Capitulo seis

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Siete dosis más llegaron. Asumiendo que Sehun llegó en la tarde luego del trabajo, dos días es lo que ha pasado. El blanco se le hacía cada vez más insoportable.

— Buenos días.

Llegó el castaño, últimamente lo saludaba y se había acostumbrado a sólo asentirle. Desde la última vez que preguntó cientos de cosas a la vez en sus primeros días que no decía nada. Él chico fue el único que le habló pero antes no había confirmado si podría considerarlo bueno o malo, o necesario al menos, por eso se había abstenido a cruzar palabra considerando a todos sus enemigos. Sin embargo, y después de esos dos días pensando, aquello era algo que debía cambiar. Necesitaba volver a sentirse normal y su enfermero castaño era la mejor opción, con él al menos podía intentar hablar, lo veía tres veces al día y quizá le fuera fácil de manipular.

Y eso nos lleva a otro factor, es que LuHan tenía un lado que Sehun no conocía.

Todo su dinero y poder no lo consiguió ni mantuvo hablando como principito, actuado sumiso y mucho menos siendo lame botas de alguien. LuHan sabe como subir solo y ayudandose únicamente con las palabras, su poca salud mental es un factor que mantuvo alejado de los inversionistas y poderosos a su alrededor. Una debilidad que sólo el pequeño Sehun conocía y tal parece aprovechó muy bien.

— Buenos días.

El chico no ocultó la sorpresa de tener respuesta. Su fina ceja izquierda se levantó por inercia.

— ¿Tan raro es que te salude? — pronunció grácil. Obtuvo una sonrisa pequeña y rectangular, tímida, demasiado brillante para concordar con el lugar. Él a diferencia del pelinegro que le dejaba su comida parecía no terminar de encajar ahí.

— Me alegra que los colores liberaran su linda voz.

Sí, definitivamente no encajaba.

— En realidad diría que fueron mis ojos. Los colores las han mantenido coherentes.

— Oh, entonces alguien vio por la ventanilla, ¿verdad? — no fue una pregunta que esperase respuesta — su noviecito al fin volvió a presentarse hace unos días.

LuHan achicó sus ojos.

— Sí, quién diría que el idiota me quisiera condenar a permanecer encerrado a la espera de una prematura muerte — su enfermero rió — y resulta tan irónico que con mi mismo dinero esté sobornando a la directiva o lo que sea de este lugar para mantenerme dentro.

Oh Sehun, ¿por qué el afán de arrancar cualquier vestigio de humanidad en mí? No sé si fue por necesidad o esto es sólo un simple juego para ti.

White; HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora