Capítulo 21

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Pov' Stella

Estaba bastante ebria, la verdad es que no se como pero me encontraba recostada boca arriba sobre mi cama. Apenas podía pensar con claridad por lo cual un grito de horror escapo de mis labios cuando sentí que algo salto hacía mi el cual fue sustituido casi inmediatamente por la risa. Era mi gata, Cinnamon. La empecé a acariciar pero creo que debí de haber sido algo brusca ya que huyo de mi tacto. Un suspiro salió de mis labios, la música aun estaba alta y una gran fiesta estaba realizándose abajo. Dirijí mi mirada al techo y cerré los ojos. Sentí mi cama hundirse, claramente Cinnamon había vuelto. Amo a esa gata. La sentía avanzar debido al hundimiento del colchón y una sonrisa apareció en mis labios al menos asta que sentí algo rozar mi mejilla, sin dudas no era Cinnamon. Abrí rápidamente los ojos llevándome una gran sorpresa que hizo que mi sonrisa volviera a aparecer.

- ¿Me estabas esperando gatita?- Ashton me observaba de manera lujuriosa, se encontraba sobre mi pero sin tocarme, su dedo índice empezó a recorrer mi mejilla.

Su roce dejaba a su paso un hormigueo en mi piel, él no apartaba la vista de mi, rozó mi labio inferior. Una idea graciosa cruzo por mi cabeza en ese mismo instante y no tuve ningún problema en llevarla a cabo. Entre abrí los labios y al parecer el chico de ojos hazel entendí mi idea, él dejo que atrapar su dedo entre mis labios. Su tacto era frio pero rápidamente se adapto al calor de mi boca, roce la punta de su dedo con mi lengua y mi mirada se dirigió a sus ojos quienes también me observaban mientras mordía su labio inferior. Permití que su índice entrara aún más en mi boca y lo calenté utilizando mi lengua. Sabía que esto estaba prendiendo a Ashton, esto prende a cualquiera, y me encantaba tenerlo caliente. Ash se removió sobre mi y sentí algo duro rozar mi abdomen mi vista viajo rápidamente hacia esa zona para luego volver a los ojos del chico los cuales se encontraban oscurecidos. Rápidamente quito su dedo de mi boca para atacar de forma desesperada mis labios, al principio me costo acoplarme a su ritmo brusco pero luego pude alcanzarlo. Este chico era un dios besando, y yo estaba completamente seguro de que el lo sabia. Ni siquiera tuvo que pedir permiso para ingresar su legua a mi boca, él simplemente lo hizo. Nuestras lenguas estaban teniendo una batalla por ver quien sería el que mandaría pero como ya había ocurrido en otras ocasiones él llevaba el ritmo. Una de sus manos se apoyo sobre mi cadera y su tacto frio fue subiendo por mi abdomen erizando mi piel, rápidamente su mano se encontraba por debajo de mi sujetador. Su tacto helado logro que al mínimo roce mi pezón se endureciera, al parecer paso la yema de su dedo pulgar sobre el como para cerciorarse de que lo había hecho ya que automáticamente luego de ello una sonrisa curvo sus labios que aún se encontraban sobre los míos. Debido a la falta de aire, por ese espectacular beso, debimos separarnos.

- Ash..Ashton..- dije casi sin aire. Su semblante se volvió serio luego de que dijera su nombre, lo cual me desconcertó bastante. Le iba a preguntar que le ocurría pero el hablo antes de que pudiera decir cualquier cosa.

- Gatita, creí que había quedado claro- su voz sonaba ronca lo cual me ponía a mil eso sin contar que su mano aún seguía sobre mi seno. Se acerco más a mi para susurrarme en el oído- gatita yo soy tu Daddy ahora y siempre ¿Te ha quedado claro?- él se alejo de mi para mirarme a los ojos.

-Sí, daddy- respondí- lo siento, no quería portarme mal- dije con voz aniñada para luego morder mi labio inferior.

- Estas perdonada gatita pero solamente porque es la primera vez que te portas mal.- se acerco a mi y mordió mi labio inferior de manera sensual dando así por iniciado a otro de sus grandiosos besos apasionados.

Mis manos se dirigieron hacia el final de su camiseta y sin pudor alguno intente quitársela pero él me detuvo. Ash termino con el beso para verme a los ojos con una de sus hermosas sonrisas.

- Daddy manda aquí 

Esas simples palabras lograron que mis bragas se humedecieran completamente. Asentí, él me observaba risueño. Ashton sabía que tenía el control y no solo de está situación sino que él poseía un control sobre mi.

- Gatita, Daddy ha tenido una duda toda la noche.- guío una de sus manos hacia el final de mi top y en un movimiento ágil logro quitármelo, lo lanzo a algún lugar de mi alcoba y sus hermosos ojos hazel analizaron mis senos aun cubiertos por el sujetador. Él se movía como si no estuviésemos a punto de tener relaciones si no más bien parecía una situación completamente normal. -¿Acaso Michael es tu daddy ahora?- seguido de la pregunta quito mi sujetador dejando mis senos al descubierto. Sin dudas esa pregunta me descoloco, lo observe él estaba esperando una respuesta y yo lo sabía.

-No Daddy, tu eres el único- admití, una sonrisa abarco sus lindos labios.

- Me gusta saberlo, y así será siempre.- deposito un casto beso sobre mis labios que se fue convirtiendo en uno apasionado.

Los labios de Daddy se separaron de mis labios para ir hacia mi mandíbula. Mientras iba dejando un camino de besos dirigiéndose a mi cuello una de sus manos masajeaba mi seno derecho apretándolo hasta dejarme sin aire por la excitación. Sus labios llegaron a mi seno izquierdo donde paro en el inicio de la curvatura de este. Sus ojos buscaron los míos mientras él atrapaba entre sus dientes mi piel, dio un pequeño mordisco dejando en claro cuales eran sus intenciones. Su lengua humedeció la esa zona de mi piel mientras la succionaba al mismo tiempo. Tenía una gran cantidad de piel a su disposición lo cual dejaba en claro que el chupón que dejaría en mi se haría notar, internamente agradecí que él me fuese a marcar en esa zona ya que dentro de todo es un lugar que no siempre se encuentra a la vista. El dolor que sentía se empezó a incrementar, al parecer Ashton quería que la marca tardase en desaparecer.

- Daddy, duele- solté cuando mi vista empezó a ser borrosa debido a la aparición de lagrimas en mis ojos.

- Ya falta poco gatita- me consoló. Sentí mis lagrimas rodar por mis mejillas y el dolor fue remplazado por unas simples palpitaciones. Lo siguiente que sentí fueron los labios de Ashton repartiendo besos por sobre mis lagrimas.- ya esta, has sido una buena chica. Ahora estás marcada por mi, eres solo mía gatita.

- Sí Daddy, soy solo tuya- dije eso más que nada por el ambiente erótico que se había creado entre nosotros y para nada eso podría ser tomado literalmente.

Las manos de Ashton parecían no poder quedarse quietas ya que rápidamente empezaron a avanzar por debajo de mi falda, él atrapo uno de mis pezones entre sus labios y el solo hecho de sentir su lengua tocándolo logro que arqueara mi espalda dándole así un mejor acceso. Un gemido escapo de mis labios cuando sentí como los dedos de Ashton rozaban mi sexo por sobre mis bragas. Uno de los dedos del chico de ojos hazel se metió por debajo de mis bragas y acarició mi entrada.

- Que húmeda estás gatita- gruñó- me encantas.

-Daddy- el chico me miro a los ojos alentándome a continuar-¿Puedo besarte?- solté a penas ya que me encontraba bastante agitada. Él me miro y con una gran sonrisa asintió.

Esta vez me dejo controlar el beso, cosa que generalmente un daddy no haría y eso significaba que yo estaba jugando muy bien mi papel. El beso inicio lento y delicado, es más hasta roce mi lengua en sus labios para pedirle permiso a lo que el acepto con gusto y fue allí cuando el beso se volvió desenfrenado. Daddy quito mi falda y mis bragas de golpe dejándome completamente desnuda ante él. Se separo de mis labios durante unos segundos y me escaneo completamente.

- Eres preciosa- dijo antes de volver a atacar mis labios. Ash se posiciono entre mis piernas; sus manos subían y bajaban por los costados de mi cuerpo y la tela de sus jeans rosaba mi piel. Fue ahí cuando note que yo estaba completamente expuesta y el se encontraba aún completamente vestido.

- Daddy, ¿Puedo quitarte la camiseta?- pregunte con voz aniñada cuando separe mis labios de los suyos, él me observo y se mordió el labio inferior.

- Gatita, daddy te permitirá hacerle lo que quieras.- eso fue suficiente para que yo pudiera tomar al menos una pequeña parte del control. En un ágil movimiento coloque mi cuerpo por encima del suyo.

Me senté sobre su cadera y deje que mis manos acariciaran su torso, mientras el miraba cada movimiento que yo realizaba. Empecé a acariciar su la piel de su abdomen por debajo de su camiseta y él la quito dejando su torso desnudo, mis manos debían de estar frías ya que se estremeció bajo mi tacto.

La PerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora