Eras tu

Encuerto inesperado

Capítulo 1

-No puedes seguir pensando en lo mismo – le dijo Camila a su padre.
-Y porque no? Eres una pequeña insensata – le dijo Dionisio a su hija – como me vas a decir que pretendes ser modelo, cuando te he educado para que seas la dueña de todo esto – haciendo referencia a su empresa.
-Yo se papá, pero no me veo dirigiendo un imperio corporativo – le contesto a su padre sonriendo- anda di que sí papi – abrazándolo.
-Camila, Camila – cerrando los ojos y abrazando a su hija – está bien, voy a apoyarte con esa idea loca que tienes, pero…
-Papi- se quejó la joven
-Quiero que continúes con tus estudios universitarios, no toda la vida vas a ser joven y bella- le dijo a su hija.
-Se hará como tú quieras papito – dándole un beso en la mejilla – ahora me voy, quede con mi mamá que iba a acompañarla al club.
- cuídate Camila.

-Señora Victoria – llamo mini por el interlocutor.
-Si Mimí – contesto Victoria.
-Señora, tiene una llamada de la escuela de …
-Ya se… - dijo poniendo los ojos en blanco – pásame la llamada.
-Así será señora.

Iba rumbo a la escuela de su única hija, Fernanda, increíblemente era todo lo opuesto a ella, Victoria era mujer centrada, algunas veces calmada y temperamental, Fernanda por su parte tenía un carácter fuerte y era muy llevada de su parecer, era cómico, pero con solo 15 años Fernanda Sandoval podía lograr lo que se proponía, y no como la mayoría de los niños de su edad, no, Fernanda no lloraba ni hacia berrinches, Fer, como la solía llamar su madre era calculadora, algunas veces manipuladora y todo un terremoto.

-Que paso esta vez? – pregunto Victoria el encontrarse con la madre superiora.
-Señora Sandoval, su hija lo ha hecho de nuevo.
-intento escapar? – pregunto Victoria.
-No exactamente, esta vez sí consiguió escaparse y esta vez no hubo poder humano que la detuviera, es por eso que tenemos que suspenderla, el comportamiento de su hija no es adecuado ni es un buen ejemplo para sus compañeras.
-si madre, tiene razón, pero no se preocupe, yo misma me encargare de ponerle un alto a todo esto.

Fernanda por naturaleza era aventurera, ese día, había llevado ropa negra dentro de su mochila, y apenas logro salir de la escuela, se cambió para no ser reconocida por el personal, no les tenía miedo a los problemas, era hozada y altanera.

Él estaba saliendo de la torre de sus oficinas en su Ferrari 12berlinetta color negro cuando una figura esbelta vestida de negro se cruzó en su camino y golpeo el capot de su automóvil.

-Qué te pasa imbécil – grito la joven furiosa y golpeando con fuerza la tapa del coche.
-Pero como te atreves escuincla -  dijo el molesto y bajándose del coche.
-Pero por favor si se trata de un anciano decrepito – dijo Fernanda mirando al hombre que se acercaba a ella.

Los ojos grises de aquel hombre se clavaron en sus ojos azules, su mirada desafiante y retadora lo enfureció mas.

-que? – dijo ella molesta y sin dejar de mirarlo.
-Quién eres? – le pregunto
-Que te importa anciano – le dijo y trato de darse la vuelta.
-No – dijo el tomándola del brazo molesto – vas a decirme tu nombre ahora mismo.
-NO! – grito ella furiosa zafándose del agarre – si vuelve a tocarme le juro por Dios que llamare a la policía y lo denunciare por acoso.
-Acoso? Pero como te atreves, mira como dejaste mi coche y aun así se te ocurre decir semejante desfachatez, de aquí no te vas y seré yo quien llame a la policía para que te detengan por vandalismo.
-No se atrevería – lo reto.

Pero no fue necesario, los hombres de seguridad de Dionisio ya lo habían hecho por él y en menos de 5 minutos dos patrullas de policías llegaron al lugar, con una sonrisa en el rostro Dionisio informo lo que había pasado y se mostró dispuesto a poner la denuncia, Fernanda la que no le temía a nada ni se inmuto, no era la primera vez que se metía en problemas y sabía perfectamente cómo salir bien librada.

-Señor Ferrer debe acompañarnos a la estación.
-Sera con gusto oficial, dígame se llevarán a la joven en la patrulla?
-por supuesto señor.
-Entonces los seguiré en mi auto.