Mirada Penetrante

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Después de la ajetreada noche anterior, Lefou y el Stanley ebrio se despidieron con un cálido abrazo, partiendo sus caminos, cada uno fue a su casa.

Durante el trayecto, Lefou sintió una especie de inquietud, cómo si alguien le estuviese mirando, él miró hacia atrás varías veces, pero todo seguía igual, sentía una gran incomodidad y también una mirada, una mirada penetrante.

Al acostarse en su cálida cama, el sentimiento no desapareció, solo se volvió aún más fuerte; ¿qué sería?, ¿estará alucinando?, el no lo sabe pero en ese momento había una bestia inmersa en las llamas de los celos y la ira, observándolo desde la oscuridad de la noche.

Apenas si consigue quedarse dormido, se vuelve a despertar unos minutos después agitado y empapado en sudor; se estaba volviendo loco, quería gritar, pero no era lo más adecuado en ese instante. En lo único que se le ocurrió pensar para tranquilizarse fue en Stanley, ¿de verdad lo amaba? o ¿acaso era sólo uno de los efectos del alcohol?, por una razón que no pudo descifrar, se sintió feliz, feliz ante la posibilidad de que Stanley le amará, de que esté le quisiera más que a su vida; se olvidó por completo de la mirada penetrante que lo inquietaba hace solo unos instantes; y esa noche, se durmió con una leve sonrisa en su rostro.

No tiene por que ser así ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora