zafar de quién la tomaba.

-La toalla de desprendería de la cintura hasta notar que sus ambiciones también era terminar de acabar con mi hombría.

Pero sería Guillermo quién la tomó para empujarla.

-Maldita loca! –Escuché a Guillermo empujarla tras ella rozar su cuchillo por un brazo de Guillermo.

Ella a punto de tirarse con todo y cuchillo delante de mí sería intersectada por el golpe de una lámpara que Guillermo rompería en la cabeza de Natalia.

Ella perdería en conocimiento.

Papá finalmente entró cuando todo ha acabado.

...

Salí de la casa tan de prisa que lo único que logré ponerme sería un calentador y un abrigo.

Estaba en el hospital con papá y esperando a que terminen de coger los puntos al brazo de Guillermo.

Puedes romperlo. /WigettaWhere stories live. Discover now