Un nuevo puesto en la empresa

1.5K 134 8
                                    

Capítulo 7

La enfermera salió luego de darles algunas indicaciones para el cuidado de la herida, y Fernanda para sorpresa de Dionisio aun no recuperaba el habla, era la primera vez que veía aquel lado paternal de Dionisio o por lo menos una muestra de afecto para ella, una muestra de afecto que sin imaginarlo la había impactado y había tocado su corazón.

Dionisio se encontraba mirándola y podía ver en sus ojos la confusión en que se encontraba, entonces para él fue fácil definir lo que pasaba, esa niña ruda, altanera y prepotente lo único que buscaba era amor y no porque su madre no se lo diera, sino que lo que necesitaba Fernanda en esos momentos no era castigos ni limites, necesitaba un padre, un padre que hace algunos días no sabía que esa niña desafiante era su hija.

-El caso es Fernanda que no puedes faltar cuando se te pega la gana y aparecer porque si – dijo Dionisio – estoy decepcionado de ti, pensé que valías mas, que eras más responsable.
-Ya se lo había dicho, ya no trabajo aquí – dijo ella sin mirarlo
-Hey mírame Fer – le dijo Dionisio – si estás aquí no es porque me estés pagando el dinero del coche.
-Ah no? – le pregunto ella mirándolo
-No, es porque le estas demostrando a la gente que eres más que una niña problemática, que tienes talento para muchas cosas, eres una niña maravillosa Fernanda y créeme me llenas de orgullo.

-Conocí a esta chica, Camila Ferrer en Acapulco el fin de semana pasado – comento Victoria – Fer le tomo algunas fotos y créeme tiene talento.
-Si Fernanda vio algo es porque así es – dijo Pipino – Tu hija tiene un ojo crítico y es muy observadora.
- ¿Por cierto, Vicky, que paso con la averiguación sobre el padre de tu hija?  – pregunto Antonieta.
-A que no adivinas – le dijo sonriendo – lo encontré, y no solo tengo su nombre, si no que volvimos a estar juntos.
-Victoria Sandoval! – grito pipino de emoción – y quien es ese hombre?
-Dionisio Ferrer – confeso ella mordiéndose el labio.
-El dueño del coche que tu hija destrozo a golpes? – le pregunto Antonieta.
-El mismo – confeso sonriendo.
-Y como supiste que era él? – pregunto pipino
-Tenia mis dudas al inicio, cuando en la recepción me mostraron los registros casualmente él se encontraba conmigo, el al principio no lo creyó, y al día siguiente entro a mi cuarto y…
-Y qué? – pregunto Antonieta
-Y me sentí como solo con él me había sentido, su piel, sus labios, sus caricias, yo se los había dicho, nunca conocí un hombre tan apasionado como el padre de Fer, y él fue el primero, y el único con el que realmente me he sentido mujer.
-Vicky, estas moviéndote en terrenos pantanosos – dijo Pipino – ese hombre es un completo desconocido y suenas como…
-Esperanzada? – pregunto Victoria – No, no lo estoy, soy realista, Dionisio es un hombre pasajero en mi vida, lo supe desde la primera vez que estuvimos juntos, y el hecho que tengamos una hija no quiere decir que formaremos una familia.

