25. [Confidente]

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Capítulo veinticinco

- ¡Pero dime al menos qué he hecho! -Exclamé siguiendo su paso hasta su habitación. Se echó en la cama y tan solo me dejó su espalda descubierta como recuerdo y su precioso trasero. Buenas vistas debo añadir-. ¿No me vas a responder?

- Vete a la mierda -Espetó sin levantar la cabeza.

- Al menos avanzamos -Me senté en el puf que estaba por ahí con un álbum de fotos entre las manos. Todas eran con amigas suyas, en fiestas, de cuando era pequeña y algunas con su madre, todas con inscripciones debajo y fechas-. ¿Sabes? De pequeña eras muy tierna, y tenías el pelo diferente. -Se levantó de golpe y arrancó el álbum de mis manos, dejándolo de nuevo sobre el escritorio-. ¿Me puedes decir que acabo de hacer para qué de golpe quieras matarme?

- Louis, querido, ¡No puedes llevarte tan bien con mi madre! -Levanté las cejas y esta caminó hasta el balcón, miró y de nuevo puso sus ojos sobre mi-. ¡No debería darte ningún puto consejo para que me consigas ni debería decirte que soy una "chica complicada"!

- Hay otras maneras ¿Sabes? -aseguré. Caminé hasta donde estaba y la abracé, sintiendo su respiración en mi pecho.

- No puedes ser amigo de mi madre ¿estamos?

- Esta ha sido la manera más patética de sugerirlo - Concluí. La chica de ojos azules se sentó en el puf y yo, esta vez, me senté en la esquina de la cama.

- Avi, cielo... -Comentó su madre entrando a la habitación.

- No me llames Avi, mamá. -dijo fulminándola com la mirada.

- Entonces Avril, cielo ¿Mejor? -Esta asintió y las dos ríeron. En ese momento me sentía un tanto fuera de lugar.- Solo venía a decirte que se me ha acabado la nata y la necesito para la tarta de mañana.

- ¿Vas a hacer tarta? -Preguntó exaltada Avril, pero luego se transformó en un rostro que reflejaba interrogación-. ¿Qué pasa mañana, mamá?

- Pues van a venir tus tíos, y todos tus familiares. ¡Y como digas alguna cosa te quedas sin tarta! -La chica rodó los ojos y luego me miró a mi, e inmediatamente sonrío- Es el cumpleaños de tu prima, y ni pienses que puedes faltar.

- Tranquila mamá, pero ¿Puede venir Louis? -entreabrí los labios y luego los cerré para formar una sonrisa.

- Claro, ningún problema. -aseguró esta.- Bien, ahora vuelvo, no tardo. Y remarco, no tardo, así que nada de cosas raras.- Y sin más se fue de la habitación, para luego escuchar la puerta de abajo, la cual indicaba que se había ido.

- ¿Por qué no te gusta que te llamen Avi? -Esta, mientras que hasta ahora había estado sonriendo, ahora su rostro era inexpresivo. Pero, a ver ¿Tampoco podía ser tan malo, no? A lo mejor tan solo era algo que le había pasado, pero que nunca era para tanto; o a lo mejor si. Joder ¿Tan malo era?

- No me gusta ¿Vale? Tema zanjado.

- Venga, dímelo nena. -me miró por unos instantes y luego miró al suelo. ¿Sería tal vez que no confiaba lo suficiente en mi? Sin pensármelo dos veces fui a su lado, para cojer su barbilla y levantarla- Puedes confiar en mi, no te fallaré, ni ahora ni nunca. -La chica soltó un suspiro y luego se hizo más a la derecha, para que yo me sentara a su lado. Lo hizo, pero aquella no era la mejor posición de mundo, así que me levanté y estiré mi mano para que la cogiera. Nos levantamos y nos echamos en la cama, yo rodeando su cuerpo con mi brazo y ella descansando sobre mi pecho.

- Cuando aún estaba mi padre aquí -empezó a decir sin mirarme- Es decir, cuando yo ya era consciente de al menos algo, siempre me llamaba así, desde que nací me llamó por el diminutivo. -río por la bajo pero inmediatamente volvió a poner ese rostro inexpresivo- Recuerdo que me decía que algún día me llevaría a Cony Island y me compraría un algodón de azucar; porqué yo era tan dulce como estos. Y también me acuerdo de que a mi hermano le llamaba Capitán T-Rex, porqué le encantaba el Hockey y los tiraba a todos a cada paso que daba. Mi madre odiaba que yo viera Hockey por la televisión con mi hermano y mi padre, ya que decía que las niñas no hacían eso, pero siempre que lo decía mi padre decía que yo era diferente a las demás, y qué eso era mejor. Él fue quién me inculcó mis ganas de pintar, el primer cuadro que pinté fue uno de él y yo en Cony Island, y aún qué aún no haya ido, él tenía una foto; y él, también me enseñó a tocar la guitarra, me enseñó todo lo que sé de esta. ¿Y sabes qué más? Lo peor es qué no puedo odiarlo, es qué simplemente no puedo, y es horrible. -Sentí como empezaba a llorar, y aquello me rompía el alma. Si ya de por si no me gustaba que las mujeres lloraran, menos me gustaba que fuera Avril.- ¿Por qué, Louis? ¿Que hice mal? ¿Qué pasó, tan de repente que se fuera sin pronunciar palabra? ¿Por qué no vuelve y volvemos a ser una familia feliz, como siempre habíamos sido?

Sus sollozos eran los únicos que se oían por la habitación, y por mucho que yo intentara calmarla, no podía decir la frase 'todo irá bien', porqué si lo decía, mentiría. Después de todo no era una tontería, era algo que realmente era importante para ella. Liam ya me había contado momentos felices de aquella época, pero la historia jamás llegó a contármela por completo. Su lágrimas y sollozos iban cesando a medida que el tiempo pasaba, así qué solo nos quedamos inundados en el silencio y la calma del momento. Todo aquello que me había contado, al parecer, era un gran secreto para ella, y me encargaría de que nadie más lo supiera -por mi parte, claro-. Seguramente Liam esto lo sabría, me apostaba lo que fuera.

¿Como era posible que una persona huyera tan de repente? No tenía sentido, Avril era su hija, y por lo que me habían contado ella y Liam, la amaba más que a su propia vida. Nada tenía sentido, faltaba alguna pieza en aquel estúpido -o no tan estúpdio- rompecabezas.

- Gracias. -murmuró.

- De nada pequeña, no agradezcas. -Se tumbó encima mío quedando pecho contra pecho, respiración contra respiración, corazón contra corazón. Empezó a besarme y yo trasladé mis manos a sus caderas. A movimientos lentos acercó sus labios a mi cuello, y allí succionó sin ninguna piedad hacia mi cordura.

- Genial, me ha salido. -Murmuró esta mirando donde anteriormente había succionado-. Esto te va a dejar marca.

- ¿Y estás orgullosa? ¡Cuando me vean esto se van a reír de mi! -Sonrió y negué con la cabeza-. Joder, como se note mucho verás.

- Reconoce que te encanto y que jamás me harás nada, Tomlinson.

- Touché. -Afirmé besándola de nuevo.

|*|

- Em... No Louis, no. -Murmuró mientras bajábamos las escaleras.- ¡Déjame! ¡Volvamos hacia arriba! ¡Te lo suplico!

- ¿Qué pasa? ¿Qué son esos gritos? -Preguntó la madre de Avril saliendo de la cocina.

- Verás, es que...

- Tu última oportunidad para callarte Louis, la última. -Espetó Avril interrumpiendo mi frase.

- Mira Aurora, quería preguntarte si me dejarías esta noche a tu hija, que tengo planeada una cita. -La mujer sonrió y asintió, dejando a Avril con una cara de estupefacción increible.

- Mamá, es decir; me dejas salir con Louis y no volver hasta mañana pero no me dejas quedarme en casa de Sarai. Muy normal todo.

- Las dos sabemos como acabaría eso Avril, y con Louis ya he tenido la charla que con Sarai jamás tendré.

- Touché. -Empezó a subir las escaleras no sin antes mirarme por última vez, fulminante. Me alcé de brazos y Aurora solo río.

- ¿Y yo que he echo?

- ¡Abrir la boca! -Exclamó desde el piso superior.

- ¿Quieres algo hijo? Esto no se le pasará así de buenas a primeras. -Asentí y me senté en una de las sillas de la cocina y la mujer me sirvió un vaso con un zumo, mientas ella seguía haciendo la cena.- ¿Cómo va todo con mi niña?

- A veces no la entiendo, me trae totalmente loco. -Aseguré mientras bebía del vaso.

- ¿Sabes? Para ser parte de su mundo, solo necesitas una cosa.

- ¿El qué?

- Ser su confidente. -Aseguró mirándome fijamente.

{*}

Y mil años después aquí estoy:") mil perdones por tardar, pero es qué con una cosa y otra pues.. Asdfghjklñ Primer capítulo desde Hamburgo, promise que ahora sí subiré más seguido😂

¿Votos y comentarios porfi? Graaacias:') os quiero mil:)<3

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