Changmin había convencido a su padre de que no sería prudente hablar con su hermano ahora. Pues lo más probable es que Taejo se enfrentara con el mal genio y odio de su propio hijo. Y la verdad, que nadie en todo el reino, deseaba enfrentar al príncipe Jaejoong cuando estaba mínimamente molesto. Imaginando las consecuencias de lo que podría suceder, Taejo tomó el consejo de Changmin para el bien de todos.
Puesto que, además, sabía de lo que Jaejoong era capaz cuando estaba molesto.
Y con justa razón para ser sinceros.
A Taejo todo esto le pareció la mejor forma de corregir a su descarrilado hijo. Sin embargo, tenía un sentimiento de culpa que fácilmente escapaba de algún otro afecto que hubiese sentido por sus demás hijos.
La realidad detrás de esto radicaba, en que Taejo tenía mucho más afecto por sus hijos con la difunta Sin-ui, los amaba mucho más de lo que podría admitir. Y esto era porque su casamiento con la fallecida dama se debió nada más y nada menos que por amor. Él la amó desde la primera vez que la vio acompañando a su familia en uno de sus viajes para reclutar hombres que sintieran su mismo sentimiento, que los extranjeros les estaban arrebatando sus tierras. Pero todavía, para ese entonces, no tenía la fuerza y ni la madurez que necesitaba un hombre para lograr con su cometido.
Todavía era un joven rebelde, ansioso por la liberación de su país, con ideas de liberalismo y con grandes ambiciones para su tierra. Por otro lado, Sin-ui, era en cambio; era una dama, hija de familia yangban. Alguien con, seguramente, un destino ya dado. Pero eso cambió cuando lo conoció. Ambos, de alguna forma, se sintieron atraídos mutuamente.
La familia de la joven, lo creía un simple jovenzuelo sin educación. Por ello, no veían con buenos ojos que este hombre frecuentase los lugares en los que estaba su hija. Cuando, por cosas del azar, se enteraron de que aquel joven al que creían de clase inferior; era en realidad un joven con antecesores nobles: díganse reyes y clanes de casta pura. Decidieron que no había mejor hombre para su hija que aquel.
Así pues, y después de mucho luchar por su amor, la familia de Sin-ui decidió concertar todo para la unión de su hija. El joven Yi Dan, mucho antes de ser Taejo, creyó que mucho influyó su ascendencia noble. Pero nada de eso importó luego de que finalmente pudieron casarse.
Los años fueron pasando, y Yi Dan, dejaba atrás ese nombre para ser conocido como el general Lee. Quien estaba comenzando a sonar mucho en boca de todos los que, como él, deseaban salir de la opresión de una dinastía incompetente en sus labores y con regímenes fácilmente cuestionables, y nada justos para su propio pueblo.
Todo cambiaría cuando, sumado a las batallas que libraba a lo largo de su nación, compartiría la paternidad de su primer hijo; Changmin. Fue, en ese momento, que se dio cuenta de que no sería lo más conveniente luchar en los frentes con una creciente familia a cuestas.
Así que se dedicó a manejar a su gente desde un cuartel. Pero también se ocupaba de los asuntos urgentes en las guerras que libraba. Normalmente, nunca estaba en casa y casi siempre estaba de viaje en viaje, reclutando gente para su causa.
Se perdió los nacimientos de sus tres siguientes hijos varones.
Entonces esposa, Sin-ui, tres años después de dar a luz a su hijo: ; salió en cinta nuevamente. Y tras algunas pequeñas victorias ganadas, el general Lee decidió que lo mejor sería pasar algún tiempo con su familia.
Fue entonces que, para cuando nació Jaejoong, él fue la primera persona en recibirlo después de la partera. Se llenó de orgullo al ver al bello bebé que tenía en brazos, y que había heredado la belleza de su madre aun siendo muy pequeño y frágil.
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"The Sun loves the Moon"
Historical FictionLa recién fundada dinastía Joseon, por el taejo, Lee Seung-gye después de los constantes problemas de la corte decide establecerse Hanyang (actual Seúl). Manda a construir el palacio de Gyeongbokgung y el templo Jongmyo. Se establece con la reina c...