-Esa es la propuesta – le dijo Dionisio a la joven que tenia sentada al frente.
-No mas mensajería? – pregunto ella incrédula.
-No, no mas, ahora quiero que apoyes en el área de marketing y publicidad, como una especie de pasantía, obviamente te seguire pagando y haciendo el descuento de lo que me debes.
-Pero? – le pregunto ella.
-Pero que? – dijo Dionisio
-Todo en esta vida tiene una contraprestación, cual es el “pero” de todo este ofrecimiento – dijo Fernanda.
-Solo quiero que te dejes de meter en problemas Fernanda eso es todo, y creo que canalizando toda esa energía tuya en algo de provecho, además con una pasantía en tu curiculo como esa, fácilmente puedes ingresar a cualquier universidad.
-Acepto – dijo ella sonriendo – pero eso no quiere decir que usted me caiga mejor, si no porque me interesa lo que me propone, ahora si me disculpa – dijo levantándose – me tengo que ir.
-A donde vas? Yo puedo…
-Calma – le dijo ella – no puede, no se que demonios le esta pasando, pero desde que usted y mi mamá hablaron en Acapulco me esta mirando de una forma distinta y creame que no me gusta.
-Tan obvio es? – le pregunto el desconcertado.
-Si, es obvio y muy molesto, bajele a las confianzas, yo no conozco a mi papá y cuando lo encuentre tendre lo que necesito, pero no quiero una figura paterna sustituta y menos de un viejo soberbio como usted.

Fernanda salio de la oficina y el simplemente se limito a mirarla, si el era un tipo soberbio, se dijo para si mismo, pero esa soberbia la habia heradado ella, y cada dia se convencia mas de que era suya por sus actitudes, Fernanda era su hija, la niña con la marca de la estrella.

-Que tienes ahí en esa mano? – le pregunto Victoria cuando la vio entrar a su oficina
-Nada mamá, se quebró una mesa en el despacho del señor Ferrer y …
-Se quebró o la quebraste? – le pregunto a su hija
-Bueno, yo la..
-Fernanda…
-Mamii, ese hombre logra ser muy exasperante – dijo ella sonriendo.
-Igual que tu – le dijo ella – cuanto es por la mesa?
-Si vieras que no la cobro – dijo sentándose en el sillón de la oficina – antes me pidió que fuera auxiliar en el área de publicidad y mercadeo de su empresa.
-de verdad? – le pregunto Victoria sorprendida.
-Si, la explicación es que me dijo que yo tenia potencial y quería que me dejara de meter en problemas y aprovechara mi talento.
-Y aceptaste? – le pregunto Victoria sentándose a su lado
-Si, pero no por el – dijo ella – es por las posibilidades que puede abrir esa experiencia en mi currículo – dijo sonriendo – sabes, cuando me lastime la mano, la enfermera que me reviso, le dijo a Dionisio que tenia una hija muy valiente.
-Que cosa? – dijo Victoria mirándola extrañada.
-Imaginate, que idea mas loca, yo hija de ese histérico insoportable – dijo poniendo los ojos en blanco.

Victoria solo se limito a sonreir, no sabia que decirle a su hija, estaba segura que no era el momento, ese asunto tenia que hablarlo con Dionisio personalmente.

Para la mañana siguiente y luego de un ensayo de las modelos, Victoria se encontraba en su oficina ultimando unos detalles sobre la próxima colección cuando le informaron que tendría visitas.

-De quien se trata? – le pregunto Victoria a su secretaria.
-el señor Dionisio Ferrer.
-Dionisio! – dijo alarmada – dile que me espere dos minutos.
-Claro que si señora.

Victoria se levanto a toda carrera y fue directo al tocador, se peino hasta dejar su cabello brillante, trato de ocultar el brillo de sus ojos un poco y se retoco su maquillaje, luego se puso un poco de perfume y camino con calma hacia la puerta para recibir a la visita.

-Dionisio – dijo ella sonriendo.

El volteo a mirarla y quedo hechizado, Victoria tenia puesto un vestido rojo ceñido al cuerpo, unos tacones de color negro y su abundante cabellera negra suelta, sus ojos verdes azulados con un brillo especial y su boca con un tono rojo carmesí que lo dejaron sin aire.

-Estas hermosa – dijo cerrando la puerta detrás de el.
-Que te trae por aquí Dionisio? – pregunto ella tratando de mostrar lo mucho que le habia gustado el elogio.
-Tenemos que hablar – explico.
-Toma asiento entonces – dijo señalando la silla frente a su escritorio.

Eras tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora