Un Sentimiento Extraño

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Lefou ya llevaba alrededor de una hora llorando, se sentía devastado, había presenciado con sus propios ojos como Gastón fue aplastado por el concretó y ahora estaba muerto.

Justo en ese momento, afuera de la taberna pasó caminando Stanley, uno de los secuaces de Gastón, había regresado al pueblo debido a que se encontraba preocupado por Lefou, él sabía que Lefou le tenía un gran afecto a Gastón, y se había enterado de que este estaba ahora fallecido, así que pensó en buscarlo para ayudarlo a superar su perdida, sin embargo Stanley nunca se llevo del todo bien con Gastón debido a su vanidosa forma de ser y por la manera en la trataba a Lefou, se podría decir que Stanley formo un cierto afecto por Lefou y por eso buscaba consolarlo.

El primer lugar que se le cruzo por la cabeza fue la taberna, así que ahí estaba, desde el otro lado de la puerta, escuchando a Lefou llorar. Tocó la puerta con inseguridad.

Lefou al escuchar el sonido de alguien tocando la puerta se llevando a toda velocidad, se acomodo la ropa y se seco las lágrimas, y forzó su mejor sonrisa, debía de parecer lo más convincente que se pudiera. Abrió la puerta.

—Hola Stanley, ¿se te ofrece algo? — dijo con una gran rapidez en su voz — hola, no nada, solo quería saber sí estabas bien, es que me pareció oírte llorar, ¿está todo ... — no pudo terminar la pregunta, pues Lefou le había cerrado la puerta en la cara —¡vete Stanley, n-no quiero hablar con nadie! — le grito con angustia desde el otro lado de la puerta

Stanley hizo caso omiso a lo que le dijo Lefou y abrió la puerta a la fuerza. Se encontró con un Lefou con la cara teñida de rojo, con lágrimas en los ojos y con el cabello suelto, tirado en el suelo, tratando de evadir su mirada.

— ¿Qué esperas? — Stanley no entendió lo que Lefou quiso decir con eso, así que no contesto nada — ¿qué esperas para decirme que soy una niña, que los hombres no lloran, que no sea débil como una mujer y que nunca debo de traer el cabello suelto? — grito con odio, una vez más se le resbalaron las lágrimas, se sentía avergonzado de verse tan débil frente a una persona pero ya estaba acostumbrado a recibir toda clase de insultos por ese tipo de cosas, en especial por parte de Gastón.

Por alguna razón que Lefou no entendía Stanley soltó una pequeña risa —eso me parece una idiotez— dijo mientras se acercaba. Lefou estaba en sorprendido, sus lágrimas seguían cayendo, pero este estaba en un estado de shock, ¿por qué Stanley no lo insultaba?, ¿por qué no lo miraba con repulsión?, ¿por qué?, eran preguntas que circulaban por su mente una y otra vez, estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se percato que Stanley se encontraba hincado enfrente de él —escúchame Lefou, no dejes que los comentarios de los demás te afecten, ellos en realidad no saben lo que dicen, pues solo lo dicen por que es poco común, tu eres hermoso a tu manera, tal y como eres — dijo con una pequeña sonrisa para después abrazarlo, esto confundió aun más a Lefou, el cual, no sabía qué hacer o decir. Stanley al poco tiempo se separo con rapidez — o al m-menos es lo q-que opino y-yo — dijo Stanley con tartamudez y con la cara ligeramente roja.

Lefou solo sonrió y lo volvió a abrazar con fuerza —g-gracias — le susurro al oído con dulzura. En ese momento Stanley sintió una potente corriente eléctrica en todo su cuerpo, junto con una sensación de calor, y por alguna razón pedía no separarse de Lefou nunca mas, quería estar así toda la vida, era un sentimiento que jamás había experimentado con tanta fuerza, pero se dio cuenta que nunca dejaría que Lefou estuviera triste, con dolor, o con algún malestar que impida que sonriera, quería sentir su calor, quería poder verlo todos los días durante todo el día. Stanley se dio cuenta de que estaba enamorado de Lefou profundamente, y que daría todo de sí para que ese sentimiento extraño fuera correspondido.

No tiene por que ser así ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora