Discupas, Risas Y Confesiones

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Aunque Lefou no lo notara, Stanley pudo escucharlo perfectamente, pero no tenía deseo alguno de hablarle. Estaba ebrio y triste, dos cosas que no se deben mezclar por ningún motivo.

—¿Te encuentras bien?

—No estoy seguro, pero no lo creo Lefou — volteo a mirarlo, se veía fatal —la verdad n-no lo creo

Caminó en dirección hacia Lefou, sin embargo pasa por su lado y se sienta en un gran sillón que había detrás de él.

Aún tenía la copa de vino en su mano y le dio un pequeño sorbo, Lefou no puede evitar sentir mal, sabe que Stanley está de esa manera por culpa suya, se acercó y le arrebato la copa de las manos y la tiro por el balcón. Stanley suelta una pequeña risa —Supongo que ya es suficiente vino, ¿no crees? —Lefou se acerca y lo abraza.

—Lo siento

—¿Por qué lo sientes?

—Siento haberte tratado de esa manera, no fue mí intención es solo que entre en pánico... ¿sabes?, me hubiera encantado bailar contigo, después de todo, no creo que a Bella le hubiera molestado, de seguro que hubiéramos bailado mejor que nadie

Por un momento Stanley siente ese cosquilleo en la espalda, ese escalofrío, esas mariposas en el estomago, Lefou intenta separarse, pero Stanley al ver su cara, nublado por el alcohol, decide que ya no puede aguantarlo ni un segundo más.

Le roba un beso

Pero solo dura unos segundos, fue un beso corto, pero para Stanley era mas que suficiente, miro a Lefou a los ojos, y se da cuenta de que esta sorprendido, al final, los dos terminan riendo.

—¿Sabes que no te acordaras de esto?, ¿verdad? —pregunto Lefou con una sonrisa

—Si, es probable, pero a quién engaño, te amo más que a mi vida Lefou, y dejame decirte que es una vergüenza que nuestro primer beso sea mientras estoy ebrio

—¿Eso significa que habrá más?

—Te lo aseguro, el Stanley sobrio sera cobarde, pero tarde o temprano tendrá el valor para besarte, pero prometeme que no me mencionarás nada de esto mañana

—Te lo prometo... Stanley ebrio

—Gracias, ahora sí me disculpas me quiero ir a mí casa, ¿vamos? —dijo mientras se levantaba

—Vamos






No tiene por que ser así ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora