Regresó al cuartel que no estaba muy lejos de dónde minutos antes había hablado con el príncipe demonio. Al entrar sus subordinados lo saludaron, hizo lo mismo y poco después estaba en su oficina. Pues era el oficial en jefe. Ahí estuvo pensando en si sería bueno volver a palacio, para contarle a su padre sobre lo ocurrido con el príncipe Jaejoong. No, no era buena idea. Sería mejor si le decía que lo había perdido de vista, aún estaba mojado por salvar al niño del río, pero no le importaba mucho aquello. Sería mejor ir al día siguiente. Recordó la sonrisa que tendrían los padres del niño y los rostros de alegría de los niños. Al oficial Jung nunca le importaron los estratos sociales, fue criado por su madre con mucho amor y aunque su padre era un hombre justo y muchas veces era severo cuando cometía un error, le enseñaron a ver a las personas de igual a igual. Sabía que aquel príncipe odiaba a su querido padre pero no era como si se sintiera aludido, comprendía que las personas a veces no podían estar de acuerdo en sus posturas políticas. Empero aquel príncipe, podía sacar de quicio a cualquiera, aunque tan solo era un niño era insoportable. Estaba de acuerdo con el mandato que había dado el rey de que aquel joven no fuese más el heredero al trono. No sería bueno un gobernante frívolo. Reía de recordar el rostro furioso de aquel príncipe.
Pronto sintió una voz, era un oficial que pedía permiso para entrar, accedió pues era su mejor amigo. No esperaba que lo visitará tan pronto. Pues por lo que sabía él estaba sirviendo en el palacio. Se sorprendió al verlo entrar. Entonces le ofreció que se siente mientras preparaba té para ambos.
¿Cómo es que estas aquí tan pronto? -le sonreía-
Tu padre, el primer ministro, me ordenó tomar el día libre... y quise pasar a saludar. -sonreía-
Siempre eres tan considerado, Junsu. -Le ofrecía una taza de té-
Es verdad, lo soy. -Recibía la pequeña taza-
Pero no eres nada modesto. -se rio-
Lo sé. -Tomando un sorbo de té- ¡Oh! Cierto. Mañana tendrás que lidiar con el pequeño príncipe demonio ¿verdad? -Estaba interesado en su respuesta-
Ah, bueno no es exactamente así. Se me ordenó ser guardia de uno de los príncipes reales pero no estoy seguro de que sea él. Como sabes fue destituido, es seguro que no sea él. -tenía una expresión tranquila-
Lo he visto antes. Se parece mucho a la reina Sin-ui. Su belleza es realmente de admirar. -decía despreocupado-
Aun así es un pequeño demonio... -decía casi de inmediato-
Que contribuyó mucho con el rey. Sabes bien que es temible en batalla. -sonreía-
Su carácter no es el adecuado. -Tomaba su té-
A mí no me importaría ser su escolta. -Tenía una leve sonrisa-
Recuerda que somos oficiales reales y no podemos aproximarnos o intimar con la realeza. -su mirada era seria-
Yunho, no tengo ningún interés en aquel joven. Me refería a que no me importaría ser su escolta porque es igual si es él o es uno de sus hermanos. Además, tú no crees en las clases sociales... tú solo te preocupas por si son personas buenas o malas. -Dejaba la taza sobre la mesa-
Cierto.
¿Deseas más té? -Tomando la tetera del asa-
No, gracias. Sabes hoy luces diferente ¿será porque estas empapado? -se reía-
Sí, pero no me puedo cambiar. No tengo mudas de ropa aquí, las deje en casa, no pensé que se me presentaría esa situación... -veía fijamente a su compañero-
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"The Sun loves the Moon"
Historical FictionLa recién fundada dinastía Joseon, por el taejo, Lee Seung-gye después de los constantes problemas de la corte decide establecerse Hanyang (actual Seúl). Manda a construir el palacio de Gyeongbokgung y el templo Jongmyo. Se establece con la reina c...