Capitulo 31.

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Dame la más dulce despedida que jamás he recibido.

Capitulo 31:

No podía dormir, simplemente no podía, volví a abrir los ojos y vi algo borroso, los froté para ver mejor, y si, no estaba loca, él estaba apoyado en mi camilla, justo a mi lado. Se veía tan tierno que me lo quería comer a besos. De seguro estaba soñando, me acerqué a él para tocarlo y no, no era un sueño. Sonreí al tenerlo tan cerca. Me senté y me aproxime a sus labios, los besé por unos instantes, eran tan cálidos y acogedores. Me separé de él y me aseguré que estuviera aún dormido. Comencé a acariciar su cabello, era tan suave, sus mejillas, todo su rostro fue victima de mis curiosas manos. Me volví a recostar ahora si podía dormir tranquila.

La luz del sol irrumpió por toda la habitación haciendo que despertara, miré hacía mi lado izquierdo pero Zayn ya no estaba.

Narra Zayn:

Desperté un poco más temprano que _____. Fui a buscar desayuno para ella ya que supuse que no le iba a gustar el de la cafetería. Compré nuestro desayuno y volví al hospital. Cuando entre a su habitación ella ya estaba despierta.

—Hola. —Dije con mi gran sonrisa.

—Hola. —Dijo con media sonrisa.

—Mira, te traigo tu desayuno, el del hospital es horrible. 

— ¿Qué trajiste? —Preguntó expectante.

—Waffles con jamón y queso, sé que amas el queso y por eso lo traje. —Dije entregándole el recipiente con la comida.

—No debiste molestarte. —Me miró con dulzura, extrañaba esa mirada.

—Claro que si, ahora come. —Le pase los cubiertos para que degustara el platillo, yo hice lo mismo.

— ¿Por que tardaste tanto en venir? —Trató de hacerse la desinteresada.

—Lo siento, estaba muy ocupado donando sangre para salvarte la vida. 

— ¿Tu fuiste el donante?

—Si, cuando te accidentaste, Liam llamó para que viniera a verte, el doctor dijo que perdiste mucha sangre y que no había sangre de tu tipo, entonces recordé que teníamos la misma y el resto, ya lo sabes.

Un minuto de silencio nos invadió.

—Zayn...

— ¿Si?

—Eres mi héroe. —Sonreí al escucharla.

—Estaría dispuesto a eso y mucho más por ti. —Ella solo me miraba y se le escapaba una sonrisa, que apuesto ella no notaba.

—Pero si estabas aquí desde ayer, ¿por qué no pasaste aunque sea a saludar? —Dijo en tono de reclamo.

—Por que quería hacerte pensar que no vendría. En ese tiempo que estuve ausente fui a tu casa para traerte ropa, cuando tus padres salieron del hospital les pedí que yo pasaría la noche contigo, ellos asintieron y cuando despertaste por eso me encontraste a tu lado.

—Yo no desperté. —Mintió.

—Claro que sí, lo hiciste antes de besarme. —Sonreí victorioso, ella se atoró con su desayuno.

—Toma un poco de jugo. —Le extendí el vaso de jugo de naranja para que lo bebiera.

—Pensé que estabas dormido. —Se sonrojó, amaba verla así.

—No lo estaba, créeme, estando a tu lado lo último que se me ocurre es dormir. —Ella seguía ruborizada, yo solté una risita. Una enfermera entró a la habitación.

The Game.(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora